La crisis del COVID-19 dejó sin empleo aproximadamente a 16,000 trabajadores que operan en el sector de zona franca, siendo el 60% mujeres, confirmó Sandra Ramos, directora del Movimiento de Mujeres Trabajadoras y Desempleadas “María Elena Cuadra”.
Un sondeo realizado en agosto por esta organización reveló la cruda realidad. Entre marzo y julio de este año, unas 9,600 trabajadoras de la maquila quedaron sin un ingreso como consecuencia de la pandemia.
“Esto refleja la inestabilidad laboral que han vivido los trabajadores de este sector (…) Es necesario señalar que estos datos son monitoreados por nuestro equipo organizador a partir de la información que brindan los y las trabajadoras”, señaló Ramos a La Lupa.
Un informe de la Comisión Interamericana de la Mujer (CIM) reveló en julio pasado que globalmente las mujeres son más pobres que los hombres y con la pandemia del coronavirus esa disparidad aumentó por la pérdida de empleo formal.
Antes de la crisis, según datos del Movimiento María Elena Cuadra, este sector económico empleaba a unas 85,000 personas, entre hombres y mujeres.
Trabajo temporal
Después de confirmarse el primer caso de COVID-19 en el país, las empresas de zona franca, “producto del acuerdo tripartito”, adoptaron medidas para evitar contagios entre los trabajadores.
El 23 de marzo pasado, la empresa Gildan, una de las más grandes del sector textil en Nicaragua, que antes de la crisis empleaba más de 11,000 personas en sus tres plantas ubicadas en San Marcos, Rivas y Masatepe, suspendió operaciones, como una medida para prevenir un numeroso contagio por la COVID-19.
Ramos agregó que a partir de junio, algunas empresas iniciaron procesos de “contratación paulatina a nuevos trabajadores”, pero de forma temporal por un periodo de tres o cuatro meses.
Las empresas hicieron contratación temporal para terminar los trabajos de mascarillas quirúrgicas o para cumplir con los pedidos de alguna marca en específico.
“En este periodo señalado de forma temporal fueron contratados 4,000 nuevos trabajadores temporarios, como una muestra de la flexibilización laboral que les garantizó el oneroso convenio tripartito”, señaló.
Los envían de vacaciones
Según Ramos, en los primeros meses de la pandemia los empleadores enviaron aproximadamente a 49,000 trabajadores de vacaciones y otros 20,000 fueron enviados a sus casas bajo la modalidad de “suspensión colectiva”, que contempla el artículo 38 del Código Laboral, con solo “seis días de salarios”.
“A partir del mes de mayo, junio, julio y agosto los trabajadores en suspensión o de vacaciones se han ido incorporando paulatinamente a sus puestos de trabajo”, agregó.
No obstante, el monitoreo reveló que “cuarentena (y) distanciamiento social” no fueron medidas que se pusieran en práctica en este sector, es decir “no lograron observarse”, denunció Ramos.
“Únicamente suministro de alcohol a la entrada de las fábricas, algunas suministraron mascarillas, algunas empresas adquirieron pistolas para medir la temperatura (…) Se nos informó que trabajadores que presentaban calentura o alguna sintomatología, se les remitía a sus casas”, mencionó.
En este tiempo de pandemia, los trabajadores de la maquila lanzados a la desocupación no fueron beneficiados de “ninguna acción de ayuda humanitaria”, ni siquiera por parte de las mismas empresas.
Ramos recordó que este sector produce “jugosas ganancias” que se reflejan en los más de 3 mil millones de dólares en exportación que tuvo este sector al cierre del año 2019.
El sector de zona franca se beneficia de los acuerdos y tratados de libre comercio que ha firmado Nicaragua con Estados Unidos y la Unión Europea, Canadá, Taiwán, Corea, Panamá entre otros, destacó la directora de este movimiento de mujeres.