Un total de 145 agresiones dirigidas a mujeres activistas y defensoras de derechos humanos en Nicaragua fueron reportadas en un periodo de 13 días en una nueva oleada represiva del régimen, según reporte de la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras).

Las agresiones ocurrieron en los primeros 13 días del mes de septiembre, siendo la Policía Nacional sigue siendo el principal “perpetrador de estas acciones” junto a civiles armados y fanáticos del régimen. Sin embargo, las denuncias siguen aumentando en una nueva oleada de represión en lo que va de este mes.

El hostigamiento y la restricción a la libertad de movimiento siguen siendo las prácticas de agresión más frecuente en contra de las mujeres activistas y defensoras de derechos humanos, refiere IM-Defensoras.

En este periodo, las mujeres también recibieron amenazas de muerte y de violación, además se reportaron detenciones y retenciones arbitrarias colectivas contra ocho activistas.

Por otro lado, hubo uso excesivo de la fuerza, así como criminalización e investigaciones ilegales en su contra, sin dejar a un lado los acostumbrados allanamientos de vivienda sin orden judicial, daño a la propiedad personal, campañas de desprestigio en redes sociales, estigmatización y expresiones de odio.

“Se ha reportado que, en dicho contexto, dos mujeres activistas fueron violadas en la noche del viernes 11 de septiembre. A todo ello se une que activistas y defensoras también han enfrentado ataques como ridiculización por orientación sexual”, refiere IM-Defensoras.

Discurso del régimen

Para Maryce Mejía, enlace nacional de la Red de Mujeres contra la Violencia, los ataques en contra de las activistas y mujeres defensoras de derechos humanos es un discurso y una política “de arriba”.

“Rosario Murillo dio fuertes declaraciones directas contra las defensoras y eso recalca en los fanáticos y las estructuras del Gobierno, son ataques directos físicos como a nivel de asedio, persecución, control y vigilancia a las defensoras”, denunció Mejía.

Las acusaciones de Murillo contra las mujeres ocurren luego de que el pasado 13 de septiembre un grupo de feministas saliera a la calle a realizar una manifestación en Carretera a Masaya demandando justicia tras los dos femidios ocurridos en Mulukukú, en la Costa Caribe Norte el sábado 12, cuando dos niñas fueron asesinadas en la comunidad de Lizawe.

Más de 30 mujeres decidieron protestar a pesar del estado policial, aunque la protesta fue disuelta, al menos cinco fueron detenidas de forma temporal.

Daysi Godoy, Jennifer Browm,  Ileana Lacayo, Martha Alvarado, Amaya Coppens, Maribel Rodríguez, María Guadalupe Ruíz Briceño y Neyma Hernández, se encuentran en las principales víctimas de esta oleada represiva del régimen.

“Es importante mencionar que en el caso de las expresas políticas, las amenazas también están vinculadas a volverlas  a encarcelar y judicializar”, denuncia IM-Defensoras.

Amedrentar

El primero de septiembre, la activista y feminista María Teresa Blandón, directora de La Corriente, denunció ataques en su propiedad y actos de intimidación en su contra.

“Puta barata”. “Por 100 pesos te puedo coger”. Fueron insultos sexistas que un sujeto desconocido dejó pintado en  la pared de la casa de la activista, que calificó el hecho como algo inusual.

La persecución política y violencia estatal ocurrida en este periodo es una forma de “amedrentar a la opositores, activistas y organizaciones” que se manifiestan en contra del régimen, que anhelan un país en democracia y piden elecciones transparentes, señaló IM-Defensoras.

“Especialmente graves y preocupantes son los reportes de violencia sexual contra mujeres activistas y defensoras (…) Identificamos un comportamiento similar a mediados de abril, en la conmemoración de dos años del inicio de las protestas en Nicaragua”, denunció el organismo.

Según Mejía, esas 145 agresiones son el resultado mismo de la “represión” que ejerce el régimen en Nicaragua.

“El movimiento feminista hemos sido uno de los principales movimientos sociales y un sector fuerte que habla o alza la voz contra todos los atropellos a los derechos humanos”, puntualizó Mejía.

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