Delitos de odio contra las personas LGBTIQ+ persisten en Nicaragua
Las mujeres trans en Nicaragua siguen siendo las principales víctimas "de formas graves y letales de violencia", según informe
Las mujeres trans en Nicaragua siguen siendo las principales víctimas "de formas graves y letales de violencia", según informe
Durante el primer trimestre de 2024 ocurrieron 9 hechos de violencia y de discriminación en contra de la comunidad LGBTIQ+ en Nicaragua, tres de ellos fueron catalogados como delitos de odio por el Observatorio de violaciones a derechos humanos de personas LGTBIQ+ desarrollado por la Asociación Feminista La Corriente.
Los tres delitos de odio fueron cometidos contra: Josuhara Brown Dixon, mujer trans que fue encontrada sin vida en el río Sábalos, con evidentes signos de violencia; Teresa, una mujer trans de 31 años de edad, fue encontrada sin vida en un predio baldío; y, Dereck José Gómez Tijerino, joven homosexual de 22 años, quien fue asesinado cerca de la Catedral de Managua.
El Observatorio ha constatado que «las mujeres trans han sido víctimas de formas graves y letales de violencia, lo que aparece como una tendencia durante los últimos años, en donde los trans-femicidios han ido en aumento».
Otras formas de violencia documentadas fueron violencia verbal, violencia física y desaparición, perpetrados principalmente en Managua (6), Masaya (1), Carazo (1) y León (1). La mayoría de las víctimas son mayores de 35 años, quienes fueron violentadas en su mayoría por personas desconocidas (7).
«La impunidad y la cultura del silencio son una clara evidencia de la normalización, justificación y reproducción de la violencia que se ejerce en contra de lesbianas, homosexuales, personas trans, bisexuales y no binarias», detalla el informe del observatorio.
En los casos reportados durante el primer trimestre del año 2024, la respuesta de la justicia sigue siendo deficiente o inexistente en algunos casos por la misma desconfianza de las víctimas hacia las autoridades competentes.
De acuerdo al reporte, tres de las víctimas prefirieron no poner la denuncia ante la Policía porque consideraron que no iban a tener respuesta, por la desconfianza hacia la institución y porque no querían ser revictimizadas por los funcionarios de la institución.
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«La acción policial continúa siendo ineficiente, tardía, y en algunos casos inexistentes, lo que, sin duda, contribuye al clima de impunidad que prevalece en el país. Frente a ello, se hace cada vez mas urgente cuestionar los prejuicios que como sabemos está en la base de la violencia que sufren aquellos cuerpos que con su sola existencia cuestionan los mandatos de género», destaca el observatorio.
Desde el observatorio y la asociación feminista, se recomienda la necesidad de continuar nombrando la violencia, sus causas y el daño que provoca, como forma de sensibilización para el cambio a favor del reconocimiento y respeto a la diversidad en Nicaragua y el mundo.