Costa Rica enfrenta un rebrote de infectados por COVID-19, entre los que se encuentran 349 personas extranjeras, así como 1,112 costarricenses que también fueron confirmados positivos con COVID-19, según el Ministro de Salud de Costa Rica, Daniel Salas.

Desde el lunes pasado, cuando se reportaron 301 extranjeros contagiados (143 de ellos sin documentos) el número de infectados incrementó después que se confirmaran 48 nuevos casos.

Algunos medios costarricenses, afirmaron que muchos de los extranjeros son residentes en Costa Rica, otros ingresaron en condición administrativa irregular, y también hay algunos que estaban en condición de turistas al inicio de la pandemia.

El ministro Salas informó que hasta el 10 de junio se registraron 86 nuevos casos de COVID-19 para un total de 1,461 casos confirmados.

Las autoridades costarricenses cerraron varias empacadoras de tubérculos y otros productos agrícolas, que emplean a extranjeros por haberse detectado casos positivos en esos lugares.

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Una difícil situación

El ministro Salas enfatizó que las empresas están comprometidas a cumplir con las medidas de prevención y protocolos de salud, pero advirtió que si los “empleadores no se fajan con el cuidado que amerita la situación pondrán en riesgo a todo el país”.

Según el Ministerio de Salud costarricense los casos positivos se registran en 74 cantones del país, de los casos positivos 1,228 son adultos, 69 adultos mayores y 164 menores de edad.

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Desde el pasado 6 de abril cuando confirmaron el primer caso, un total de 722 personas se han recuperado de la enfermedad en 66 cantones.

Ante este nuevo escenario de la pandemia, Costa Rica anunció el endurecimiento de las medidas restrictivas en tres cantones fronterizos con Nicaragua, donde se concentran los nuevos contagios.

“Es una situación difícil en medio de una situación ampliada, no es culpa de la población (nicaragüense). Hemos tratado de manejarlo de la forma más responsable, tratando de hacer esas identificaciones de ingresos irregulares, es una frontera muy porosa, si hay una persona crítica en nuestro suelo tenemos que atenderlo”, dijo el funcionario en conferencia de prensa.

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Este miércoles, las autoridades sanitarias costarricenses confirmaron que al menos 20 personas que habitan en el asentamiento migratorio conocido como La Carpio, un barrio donde viven particularmente nicaragüenses, fueron trasladadas a un centro de contención primario o sitios de aislamiento temporal.

Las autoridades sanitarias de este país han dicho que su esfuerzo se concentra en “que la mayor cantidad de personas no fallezcan cuando se complican y que tengan ese acceso” al sistema de salud.

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