El turismo en Nicaragua no retoma la ruta del crecimiento. La situación sociopolítica iniciada en 2018, provocó una estampida de los turistas y dos años después la actividad económica sigue en declive y podría empeorar este 2020.
Los empresarios del sector consideran que mientras no exista una salida a la crisis sociopolítica, seguirán enfrentando serias dificultades y aunque siguen resistiendo se han hecho más pequeños.
El año pasado, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo mandó al Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) a realizar una serie de viajes para promover el destino y lograr el reposicionamiento del país a nivel internacional, pero los esfuerzos han sido en vanos mientras continúan manteniendo un estado de sitio de facto.
Te contamos cinco razones que no permitirán por lo pronto que esta industria resurja de las cenizas:
- FALTA DE TURISTAS
Sandra Mejía, es una pequeña empresaria hotelera que está alejada de la actividad debido a que no tiene visitantes que se hospeden en su local La Posadita de Bolonia.
“Solamente abro cuando tengo clientes, pero el resto del tiempo no tengo a nadie aquí, realmente estoy inactiva en la actividad”, afirmó Mejía.
En los últimos meses ha tenido que dedicarse a otras actividades para sobrevivir. Está convencida que mientras no se busque una solución a la crisis la actividad no volverá a tener el notable crecimiento que traía desde antes del estallido.
“Yo acabo de hablar con una gente que me traía grupos (de turistas extranjeros) a mí y me dijeron que van a seguir trabajando en Guatemala donde están trabajando desde el 2018 y en el hotel estoy recibiendo nacionales y gente de empresas que vienen por dos o tres días a una capacitación muy puntual”, señaló la empresaria turística.
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La realidad que viven los empresarios es contraria a las falacias gubernamentales. Según el Intur, en 2019 llegaron al país entre 1.3 y 1.4 millones de turistas, visitantes que empresarios como Mejía no vieron pasar por sus negocios como antes.
La cifra es mayor a los 1.2 millones de visitantes que se recibieron en 2018, el año de la insurrección cívica.
Para este año el instituto proyecta la llegada de entre 1.5 y 1.7 millones de turistas, según información publicada en su sitio web.
2. INCERTIDUMBRE ECONÓMICA
En diciembre pasado, la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) presentó un estudio técnico denominado la “Situación de las Pymes Turísticas en 2019” en el que se afirma que el 66.5% de los negocios esperan continuar operando.
Las pymes turísticas, sin embargo, se enfrentarán al tercer año de recesión económica.
Las perspectivas negativas del entorno económico, impactará las principales fuentes de crecimiento de la economía como la inversión extranjera, el turismo y la cooperación internacional.
“En este año 2020, a menos que venga algo de otro mundo, siento que estamos estancados”, insistió Mejía.
Los empresarios que no están contratando personal siguen haciendo varios ajustes para seguir operando.
Desde 2013, la actividad turística estaba dejando buenos ingresos al país y continuó por buen camino hasta 2017 cuando el sector generó 840.5 millones de dólares. Para 2018, los ingresos disminuyeron y Nicaragua apenas captó 544.4 millones de dólares.
Del 2019 no se conocen cifras globales de los ingresos por turismo, únicamente se sabe que en el primer trimestre la actividad generó 113.1 millones de dólares, según el Banco Central de Nicaragua (BCN).
“Hay rubros como el sector de turismo que todavía sigue afectado, hay cifras a nivel nacional que el turismo está aumentando, pero es un turismo local que consume en un restaurante en la playa 10 dólares en vez de 35 dólares, por ejemplo, entonces el sector de turismo que sigue afectado”, mencionó María Eugenia Mayorga, presidenta de la Red de Empresarias de Nicaragua (REN).
3. EL FANTASMA DE UNA GUERRA
La crisis derivada de las medidas extremas del régimen de Daniel Ortega puso en relieve el fantasma de la guerra en Nicaragua que venía reconstruyendo una nueva imagen para el país que había comenzado a convertirse en un destino turístico emergente.
“La visión que tenía la gente en Europa todavía no era 100% buena, apenas comenzaba a tener una visión diferente, siempre se había visto a Nicaragua como un país que estaba en guerra y como que después de tantos años el país empezaba a oírse, respetarse y venderse como un destino, y ahora vuelven a oír noticias de problemas”, señaló Mejía.
Un buen porcentaje de los turistas que arribaban a Nicaragua eran europeos y norteamericanos.
4. ESTADO POLICIAL EN LAS CALLES
Según el informe de Funides, el 69.8% de los negocios consideran que se debe mejorar los niveles de seguridad ciudadana.
“Yo quiero ir a vacacionar a un país donde yo me siento segura en las calles, donde voy a llevar a mis hijos, mi familia, y voy a disfrutar de un destino de playa, de montaña o combinación de otros factores”, enfatizó Mejía.
La excesiva presencia policial que se mantiene en diferentes ciudades para disolver cualquier tipo de protesta, en lugar de hacer un trabajo preventivo no abona a la imagen que proyecta el país al exterior.
5. ALZA DE ENERGÍA Y MÁS IMPUESTOS
El incremento en el costo de la energía y en el pago de impuestos está afectando al sector.
El 78% de los negocios se quejaron de los altos cobros que realiza la distribuidora de energía en el país, mientras que el 44% dijo que son los impuestos
Según el Centro Humboldt, el año pasado la energía se incrementó en aproximadamente un 20%.
La factura de energía eléctrica vendrá más cara a partir de febrero próximo, luego de que entrara en vigencia, el pasado primero de enero, un tercer ajuste al subsidio de la tarifa energética, que afecta directamente a las familias que consumen entre 100 y 150 kilovatios horas por mes. Esto afectará a pequeños negocios.
La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) denunció el año pasado que la reforma fiscal impuesta por el régimen de Ortega terminará de hundir al sector y les da un tiro de gracia.
«La pretensión del Gobierno de implementar una ley de reformas a la Ley de Concertación Tributaria en medio de la aguda crisis sociopolítica y económica que vive el país, resulta un contrasentido, ya que lejos de alcanzar su finalidad recaudatoria, lo que hará es profundizar la recesión económica, el deterioro social, acelerar la quiebra de empresas, incrementar el desempleo y fracturar más aún al país», advirtieron.
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