Al menos 50 organizaciones no gubernamentales fueron despojadas de su personería jurídica de forma arbitraria por la Asamblea Nacional durante una sesión especial “en conmemoración al día de la dignidad nacional”. Una gran parte de las organizaciones canceladas son ONG que trabajan en la defensa de los derechos de las mujeres, de las personas jóvenes y de poblaciones vulnerables en comunidades rurales. Solo en este año serían 144 las ONGs canceladas y 2018 desde 2018.

“Necesitan desarticular cualquier forma de participación ciudadana, y cualquier forma de organización autónoma que no puedan controlar y que no puedan someter a sus intereses. Lo que pretenden es cerrar cualquier espacio de debate y de expresión ciudadana auténtica. Como (el FSLN) no cuenta con el respaldo popular que alguna vez tuvieron, asumen que cerrando las organizaciones de la sociedad civil van a restablecer el control que venían ejerciendo”, indica la socióloga feminista María Teresa Blandón, quien fundó el Programa Feminista La Corriente, organización afectada por el cierre.

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Según Blandón, el cierre masivo de las organizaciones civiles se debe a que la dictadura Ortega-Murillo quiere silenciar las voces disidentes para imponer su propia narrativa; y las organizaciones civiles, especialmente las que se dedican a temas de ciudadanía y derechos humanos, representan una amenaza para el partido de Gobierno.

Organizaciones como La Corriente, Casa de la Mujer Bocana de Paiwas, Fondo Centroamericano de Mujeres, Asociación para la Promoción de la Mujer de Waslala, Movimiento de Mujeres de Chinandega, entre otras organizaciones canceladas, brindaban oportunidades formativas, académicas y económicas a las mujeres para que iniciaran nuevos proyectos de realización personal.

El cierre de dichas organizaciones tendrá efectos negativos en poblaciones vulnerables como las mujeres de territorios, indígenas, LGTBIQ+ o jóvenes, ya que no tendrán espacios para formular sus demandas y organizarse.

“En un país muy pobre, desigual, polarizado, con mucha violencia y con un Estado que no funciona, la gente va a quedarse sin referencias, porque el Estado no les va a resolver esas demandas y las organizaciones de la sociedad civil que atendían esas demandas ya van a desaparecer. La población que trabaja con estas organizaciones se va a ver directamente afectada”, explica Blandón.

Dictadura cierra espacios de formación

El Programa Feminista La Corriente, organización recientemete cancelada, es una organización reconocida por sus 28 años de trabajo con jóvenes activistas y con personas LGTBIQ+ de todas partes de Nicaragua. Durante los casi 30 años de labor en defensa de los derechos de las mujeres y de las personas de la diversidad sexual, se dedicó a la formación académica, la producción de investigaciones y la realización de productos comunicacionales para la transformación de las relaciones de género.

Dicha organización realizaba ciclos de formación, diplomados, talleres, cursos y seminarios sobre equidad de género, feminismo, prevención de la violencia, y derechos sexuales y reproductivos, entre otros temas, dirigidos a hombres y mujeres jóvenes de todo el país; así como campañas de sensibilización nacional sobre estos temas.

Con el cierre de La Corriente también se cierra la Biblioteca Feminista La Malinche, biblioteca dirigida por la organización. Esta contiene una amplia gama de materiales impresos y audiovisuales sobre teoría de género recopilada desde la década de los 80’s, siendo la única biblioteca del país dedicada específicamente a la literatura feminista.

La Corriente también dirigía el Observatorio de violaciones a derechos humanos de personas LGBTIQ+ en Nicaragua, el único observatorio sobre la temática a nivel nacional, que reportaba las agresiones que viven las personas de la diversidad sexual y brindaba datos sobre el estado de sus derechos.

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“No tengo cifras sobre a cuánta gente hemos llegado porque no solo abarca los procesos de formación. Nuestra influencia es mucho más grande. Como nuestro programa Cuerpos Sin Vergüenza, que acaba de cumplir nueve años de existencia, y que tiene un  público muy amplio y muy diverso. Sí puedo decirte que el impacto que hemos tenido en todos estos años es clarísimo y es nacional, no solo en el Pacífico, también en la Costa Caribe y en otros países centroamericanos”, señala Blandón.

El cierre de La Corriente implicará el cese de formación académica para docenas de jóvenes, así como el cese de producción investigativa y la pérdida de todo el material de la Biblioteca La Malinche, ya que la reciente Ley General de Regulación y control de Organismos sin Fines de Lucro legaliza la confiscación de los bienes de las ONGs canceladas.

Mujeres de territorios son afectadas

Jamileth Chavarría, fundadora de la Casa de la Mujer Bocana de Paiwas, señala que el cierre de la organización afectará especialmente a las mujeres víctimas de violencia, dado que es una de las principales problemáticas que viven las mujeres de Bocana de Paiwas y que era una de los ejes más importantes que la organización trabajaba.

“Las mayores necesidades que tienen las mujeres en la zona es el derecho a la justicia, al trabajo y a la educación. Uno de los ejes fundamentales era la lucha contra la violencia machista, la violencia intrafamiliar, el derecho a la propiedad, a decidir sobre nuestros cuerpos. Tenía una emisora que se llamaba Palabra de Mujer, que el Frente Sandinista nunca le dio el aval para salir al aire, salíamos con el aval de otra persona, y siempre tuvo represalias”, explica Chavarría.

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La Casa de la Mujer Bocana de Paiwas fundada desde hace 30 años, contaba con la radio Palabra de Mujer, donde Jamileth Chavarría lo dirigía con el personaje de La Bruja Mensajera. Las mujeres del municipio denunciaban de forma anónima a sus agresores y La Bruja Mensajera los exponía en el programa. Debido a esto, Chavarría vivía constantes represalias por parte de hombres agresores como por personas fanáticas del partido de Gobierno.

Finalmente, en 2014 la radio Palabra de Mujer fue obligada a cerrar por órdenes de la dictadura Ortega-Murillo y Chavarría tuvo que exiliarse a España debido a amenazas. Desde entonces la radio ya no existe, pero la Casa de la Mujer continuaba trabajando con las mujeres de Bocana de Paiwas temas de derechos sexuales sexuales y reproductivos, salud femenina, empoderamiento y educación.

“Nosotras atendíamos las múltiples necesidades que tienen las mujeres en Paiwas y sus alrededores. Las mujeres viajaban para hacerse muestras de Papanicolau, les dábamos talleres para que culminaran la primaria, desaprendían el machismo y aprendían a apropiarse de ellas mismas”, indica Chavarría.

Según la feminista, el silencio impera en la zona y las mujeres ya no denuncian la violencia machista por temor, dado que las instituciones no las atendiden y la Casa de la Mujer no podrá continando con su labor.

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La Lupa Nicaragua