Vestida toda de negro, con el cabello recogido en una moña, esposada, pero sin bajar la mirada y custodiada por policías es como los isleños de Ometepe vieron por última vez a Celia Cruz, la única mujer trans que actualmente es presa política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Vilma del Socorro Cruz, madre de Celia, recuerda que el pasado 21 de abril que llegaron los oficiales a traer a su hija todavía pudo exigirle al agente que llegó por ella que le asegurara que su hija iba a regresar.

“Me dijo: sí, sí, madre, tranquila, no se preocupe”, comenta.

Celia fue llevada con engaños por la Policía a una supuesta entrevista con el jefe policial Yuri Valle. La progenitora de la mujer trans detalló que desde el lunes, 20 de abril de 2020, fueron asediadas por una camioneta Hilux y, posteriormente, su hija empezó a recibir llamadas de agentes de inteligencia que le decían que «el comisionado Yuri Valle quería entrevistarla».

La madre de Celia le dijo que no fuera y ella aceptó quedarse en casa. Sin embargo, a eso de las 12 del medio día del martes, 21 de abril de 2020, los policías regresaron. Le llamaron y le dijeron que saliera, que la llevarían a la entrevista. 

«Me dijo voy a ir mamá, voy a ir, porque el que nada debe, nada teme. Voy a ir a hablar con él para que me diga qué es lo que quiere saber”, recuerda.

La madre de Celia, una mujer de baja estatura, regordeta y de voz dulce, lamenta haberse quedado solo viendo como se iba su hija con esos policías. “Solo me quedé viéndolos hasta que se perdieron, fue como a eso de las 12:30 o 12: 40 del mediodía, no sé por qué no me les pegué”, apuntó Cruz.

Celia Cruz al momento que era trasladada hacia las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial en Managua. Foto: Tomada de las redes sociales.

Vilma no supo más de su hija hasta las dos de la tarde, cuando recibió unos mensajes de texto donde Celia le indicaba que aún la tenían en la estación policial de Moyogalpa, que no sabía qué iba a pasar con ella, que la tenían en una oficina y que todos estaban reunidos. En el último mensaje le pide que no le escriba porque cree que le van a quitar el celular.

Tras el último mensaje de su hija, Vilma se quedó preocupada pero decidió seguir esperando en casa a que se la llevaran. Sin embargo, sus esperanzas murieron cuando uno de los amigos de Celia le informó que había una foto en la que sale su hija, esposada y siendo llevada hacia Rivas.

La Policía sacó a Celia de la isla que la vio nacer a eso de las 3:00 de la tarde por el puerto San José, procurando alejarse de Moyogalpa, donde la mujer trans tenía más conocidos.

A Vilma le dijeron que la sacaron en una patrulla por San José y que la llevaban enchachada. Desde entonces, no sabe más que lo que los abogados le informan de su hija.

La acusación

La detención de Celia Cruz ocurrió 36 horas después que la mujer trans fuera grabada, junto a un grupo de habitantes de la comunidad de Esquipulas, Moyogalpa, en la Isla de Ometepe, increpando al oficial orteguista Noel Reyes, quien minutos antes había caído de una patrulla, luego de atacar a los comunitarios que habían defendido a un grupo de muchachos que alzaron la bandera de Nicaragua y lanzaron dos morterazos en conmemoración de dos años de la Rebelión de Abril.

Cruz, el 19 de abril, pudo regresar a su casa, pero ese primer día de asedio orteguista contra la población de Ometepe fueron detenidos cinco isleños, dos de estos heridos de bala por la Policía. Mientras que el 20 de abril fueron detenidos dos ciudadanos y el 21 ocurrió la detención de Celia.

Los ciudadanos reportados como detenidos, heridos y golpeados por la Policía del régimen son: Justo Rodríguez López, Edwin Mora Cajina, Jean Carlos Mora, Enyell Joel López Mora, Yubrank Abel Mora Romero, Leyla Mora Martínez, Juana Estela López, madre del joven Junior que se lanzó de la tina de la patrulla el 19 de abril, y Alfonso López.

El abogado defensor de Celia Cruz, Everth Acevedo, explicó que su defendida fue llevada con engaños a una supuesta entrevista en la que le dijeron que «mediaría para liberar a los otros presos políticos, pero luego la trasladaron para Managua».

Celia Cruz, mujer trans, era reconocida en la Isla de Ometepe como una opositora azul y blanco. Foto: Tomada del perfil de Facebook de Celia.

Su abogado defensor detalla que está acusada «por delitos de secuestro extorsivo, obstrucción de funciones y daño agravado».  Ella le comentó durante la audiencia preliminar, que se realizó el 23 de abril, que no la golpearon y no le hicieron ningún tipo de tortura física a diferencia de los otros detenidos.

El defensor legal de Celia explicó que, en caso de que su defendida sea declarada culpable y sentenciada a la pena máxima, podría enfrentar unos 17 años de prisión, ya que la pena máxima para secuestro extorsivo es de 10 años, en el delito de obstrucción de funciones son 4 años y en daño agravado son 3 años.

La detención de Celia fue una de las más demandadas por los fanáticos orteguistas, a través de las redes sociales, ya que la también activista azul y blanco aparecía en un video donde se increpa al suboficial Noel Reyes, demandando que se liberara a los jóvenes detenidos y que vieran el daño que estaban haciendo a la población.

El defensor apuntó que ese video no podría ser usado para incriminar a Celia, todo lo contrario, pues en ningún momento se ve que tiene  detenido al suboficial, tampoco se le ve golpeándolo.

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Una mujer trabajadora

Celia es conocida en Moyogalpa como una mujer trabajadora. En su humilde casa de concreto y sin muro frontal, pero limpia y ordenada, donde solo habitaba con su madre, era el sostén económico.

Vilma, la madre de Celia, afirma que su hija nunca se dejó vencer. Además, la describió como alegre, sociable y perseverante, pues cuando no pudo seguir estudiando ingeniería en sistemas no se dio por vencida y comenzó a abrir todo tipo de negocios pequeños con los que ayudaba a mantener la casa.

El último negocio que tenía Celia, antes de ser detenida, era de venta de comidas y quedaba a pocos metros de la estación policial de Moyogalpa.

La madre de esta mujer trans explicó que su hija tenía poco más de un año de tener el negocio, pero que siempre luchaba con el asedio porque siempre fue «abiertamente opositora desde abril 2018».

«Siempre perteneció a los azul y blanco. No se perdía ninguna marcha. En la primera marcha masiva que hubo en la Isla, creo que fue para mayo, ahí estuvo. En la gran marcha de las madres hasta viajó a Managua, era muy activa y por eso varios sandinistas me la mal querían», lamenta.

La madre de Celia recordó que esta detención ilegal contra su hija no es la primera. La mujer explicó que en octubre de 2019, cuando estaba ya en el negocio de venta de comida, fue detenida solo porque puso «música vandálica».

Vilma Cruz, madre de Celia Cruz, demanda la libertad inmediata de su hija. Foto: La Lupa/ Óscar Navarrete.

«Se la llevaron y la gente se levantó. Varios se fueron agrupando poco a poco esa vez en las afueras de la estación. Yo llegué, me recibieron, me anotaron y me hicieron salir sin decirme por qué la tenían, pero a las horas la liberaron por la presión de la gente, que ya había advertido que no los dejarían salir con ella», detalló Vilma.

Ahora, con esta nueva detención ilegal contra su hija, la madre de Celia solo exige que se la devuelvan, que se la liberen y se la entreguen así como la sacaron de su casa.

«Que me la regresen a su hogar, pero sana y salva, porque viva se la llevaron y viva tiene que regresar. Que regresen a todos esos muchachos inocentes a sus madres», culminó la progenitora de la Celia Cruz de la Isla de Ometepe.

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La Lupa Nicaragua