Cadena perpetua: No es la solución a la violencia machista
Después de más de un año de aprobación, el país sigue registrando altos números de femicidios y de violencia contra las mujeres.
Después de más de un año de aprobación, el país sigue registrando altos números de femicidios y de violencia contra las mujeres.
A más de un año de la aprobación e implementación de la pena de cadena perpetua revisable para los “crímenes de odio”, incluyendo femicidios, esta no ha tenido efectividad en la reducción de la violencia contra las mujeres, señala “Maritza”, activista feminista e integrante del Colectivo de Mujeres de Matagalpa en el área de derechos humanos, quien solicitó el anonimato debido a la persecución de la dictadura Ortega-Murillo.
“La cadena perpetua no tiene ningún efecto en la situación de violencia que viven las mujeres. No nos beneficia de ninguna manera, sin importar los duras que sean las penas o incluso que sea pena de muerte. Nada va a reducir la violencia porque las circunstancias que se viven en este país son las mismas. Siguen existiendo las mismas formas de odio contra las mujeres y no hay un cambio, eso se muestra en los 27 femicidios de este año”, señala la activista.
Lee: Mitos y desinformación, así es la educación sexual en Nicaragua
“La pena de prisión perpetua revisable”, a como la estableció la Asamblea Nacional, se aprobó en enero de 2021 sin un consenso social sin un análisis exhaustivo y en un clima político represivo donde se determinó que es aplicable para delitos graves, “cuando concurran circunstancias de odio, crueles, degradantes, humillantes e inhumanas”.
La misma se añadió a la tres veces reformada Ley 779, Ley integral contra la violencia hacia las mujeres, y por la que se ha condenado a ocho femicidas: cuatro en 2021 y cuatro en lo que va de 2022, según los registros del observatorio de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
Sin embargo, Martha Flores, directora de CDD, manifiesta que esta pena no asusta a los agresores, no los disuade de seguir violentando a las mujeres y no resuelve la problemática de la impunidad de los femicidios y las tentativas de feminicidio.
“La cadena perpetua no nos favorece en nada, ya que el aumento de pena no va a solucionar la problemática de violencia machista. La violencia machista se puede reducir con programas de prevención en educación desde los niveles escolares de primaria y campañas permanente”, señala.
La inefectividad de la pena perpetua se refleja en los más de 27 femicidios de este año y los 72 femicidios registrados el año pasado por las CDD y en la crueldad en la que se han cometido. Además, en los boletines estadísticos del Instituto de Medicina Legal (IML) tampoco se muestra una reducción en la violencia contra las mujeres dentro de las familias.
Solo en 2021, el IML registró 7.209 peritajes de lesiones físicas por violencia dentro de la familia realizados a mujeres, adolescentes y niñas donde más del 60% de los casos el agresor es la pareja o expareja. Mientras que entre enero y febrero de este año se registran 1.182 peritajes con la misma tendencia.
Para Maritza, es incongruente que se haya introducido la pena perpetua dentro de la Ley 779, ya que las autoridades no implementan esta ley correctamente, no realizan los protocolos adecuados para la atención de mujeres víctimas de violencia, dejan en la impunidad a los agresores, y solo actúan cuando ocurre el femicidio.
También: América Latina, la única región donde los embarazos infantiles siguen aumentando
“Para que realmente se reduzca la violencia el Estado debe reconocer la violencia contra las mujeres que hay en el país y que es grave. Se debe trabajar desde la prevención, no solamente es agarrarlos, echarlos presos y tenerlos en una cárcel. Hay que prevenir esos asesinatos, ver de dónde viene esa violencia y luchar contra ella, pero aquí no hay una lucha contra eso y no hay prácticas de protección para las mujeres”, señala.
También señala que “no tiene sentido” que el Estado pretenda condenar los crímenes violentos cuando al mismo tiempo continúa liberando de manera frecuente a reos con historial de violencia, y sin haber cumplido con la mayoría de la pena quedando sus delitos en la impunidad.
Por lo que Maritza indica que todavía no es seguro que los femicidas condenados con la pena perpetua realmente lo cumplan, ya que después de 30 años de haber estado en la cárcel pueden acceder a ciertos beneficios, incluyendo la apelación de la pena.
“La gente sin hacer un análisis muchas veces piensa que la cadena perpetua puede reducir la violencia, pero en general no tiene ningún tipo de efectividad porque leyendo un poco, cumplen 30 años y luego tienen derecho a apelar, así que tampoco nos asegura nada”, indica.