El mes de septiembre en Nicaragua fue uno de los más alarmantes en cuanto a las cifras de femicidios reportados, el Observatorio Católicas por el Derechos a Decidir (CDD), contabilizó diez en total, destacando que en el Caribe del país sucedieron la mayoría.

En esta entrevista a La Lupa, Arelly Barbeyto socióloga y antropóloga caribeña, quién ha trabajado junto a organizaciones que luchan por la defensa e igualdad de las mujeres, en la Región Autónoma Atlántica de la Costa Caribe de Nicaragua, destaca en base a sus conocimientos cuáles son las zonas del país, en las que las mujeres se encuentran en mayor vulnerabilidad e impunidad ante los casos de femicidios.

Ilustración La Lupa

Según tu trabajo y experiencia, ¿cuál consideras que sea la zona de Nicaragua en que las niñas, adolescentes y mujeres son más expuestas a femicidios e impunidad de estos delitos?

A mi juicio en la zona dentro de Nicaragua, y yo particularmente me enfoco en la zona del Caribe, diría que de las zonas geográficas más afectadas por femicidios, tomando en cuenta los reportes realizados por CDD,  diría que de las zonas más afectadas está entre el centro de Nicaragua y la que ya conocemos como el Caribe del país, pero nosotros también la conocemos por la “vieja Frontera Agrícola” y la “Nueva Frontera Agrícola”, que está entre los municipios de Matagalpa, San Ramón, Matiguas, pero también en las zonas del Caribe Sur, que son parte de la vieja frontera agrícola, por ejemplo Nueva Guinea, Muelle de los Bueyes, Río Grande de Matagalpa, Paiwas, toda esa zona entre el centro y el Caribe nicaragüense, es población mestiza.

Toda esta zona es de donde están viniendo los reportes de femicidios, y antes lo que veíamos es que los femicidios afectaban a las mujeres adolescentes y jóvenes, pero ahora estamos observando que afectan a las adultas y en este caso, estamos observando a más niñas afectadas por el femicidio. Lamentablemente la ley fue reformada y a veces no podemos llamarlos femicidios y por lo tanto estos casos quedan fuera de las estadísticas, pero coincidiendo con CDD, me parece que esa es la zona más afectadas.

¿Por qué crees que estén sucediendo con mayor frecuencia y sea esta la zona más alta en la tasa de femicidios del país?

Además de que el Estado se muestra ausente y ante las dificultades geográficas, lejanía y pobreza, las mujeres se ven menos apoyadas, quedando sus casos en impunidad, pero yo más bien creo que estos hechos se deben a la masculinización y la hipermasculinización de la región, porque recordemos que estas zonas fueron altamente vulnerable de la guerra y la postguerra, donde ha prevalecido la militarización de la vida cotidiana, y probablemente eso explica la existencia de una mayor imposición del machismo.

¿Estos reportes son notables hasta ahora o ya había algunos de la incidencia de femicidios en la zona?

Estos reportes desde antes ya eran presentados, la fotorreportera Margarita Quintanilla, había hecho una foto exposición de femicidios, en donde incluso la fue a presentar a la región y pudimos observar precisamente que era esa la zona más afectada. Entonces el reporte no es reciente, nosotros sentimos que ese repunte viene desde hace rato y merece la pena focalizar esfuerzos en realizar trabajos de investigación, pero también de acompañamiento, promotorias y seguimiento a la situación de los femicidios en esa región del país.

Respecto a la Región Autónoma de la Costa Caribe de Nicaragua, tomando en consideración que en esta zona los crímenes sexuales son juzgados bajo el derecho consuetudinario, ¿Cuáles son los vejámenes que sufren las niñas, adolescentes y mujeres de la región, ante situaciones no solo de femicidios, sino también de explotación sexual, abuso sexual y tráfico de personas?

En las niñas y adolescentes prevalece la desprotección debido a la vulnerabilidad socioeconómica y al cambio en las normas indígenas ocasionado por la incursión de la economía del dinero, en este caso la presencia más contundente en algunos territorios, no vamos a decir que todos, pero en algunos ya es evidente la presencia de las empresas transnacionales. La presencia de colonos o terceros como establece la ley 445, el aumento del comercio que se presenta en esta zona, por ejemplo los que conocemos como semaneros, que son personas que dejan productos de comercio a pagos por plazos, estos son normalmente hombres que cobran y venden en las comunidades, y se han expuesto casos muy serios de abusos sexuales y de comercio sexuales en las zonas indígenas.

Debido a la recurrente presencia de los hombres que llegan a estas comunidades indígenas, y frente al desempleo y la falta de recursos económicos se aceleran algunas situaciones que exponen a este grupo poblacional, a la trata, al comercio sexual, pero también a los abusos en sus propios espacios en la comunidad, y no hay sistemas de justicia indígenas de protegerlos con las normas que hasta ahora existen en las comunidades, y también los valores y las filosofías de vida de las comunidades que ya se han visto influenciadas debido a este movimiento que atraviesan. Entonces las niñas están más expuestas a todo tipo de vejámenes que tiene que ver desde la trata y comercio sexual, y se están tergiversando las normas comunitarias que hasta hace poco existían en relación a acuerdos comunitarios culturales.

¿Es importante que el resto de la población nicaragüense conozca la situación que viven las niñas, adolescentes y mujeres en esta región?

Sí, porque en general se desconoce y cuando se conoce se estigmatiza y se racializa, además en situaciones de violencia las mujeres del Caribe de Nicaragua, experimentan otras situaciones particulares, como la red de justicia estatal y de sociedad civil muy limitadas para acudir rápidamente y enfrentar la violencia. Recordemos que la inversión estatal ha sido más lenta y menos priorizada en el acceso a los servicios sociales, por ejemplo a los servicios de salud, a los servicios de justicia, a las redes viales, la infraestructura social y productiva en general. Además las particularidades socioculturales y lingüísticas hacen que el acceso a la justicia tenga mayor complejidad.

¿Podríamos señalar entonces que viven en mayor vulnerabilidad las niñas y adolescentes de la Región Autónoma de la Costa Caribe que las niñas del Pacífico de Nicaragua?

Yo pienso que sí, porque es una región que geográficamente dispersa con zonas inaccesibles y lejanas de los centros urbanos y pueblos próximos, a donde se imparte justicia o donde opera el sistema de justicia estatal, las organizaciones de mujeres son muy pocas y operan con escasos recursos que se encuentran en el interior, o en las zonas de los llanos o litorales. Además los costos de movilización son muy altos, se suma a ellos que las poblaciones indígenas afrodescendientes, pero también las campesinas mestizas, sus condiciones socioeconómicas son precarias, es decir son poblaciones muy pobres, de esta manera estas familias no podrían sostener un caso ante el sistema de justicia por lo burocrático, costoso y postergado en el tiempo.

El uso de las lenguas maternas también es determinante para que las mujeres se movilicen en la ruta de la justicia ordinaria, requieren de apoyo generalmente proporcionado por las organizaciones de mujeres en la ciudad, también necesitan traductores y recursos económicos para poder sostenerse mientras los juicios avanzan y concluyen en una sentencia firme, eso generalmente no ocurre en todos los casos.

¿Consideras que las organizaciones de mujeres están trabajando en la búsqueda de detener y denunciar las alzas en las estadísticas de femicidios?

Yo no dudo que las organizaciones de mujeres están trabajando fuertemente, pero a la medida que uno se va alejando de las instituciones del centro de Nicaragua, también ve que son muy pocas las organizaciones de mujeres que trabajan en esa región, y hay que recordar que todas ellas trabajan con recursos económicos externos y no siempre hay recursos disponibles para trabajar la temática de la violencia, eso por un lado tiene que ver con los altos costos de operaciones que tienen estas entidades no gubernamentales, pero también el Estado tiene serias dificultades para llegar a las zonas rurales, y ha disminuido su enfoque a atender la situación de la violencia.

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La Lupa Nicaragua