Expertas en acoso machista en el medio digital advirtieron de las consecuencias de la violencia digital y creciente número de partidos políticos, en algunas regiones, que sacan rédito electoral y generan beneficios económicos, monetizando sus discursos de odio contra las mujeres en Internet.

El Parlament de Cataluña organizó la jornada «Violencia machista en las redes sociales», en la que participaron la profesora de la University College de Dublín, Eugenia Siapera; la abogada penalista Laia Serra; la coordinadora de Fembloc, Eva Cruells, y la experta del Center of Democracy and Technology, Asha Allen.

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Monetización de la violencia machista

Sipaera, dedicó su intervención a explicar las motivaciones del patriarcado en las violencias digitales, señalando que existen distintos actores y niveles de agresiones contra las mujeres en el mundo ‘online’. Por un lado, la violencia «ambiental» de bajo nivel y que no está organizada, sino que ejerce cualquier «misógino» desde su casa e insulta o envía contenido no solicitado a las mujeres desde que apenas son adolescentes.

En segundo lugar, las personas que sacan rédito electoral con discursos políticos que buscan que las mujeres retrocedan en cuanto a derechos humanos y vuelvan a roles tradicionales de épocas pasadas.

Y, finalmente, y de forma también organizada, los líderes de opinión que a través del flujo de visitas de sus canales y anunciantes pueden recibir dinero, esto es, monetizar sus contenidos basados en la misoginia y el odio a las mujeres, ‘influencers’ como Andrew Tate, indicó Siapera.

La violencia digital

Sobre esa diversificación en la motivación de las violencias digitales machistas, también ahondó la abogada Laia Serra, quien sostuvo que más allá del daño más ‘individual’ a cada mujer atacada existe también un daño más general a los derechos civiles y a la propia democracia.

«Estamos en un momento de gran transformación social en el que la violencia digital también tiene un papel de redimensión de roles e intereses ideológicos, políticos y económicos detrás», dijo Serra.

Así, la abogada mostró su preocupación por la voluntad de esas violencias de invisibilizar a las mujeres y mermarlas.

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Más allá, lamentó que algunos estudios hablen del creciente mensaje de madres de hijas de prudencia en las redes, un discurso de autocensura y restricción que ha pasado de lo analógico a lo digital y que recuerda a los discursos del miedo sobre salir sola de casa o vestir de determinada manera.

La sesión, en la que participaron parlamentarias así como académicas e incluso miembros de cuerpos de seguridad, estuvo moderada por la diputada de ERC Jen Díaz y la apertura estuvo a cargo de la propia presidenta del Parlament, Anna Erra, quien ha recordado que son especialmente las mujeres de la esfera pública las que más violencia reciben en redes con objetivo de acallar sus voces.

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EFE