A 44 años del asesinato del célebre periodista y director del diario La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, su historia se repite en la persecusión, criminalización y exilio de decenas de periodistas en Nicaragua, por sus denuncias de violaciones a los derechos humanos y su defensa a la libertad de expresión y de prensa.

Hoy que se cumple un año más de la muerte del Mártir de las Libertades Públicas, el contexto de represión que vivió en la dictadura de los Somozas, sigue permeando esta vez con una familia diferente, los Ortega-Murillo. A pesar de que han transcurrido más de cuatro décadas desde entonces, nada parece cambiar, denuncian periodistas nicaragüenses.

“La figura de Pedro Joaquín para Nicaragua y Centroamérica es emblemática. Hay que partir que el pensamiento de él sigue vigente. La libertad de expresión y de prensa son derechos humanos que no solamente son integrales de quienes hacemos periodismo, sino que son derechos para todas las personas y son importantes para el buen desarrollo de una sociedad en democracia. En Nicaragua lamentablemente se encarcela, persigue, asesina y violenta por defender estos derechos. Esto es porque el pensamiento y la filosofía de Pedro Joaquín continúa vigente, porque él luchó contra un régimen y nosotros seguimos luchando contra otro”, manifiesta Wendy Quintero, periodista exiliada desde hace cuatro años y comunicadora del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.

Quintero explica que el periodismo es uno de los principales blancos de ataque de los gobiernos autoritarios debido a que incomoda y expone los actos escabrosos que comenten; razón por la que la criminalización se repite independientemente de la época y del lugar. “El periodismo es un aliado para mostrar las violaciones a los derechos humanos. Y el periodismo que se ha hecho en los últimos cuatro años tiene un compromiso con la verdad, el profesionalismo, y que trata de desvelar cómo quienes están en el poder transgreden leyes y el Estado de Derecho”, expone.

Año 2021, uno de los peores años para las personas de prensa

El régimen Ortega-Murillo se ensañó particularmente contra las personas de prensa y medios de comunicación el año pasado, de manera que el periodismo está en una situación “crítica e histórica”.

De acuerdo con el reporte anual de Fundamedios, La calidad de la libertad de expresión retrocedió en la región, Nicaragua cerró el año con la peor crisis humanitaria y el registro diarios de violaciones a los derechos humanos. Con más de 160 personas presas políticas, se encuentran periodistas, trabajadores de medios, comentaristas y personas que emitieron opiniones políticas, que están siendo procesadas sin garantías judiciales bajo La Ley Especial de Ciberdelitos y la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros; leyes que han sido denunciadas por criminalizar el ejercicio periodístico.

Además, la persecución gubernamental ha llevado a las personas de prensa a la autocensura, a la renuncia de su trabajo y al exilio, de las que se contabiliza al menos 46 periodistas independientes que huyeron del país. Y se reporta a más de 50 personas periodistas o vinculados a medios de comunicación que fueron hostigadas y llamadas a declarar a la Fiscalía General de la República en la arbitraria investigación contra Cristiana Chamorro, directora de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro por los cargos falsos de lavado de dinero, gestión abusiva y falsedad ideológica.

Durante ese mismo año, Nicaragua se convirtió en el primer país de la región de no tener periódicos en circulación, pues funcionarios del Estado allanaron y registraron el Diario La Prensa y arrestaron a su gerente general, Juan Lorenzo Holmann. Dicho medio sigue confiscado y bajo custodia policial, luego de que anunciaran su último día de circulación de versión impresa, debido a que desde 2018 la Dirección General de Aduanas mantuviera retenido ilegalmente su papel  periódico.

La persecución contra periodistas mujeres ha sido permanente desde la crisis, ya que además de enfrentarse a los ataques del régimen, viven acoso e invasión en sus espacios íntimos y familiares.

Este nuevo año no es alentador para el periodismo nicaragüense, según Wendy Quintero, al contrario, se espera una nueva ola de exilio después de las fraudulentas elecciones presidenciales realizadas el 7 de noviembre de 2021. No obstante, asegura que el periodismo en Nicaragua está más vivo que nunca, lo que se refleja en la constante creación de nuevos medios de comunicación digitales, que han proliferado en los últimos cuatro años.

“El periodismo y los periodistas, tanto los que están en el país como los que estamos en el exilio hemos tratado de reivindicar los derechos de la libertad de prensa y de expresión, porque sabemos que estamos del lado correcto de la historia. Porque la creación de todos estos obstáculos como la Ley especial de ciberdelitos y Ley de soberanía es darnos la razón, porque han buscado de todas las maneras posibles callarnos, pero no lo han logrado”, asevera.

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