Un hombre, identificado como Eduardo Espino, atacó con machete a dos personas, dejando como saldo la muerte de Carlos Eduardo Sánchez y graves lesiones a su prima, Yelfrin Arroliga, quien perdió su mano derecha al intentar detener la agresión.

El hecho sangriento resultado de la violencia machista ocurrió la noche del domingo 17 de agosto de 2025 en la comunidad San Juan de la Plywood, en Tipitapa, Managua.  

Según reportes preliminares, Espino reaccionó de manera violenta tras ver a Sánchez en compañía de la mujer. 

Tras el ataque, Arroliga fue trasladada de urgencia a un centro asistencial de la localidad, donde se encuentra bajo atención médica por las graves heridas sufridas. Su estado de salud es delicado.

En tanto, la Policía Nacional circuló al agresor con el fin de dar con su paradero, pues tras cometer estos crímenes huyó del lugar inmediatamente. 

Mujeres víctimas de la violencia machista

El colectivo feminista Las Venancias condenó la agresión argumentando que, “independientemente de las circunstancias, ninguna persona puede quitarle la vida a otra bajo ningún motivo”. 

El grupo, además, recordó que detrás de estas agresiones existe un patrón de violencia machista que debe ser visibilizado y combatido. 

“Hay agresores que asumen que sus parejas o exparejas no tienen derecho de relacionarse con otros hombres porque las consideran como de su propiedad”, señalaron Las Venancias.

“Recordemos que las personas —subrayan— no somos objetos y por eso no tenemos dueños. Este no es un ‘crimen pasional’, es un homicidio, femicidio en grado de frustración y violencia física con lesiones gravísimas”. 

El homicidio de Carlos Eduardo Sánchez y las graves lesiones que sufrió Yelfrin Arróliga reflejan la persistencia de una ola de violencia que afecta a numerosas familias en Nicaragua, particularmente a las mujeres.

Organizaciones que defienden derechos de las mujeres insisten en que estos crímenes no deben justificarse bajo la idea de conflictos personales, sino reconocerse como expresiones de violencia de género

Aunque en Nicaragua existen las Comisarías de la Mujer, estas son oficinas que no operan en pro de la impartición de justicia. No cuentan con personal cualificado, no hay acompañamiento a la víctima, y tampoco están interesadas en promover la prevención de los femicidios.

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La Lupa Nicaragua