En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de conversar con la activista trans feminista, Victoria Rovira, defensora de los derechos de las personas trans y trabajadoras sexuales y Global Shaper.
Conversamos sobre los retos que sigue enfrentando la población LGBTQI en Latinoamérica. Victoria también es cofundadora de la coleciva Transparencias, primera colectiva transfeminista en Costa Rica y desde la cual trabajan en proyectos de visibilización y ayuda a personas trans en el país.
¿Qué te motivó a luchar como activista?
Desde el momento que una se declara abiertamente trans, las violencias se vuelven “justificadas” para la gente, antes las violencias eran porque era muy afeminada y no cumplía con el estereotipo de ser varón. Desde el momento de mi transición, que empecé a sufrir estas violencias porque estaba trabajando y me trataron pésimo por mi proceso, me llevaron a recursos humanos y la jefa departamental me dijo “solo porque a mí me gusten los payasos, no significa que voy a venir vestida de payaso al trabajo”.
Me acusaron de no decir que era trans cuando me contrataron e iniciaron estos ataques que me hicieron ver claro lo que me iba a tocar enfrentar y contra qué iba a estar luchando.
¿Cuáles son tus objetivos personales como activista?
Para mí lo importante es visibilizar más allá de que existe el tema del transfeminismo, hablar sobre los problemas que hay, las experiencias que hay, como se dan las situaciones, que esto no se visibilice permite que la gente piense que ya se está tocando el tema, pero no hay una investigación sobre lo que se da. Hay una percepción bastante errónea, malévola y morbosa sobre la vida de las mujeres trans y prefieren visibilizar el morbo y la humillación.
Para mí, la problemática es que no se está viendo cuál es la condición de las mujeres trans, porque no hay personas trans en los centros de educación o centros universitarios, porque no hay personas con acceso al servicio de salud. Esto nos permite ver que la situación de las personas trans no ha cambiado tanto y es importante visibilizar todo lo que falta.
¿Cuáles son las problemáticas en torno a la visibilización de las personas trans?
Hay momentos claves como en 2015 con la película “La Chica Danesa”, que es protagonizada por un hombre, no por una chica transexual y también causa la impresión de que ser trans es solamente un disfraz y aporta a la fetichización del movimiento. Luego sucede la transición de Caitlyn Jenner, que esta persona reivindica su identidad, sin embargo el problema es que es una persona desconectada sobre la realidad de los derechos de las mujeres trans y habían protestas con mucha tensión porque no había un esfuerzo por parte de Jenner hacia las mujeres trans, entonces esa es una problemática que no se visibilizaba.
Otra problemática es la fetichización de la sexualidad de las mujeres trans, porque la forma de visibilizar más común hacia las mujeres trans es la fetichización sobre su vida sexual.
¿Cómo surge la colectiva “Transparencias”?
Es un proyecto entre amigas, mujeres trans y feministas, nació en una noche donde nos reunimos para hacer catarsis, desde ahí comenzamos a vernos y surgió la idea de hacer una colectiva en 2018 y desde entonces hemos trabajado en la visibilización de las experiencias de personas trans, del trabajo sexual, más allá de conversatorios y asociaciones con organizaciones.
Este año estamos trabajando en una recolecta de víveres para trabajadoras sexuales, trabajamos con una organización llamada “La Sala” y la próxima campaña a lanzar es con una organización de mujeres trans (Transvida) para recolectar víveres.
¿Qué reflexiones te deja la legalización del matrimonio igualitario en Costa Rica?
Cuando se hizo la denuncia la exigencias eran la ley de identidad de género, derechos de las personas trans y matrimonio igualitario, entonces de estas 3 cosas solo nos dieron 1 y media, el matrimonio igualitario y con los proyectos de ley para personas trans dijeron “les vamos a dar el nombre, pero no les vamos a dar el reconocimiento de género” y actualmente hay un proyecto bastante cuestionable para atender a personas trans.
En general, falta mucha información y mucho trabajo, esto duró bastante y nos dieron peros y peros, la razón por la cual en realidad se dio fue porque ya no tenían más excusas y se acabó el tiempo. El proyecto está incompleto, falta mucho y lo que pasa es que no hay reconocimiento de personas trans, acceso a salud y vivienda.
¿Cuáles son los retos a enfrentar?
Uno que estamos enfrentando actualmente es que casi no hay leyes que sean contra crímenes de odio, vemos caso de personas LGBT a nivel latinoamericano que sufren desde palizas hasta asesinatos por su identidad sexual y no hay como resguardarles, no se puede llegar a decir que es un crimen de odio porque no hay suficientes leyes que lo resguarden. Hay otro reto gigante a nivel de educación, aunque hay países que han dado pasos al frente cambiando programas de educación, pero falta mucho. También falta educación en el hogar, porque la educación escolar llega hasta cierto punto.
¿Qué futuro tiene esta lucha?
Algo que yo hablo mucho con activistas es que “una es parte de la lucha, pero no es parte del final”, probablemente no lleguemos a ver el final porque hemos vivido experiencias que no nos van a permitir tener estas experiencias que están teniendo adolescentes que transicionan o que están teniendo parejas del mismo sexo desde la secundaria, hay que celebrarlo pero también hay que visibilizarlo, tenemos esto pero ¿Qué más podemos hacer?, sigamos haciendo y buscando cosas.
Es importante aprender de las personas que son menores que nosotras, nuestro trabajo no debería ser tan enfocado en arreglar el pasado, porque no lo podemos cambiar, la idea es ayudar a las personas que son menores que yo para que no sufran lo que yo, pero sobretodo aprender de ellos.
¿Consideras que debe modificarse la educación sexual cómo la concebimos?
Aquí entra el dilema de cómo hacemos para mejorar algo que sucede dentro de los espacios cerrados como son las familias, porque yo puedo generar un cambio en mi núcleo familiar pero no puedo meterme en otro, entonces aquí empieza el trabajo en conjunto con los gobiernos, ver cómo hacemos para generar espacios que no solo sean para infancias, sino para padres y madres. Cuando se habla sobre personas trans en medios de comunicación, la mayoría de las veces es sobre las violencias, pero no hay una forma de comunicar sobre cómo mejorar la vida de estas personas o también de las infancias LGBT, o tampoco hay programas en empresas para trabajar con personas trans, entonces te das cuenta que no solo falta en escuela ni en casa, falta a nivel de todo el sistema.
¿Qué nos está faltando como sociedad?
Nos sigue faltando que las personas sean más proactivas, cuando uno es adulto no puede esperar que alguien lo eduque, se puede educar con las herramientas que están ahí; a veces les das charlas y todo pero todo se queda ahí, nadie hace nada con esto, no sirve de nada ir a impartir una charla, contar experiencia de personas trans y demás, cuando nadie intenta ni siquiera replicar ese conocimiento.
¿Por qué es tan difícil para la población respetar la identidad de las demás personas?
Esto viene de los estigmas y estereotipos, no es algo que nace en el momento que ves a una persona diferente a vos, viene desde un contexto histórico que se aprendió tiempo antes, se quedó en tu mente y nunca te diste cuenta. Muchas veces la industria cinematográfica, a través de su performance, deja la impresión de que las mujeres trans son repulsivas, que tener acercamiento sexual con una mujer trans es incluso abusivo y todo esto empieza a generar mentalidades en las personas y no se dan cuenta, simplemente lo percibieron y cuando conocen a una persona trans traducen todo esto que han aprendido durante años, esto también genera que en nosotras se implante la idea de que somos repulsivas.
¿Cómo se traducen estas violencias en la vida de las mujeres trans?
Las problemáticas nacen desde los estigmas de que todas las mujeres trans son drogadictas, no tienen educación y trabajan en la calle, porque al tener esta perspectiva de las mujeres trans pasa que tenés niñas adolescentes que quieren transicionar y cuando lo hacen, las sacan del sistema educativo, de su familia, no le permiten entrar a protección infantil y termina en la calle en drogadicción y explotación sexual.