Tres medios de comunicación tradicionales en Nicaragua, con alcance nacional, que resisten a la línea de censura fueron amenazados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en ser cerrados sino acatan las orientaciones de excluir de sus informativos «temas políticos».

Según el último reporte de Red de Voces del Sur, en junio durante una semana completa monitorearon los noticieros y constataron «que 2 medios de comunicación de gran alcance excluyeron los temas políticos de forma total, mientras que 1 de ellos lo está haciendo de forma gradual».

Para el periodista Wilih Narváez esa política silenciadora obliga a los comunicadores a «hablar de cualquier otra cosa obviando la realidad nacional», o también es una forma de subsistir, pues el cierre de un medio de comunicación implica muchas «cabezas de familia» en el desempleo.

Como ocurrió con el personal de TV Merced, y Canal Católico San José, propiedad de la Diócesis de  Matagalpa y Estelí respectivamente  fueron sacados de la frecuencia de televisión por cable, por órdenes del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones (Telcor). Mientras que al medio escrito Trinchera de la Noticia le allanaron en junio y ese mismo mes les obligaron a cerrar definitivamente.

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Tras 28 años al aire, tambien cerró la emisora Radio Estéreo Libre, luego que la Asamblea Nacional canceló la personería jurídica de «Infantil Tuktan Sirpi-Jinotega”, entidad que administraba este medio de comunicación, que entregó sus equipos a «las autoridades nacionales», relata el informe de Voces del Sur.

El asedio estatal hacia los periodistas en Nicaragua llega al límite de impedirles dar cobertura a un accidente de tránsito, pero solo el reportero de Canal 10 en Madriz lo ha denunciado ese tipo de incidentes que vivió en dos ocasiones.

En junio de este año se registraron 67 agresiones a la libertad de prensa, predominando el uso de abuso de poder estatal en 64 casos, dos restricciones al acceso a la información y uno de restricción en internet.

“64 fueron perpetrados contra medios de comunicación (95.5 %), y 3 contra personas naturales (4.5 %). Del total de 67 casos registrados, estos recayeron entre 8 víctimas (2 personas naturales, 6 medios de comunicación); de las personas naturales 1 es del género masculino y 1 del género femenino”, detalla el informe.

Ese asedio a periodistas también pasa por el negarles el derecho a entrar y salir del país. Dos comunicadores no pudieron salir de Nicaragua «a uno de ellos las autoridades le confiscaron el pasaporte. La misma entidad migratoria fue señalada de manera pública por la periodista Tifani Roberts de negarle su derecho a ingresar al país a visitar a sus familiares».

Este tipo de presiones ha hecho que muchos de los periodistas exiliados hayan salido por «puntos ciegos» en las fronteras. Pero las barreras para informar no terminan ahí, pues cargan con el miedo de que tomen represalias contra sus familiares y las condiciones de vida en el nuevo país de residencia son precarias.

«Ejercen la profesión con mucha limitación y hay pocas redes de apoyo. Por otro lado, en el caso de las mujeres periodistas que tienen hijos e hijas se les hace más difícil ejercer su trabajo porque no tienen quién les ayude con el cuidado de los niños y las niñas», relata la periodista Cindy Regidor.

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También agrega que la inseguridad que genera el estatus migratorio es importante, como ocurre en Costa Rica, que mucho están pendientes de la solicitud de asilo.

Y es que esos periodistas que están trabajando desde el exilio lo hacen en plataformas digitales, medios que se han convertido como pulso noticioso independiente para los nicaragüenses. Mediante la cuenta de Twitter @AlertasLP_Nic, Voces del Sur realizó una encuenta donde participaron 473 personas de las cuales el 89.4% admite que se informan a través de medios digitales y el resto por medios tradicionales.

«Respecto a si los medios de comunicación tradicionales que consumen están abordando los temas políticos, se obtuvieron 454 votos, de los cuales el 43.2 % es decir 196 personas afirman que sí, mientras que el 56.8% o 258 votantes señalan que no lo hacen o que han dejado de hacerlo», detalla el informe.

Narváez y Regidor coinciden en que no podrán exterminar la labor de los periodistas que aún están trabajando desde el anonimato y por ello es importante la nfunción de los medios digitales ante estos contextos.

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