Salud mental de las mujeres vulnerable ante crisis en Nicaragua
La precariedad económica socava la salud mental, física y emocional de las mujeres en Nicaragua
La precariedad económica socava la salud mental, física y emocional de las mujeres en Nicaragua
La impunidad, violencia machista, carestía de la vida, migración, exilio, represión, desempleo, son algunos de los aspectos que socava al salud mental, emocional y física de las mujeres del país, denuncia la Articulación Feminista de Nicaragua (AFN).
La salud mental es una enfermedad que afecta más a las mujeres en América Latina, dice la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Evidencia clara es que antes de la pandemia de COVID-19, las mujeres ya “eran un 50% más propensas que los hombres a sufrir trastornos de depresión y tenían el doble de probabilidad que los hombres a padecer trastornos de ansiedad”.
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Esa tendencia aumentó tras la pandemia, indica la misma organización. El tema de salud mental es una rama a la que no destinan recursos necesarios para sus tratamientos.
“El promedio de gasto público en salud mental en toda la región es apenas un 2% del presupuesto total de salud y más del 60% de este dinero se destina a hospitales psiquiátricos”, detalla la OPS.
En Nicaragua, solo existe un hospital de referencia nacional para atención psiquiátrica y es una rama de la salud que no es atendida como una necesidad vital para el bienestar social. Las feministas señalan al régimen como “el principal obstáculo” para la salud de la mujer, empecinarse a mantenerse en el poder agrava la crisis económica y social del país.
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“El agravamiento de la crisis socioeconómica afecta a las mujeres y sus familias, en particular a las más pobres. El deterioro creciente de la salud de las mujeres es también consecuencia de una política de salud fragmentada y utilizada con fines de control por parte del Estado”, detalla el comunicado emitido por la AFN, en marco al 28 de mayo Día de Acción por la Salud de las mujeres.
El control que ejerce el régimen, impide que las mujeres accedan a los servicios de salud o judicial que les permita garantizar la seguridad en sus vidas. También evidencia “el ocultamiento y la manipulación de información sobre el estado de salud delas mujeres”.
Esa desconfianza en el sistema obliga a las víctimas de violencia a utilizar los medios digitales para buscar respuestas.
“Ante la parálisis de las instituciones estatales para proteger los derechos de la ciudadanía, la denuncia en redes sociales se ha convertido en el principal instrumento contra la impunidad y la desesperanza. Todos los días inundan las redes de anuncios de desapariciones, de secuestros, femicidios y otras formas de violencia machista que nos llenan de indignación”, agrega el comunicado de la AFN.
Las feministas sostienen que mantendrán el compromiso de buscar alternativas que permitan el bienestar, ejercicio y concienciación a las mujeres del país.