Violaciones al derecho de informar en 90 de los 193 países miembros de las Naciones Unidas, incluyendo Nicaragua, es lo que ha registrado Reporteros sin Fronteras (RSF), desde el inicio de la pandemia de COVID-19.

En Nicaragua, el Gobierno de Daniel Ortega “emprendió una amplia campaña de desinformación y ha obstaculizado el trabajo de la prensa independiente para negar y minimizar el impacto de la pandemia en el país”, indica el organismo.

RSF pide a los Estados que actúen para proteger la libertad de prensa y permitan que los periodistas proporcionen información fidedigna.

El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, han frenado la información desde hace muchos años, violando un derecho constitucional de los periodistas de informar y ser informados. El Gobierno ha minimizado la pandemia, ha negado en reiteradas ocasiones información de los casos, sigue promoviendo actividades multitudinarias, y para empeorar las cosas, ha despedido a personal de salud, quienes son fundamentales para frenar la enfermedad.

Cada semana el Ministerio de Salud (Minsa), reporta nuevos caso, hasta hoy en sus estadísticas tienen 74 personas fallecidas y 2,170 casos positivos a nivel nacional. En cambio, el Observatorio Ciudadano COVID-19, contabiliza hasta el 24 de junio 1,878 muertes por neumonía y sospechas de COVID-19 y 6,775 contagios.

El régimen no ha reconocido que estamos en fase comunitaria y la información que se ha dado no es la suficiente y está muy lejos de la realidad, denuncian médicos independientes.

No respetan el derecho a informar

Reporteros Sin Fronteras, ha registrado y documentado múltiples restricciones a la libertad de prensa relacionadas con la cobertura periodística de la crisis sanitaria. En total, el 47% de los países miembros de la ONU no ha respetado el derecho a la información. Esto, sin contar el caso de los periodistas taiwaneses, que fueron excluidos de las conferencias de prensa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por presión de China.

Ninguna región del mundo ha resistido la tentación de restringir o controlar la información relacionada con la crisis sanitaria, lamenta la organización.

Las peores violaciones no solo se han registrado en países que ocupan los últimos lugares en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF, sino que también se han observado incidentes en siete países de Europa, donde la situación de la libertad de prensa suele considerarse buena o aceptablemente buena.

“Es muy preocupante que bajo el pretexto de la crisis sanitaria se hayan multiplicado en todo el mundo los atentados contra el derecho de informar, incluso en países considerados modelos democráticos”, señala Christophe Deloire, secretario general de RSF.

“En lugar de ‘culpar al mensajero’, como lamentó Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, los Estados deberían hacer todo lo posible por proteger a los periodistas y permitirles ofrecer información confiable, algo indispensable para luchar contra la desinformación, que no hace sino agravar la crisis”, agrega.

Es aún más inquietante que en algunos países sean los mismos jefes de Estado quienes atentan contra la libertad de prensa. Cuando no son los presidentes en persona quienes agreden a la prensa, los dirigentes se sirven del aparato del Estado para censurar a quienes se atreven a cuestionar su gestión de la pandemia, precisan.

Por otro lado, sirviéndose de la pandemia, muchos Estados han adoptado leyes, reglamentos y disposiciones de excepción que atentan contra la libertad de prensa.

En la web de RSF y en el mapa del Observatorio 19 pueden encontrarse muchos otros casos documentados de restricciones a la libertad de informar.

+ posts