Nicaragua inició su tercer año de decrecimiento económico, aseguran los expertos. Organismos financieron internacionales también advirtieron que este 2020 no será un año de gran crecimiento para el país.

La débil economía podría ser el detonante para que las empresas transiten por el camino de la informalidad, advirte María Eugenia Mayorga, presidenta de la Red de Empresarias de Nicaragua (REN).

“Creemos que la tasa de desempleo va a aumentar (…) Es bien complejo, estamos intentando amortiguar lo que más se pueda, el problema de todo esto y eso viene desde el año pasado, y este año se va a incrementar más, es que muchas empresarias y negocios van a emigrar al sector informal y asimismo sus colaboradores”, advirtió la presidenta de la REN.

Esta organización que tiene 532 afiliadas, entre empresarias y emprendedores, actualmente están trabajando con el “limite de colaboradores” tratando de no incrementar las estadísticas de desempleo, afirmó Mayorga.

“Si la situación política de nuestro país no cambia, no va a haber un cambio económico y a medida que hayan más reformas y más impuestos es mucho más complejo, y las más afectadas son las mipymes, es el primer eslabón golpeado en la economía de nuestro país que equivale al 80% de la fuerza laboral, no sé hacia dónde se está  dirigiendo la política económica de este país, es alarmante”, cuestionó la presidenta de la REN.

Economía “estancada”

La economía de Nicaragua seguirá “estancada” en el transcurso de este año, lo que continuará deteriorando el nivel de vida de las familias, según la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).

Para 2020, se proyecta una contracción de 1.1% en el Producto Interno Bruto (PIB), estimaciones contrarias a las del régimen de Daniel Ortega que prevé un crecimiento económico de 0.5% este año.

El régimen orteguista estimó que en 2019 la economía nicaragüense tendría una contracción de 3.5%, sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó una caída del 5.7% al final de ese año, a la fecha, sin embargo, no hay cifras oficiales de Banco Central de Nicaragua (BCN).

En una reciente actualización de las previsiones económicas, el Banco Mundial estima que este año habrá una caída de 0.5%,  pero esperaría un pequeño despegue de 0.6% a partir del año 2021, señala esta organización multinacional.

El economista, Luis Murillo, considera que las políticas del Gobierno, entre ellas la reforma a la Ley de Concertación Tributaria, que en marzo próximo cumple un año desde que entró en vigencia, no están orientadas a la recuperación económica.

“Las personas prácticamente están siendo afectadas niveles de desempleo, mayores niveles de pobreza, pérdida del poder adquisitivo, cobertura de canasta básica, migración, pérdida de oportunidades, problemas sociales, prácticamente es una irresponsabilidad no haber resuelto el problema y dejar que se haya perdido la confianza en el sistema económico”, apunta Murillo.  

En general, ¿Cuál es el panorama para el 2020?

MAYOR DESEMPLEO

La crisis de abril de 2018 incrementó la tasa de desempleo en el país. Funides calcula que este año la tasa de desempleo abierto se ubicará en 7.3% y que unas 10 mil personas de la Población Económicamente Activa (PEA) perderán su empleo, dejando a 237 mil personas sin un trabajo formal al final de 2020.

La falta de empleo limitará y deteriorará aún más el raquítico poder adquisitivo de la población nicaragüense, sostiene el economista consultado por La Lupa, que se ve limitado también en parte por el proceso inflacionario y la imposibilidad, en aquellos que gozan de un empleo, de conseguir un aumento salarial.

MÁS POBREZA

Al menos 2.1 millones de nicaragüenses estarán en situación de pobreza y vivirán con 1.76 dólares o menos al día. Los tres años de recesión económica que ha tenido el país equivalen a un retroceso social de más de cinco años, según el último Informe de Coyuntura de Funides.

Se estima que la tasa general de pobreza aumentaría de 29.4% en 2019 a 31.9% en el 2020.

BAJA PRODUCTIVIDAD

La recesión también tendrá un efecto dominó en los niveles de productividad de cada sector económico del país como consecuencia de la falta de empleo y la inestabilidad “emocional” entre quienes gozan todavía de un trabajo formal.

“Cuando una persona no tiene ingresos o en cualquier momento lo van a despedir no es productivo, es decir no aporta la mayor parte de sus esfuerzos para poder mejorar la producción, otro de los factores de pérdida de la productividad es el hecho de que no se está accediendo al crédito productivo ante lo cual no se pueden tener factores de producción”, advirtió el economista.

La falta de acceso al crédito tampoco abona en el crecimiento productivo del país como consecuencia de la incertidumbre que vive el país.

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