Los mossos d’esquadra que investigaron la denuncia de violación contra el futbolista Dani Alves han apuntalado la versión de la joven, que creen «corroborada complemente» por las imágenes de las cámaras de seguridad de la discoteca y por su reacción: «Estaba en ‘shock’, se derrumbaba al dar detalles».

Una decena de agentes de la Policía catalana han declarado en el juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona contra el exjugador del FC Barcelona, Dani Alves, para quien la Fiscalía pide nueve años de cárcel acusado de violar a una joven en el baño de un reservado de la discoteca Sutton de la capital catalana el 30 de diciembre de 2022.

Los agentes acudieron a Sutton instantes después de que los llantos de la víctima alertaran al servicio de seguridad del local -que activó su protocolo de agresiones sexuales y llamó al 112-, y, según su relato, encontraron a la joven «muy afectada», casi sin ser capaz de articular palabras.

Según aseguran los mossos d’esquadra -en una descripción que coincide con la de las amigas de la víctima-, la joven no cesaba de repetir que lo único que quería era irse a casa, se resistía a denunciar por temor a que no la creyeran o a que trascendiera su identidad por la repercusión mediática del caso, e incluso llegó a confesarles que se sentía «culpable» por lo sucedido con Alves.

«No quería dinero, solo justicia»

Cuando los agentes trataron de que se calmara y la orientaron sobre los pasos que debía seguir para denunciar, agregaron, la joven insistió en dejarles claro que «no quería dinero, solo justicia».

Asimismo, una de las agentes que tomó declaración a la víctima certificó ante el tribunal que su denuncia de lo ocurrido quedó «corroborada completamente» con las imágenes de las cámaras de la discoteca, que registraron los momentos previos y posteriores a que entrara con Alves en el baño del reservado.

Por su parte, el director de la discoteca, tras confirmar al tribunal que Alves era un cliente habitual del local, manifestó que la noche de los hechos la joven, entre lágrimas, señaló al futbolista cuando pasó a su lado para salir del recinto: «Ha sido él».

Otro trabajador de Sutton indicó que esa noche el futbolista «no estaba como siempre» ya que cree que «o había bebido o se tomó algo», tras lo cual la defensa, que plantea como atenuante el consumo de alcohol para rebajar una eventual condena, ha optado por no hacerle ninguna pregunta.

Por su parte, un auxiliar del Sutton reveló que mientras curaba la herida que la víctima tenía en la rodilla oyó como le contaba a sus amigas que «sabía a lo que iba», pero que luego dejó claro que «no quería» y que finalmente se «arrepintió de estar allí».

«Llegó borracho y oliendo a alcohol»

En la sesión también han testificado la esposa de Alves, la modelo Joana Sanz, y los tres amigos con quien el futbolista estuvo de fiesta el 30 de diciembre de 2022, quienes han sostenido que el acusado estaba borracho la noche en que la joven le acusa de violarla.

A preguntas de la abogada del futbolista, Inés Guardiola, la modelo detalló que cuando Alves regresó a casa a las 4 de la madrugada iba «muy borracho y oliendo a alcohol», hasta el punto de que al entrar en la habitación «chocó con una mesita de noche y cayó desplomado en la cama».

Otro de los testigos que ha tratado de apuntalar la atenuante de embriaguez que aduce la defensa, ha sido Bruno, un chef brasileño amigo del futbolista que le acompañaba la noche del Sutton, quien explicó que ese día estuvo almorzando y cenando con él en un restaurante, donde el acusado fue «el que más bebió» -una botella y media de vino y dos whiskys, en concreto-, tras lo que se fueron de copas a un local antes de dirigirse a la discoteca.

EFE
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