Ante la ola de autoritarismo político y de discursos de odio contra la población LGTBIQ+ en Centroamérica, se creó la Sala de Creación, un espacio de periodismo comunitario conformado por periodistas y activistas de la región, que a través de diferentes piezas comunicacionales posicionan nuevas narrativas para la defensa de los derechos de las personas LGTBIQ+, explica Lenina García, facilitadora del espacio y educadora popular. 

“Nuestro objetivo es poder impactar con nuestros mensajes a un público no convencional, a un público que no está sensibilizado con estos temas, como a las familias conservadoras o a los empresarios. Queremos contrarrestar toda esta ola de conservadurismo que está permeando mucho la región, y por toda la ola de autoritarismo que hay especialmente en Honduras, Nicaragua y Guatemala”, desarrolla la activista. 

La Sala de creación forma parte del Proyecto Libre de Ser dirigido por Hivos Latinoamérica y Agencia de Noticias Km169. En este espacio se produjeron ocho piezas comunicacionales en cada país de Centroamérica, donde se abordaron los temas de la interseccionalidad, migración, nuevos modelos de fe y maternidad lésbica. Además, se hizo una amplia cobertura de la población trans, como la falta de accesibilidad laboral, la violencia dentro del comercio sexual y las vivencias de una mujer trans indígena. 

Nuevas narrativas periodística

Otro de los objetivos principales que tuvo la Sala de Creación fue la creación nuevas narrativas periodísticas, en este caso, apostando a un periodismo comunitario que se alejara al modelo hegemónico de las agencias, ya que una de las necesidades que hay dentro de la profesión es humanizar a las personas LGTBIQ+ en las noticias, afirma García. 

“No es solamente ver un hecho en la noticia, sino humanizar a quienes son los sujetos políticos del periodismo. Generalmente vemos mucha teoría sobre eso, pero no llevamos nada a la práctica. En la Sala de Creación todo era pura práctica. Surgieron muchos aprendizajes y las personas participantes adquirieron herramientas tanto técnicas como políticas sobre cómo mejorar el ejercicio del periodismo comunitario”, manifiesta. 

García define el periodismo comunitario como un periodismo autónomo que participa activamente por la defensa de los derechos humanos, y que parte de quien constituye la historia, independientemente de su estatus, económico, político, racial o de género. 

Público no sensibilizado 

El público principal de la Sala de Creación fue el público no sensibilizado acerca de las desigualdades y la discriminación que enfrentan las personas LGTBIQ+. Esto es debido a que las organizaciones de derechos humanos se suelen dirigir a ellas mismas, explica la activista, y que para generar un cambio no basta con hablar entre quienes ya están convencidos y convencidas. 

“Es evidente que no basta con seguirle hablando al mismo público. Es necesario quitar esas brechas en nuestros propios espacios. Tal vez no vamos a lograr cambiar la opinión de las personas, pero sí vamos a generar una contra narrativa a la oficial, y también podemos abrir ese puente de diálogo. De tantas personas que no quieren entablar una conversación acerca del tema, más de alguna se va a sentir sensibilizada”, asegura. 

Para García, los temas que todavía hacen falta por hablar dentro de la población LGBTIQ+ es la visibilización de las mujeres lesbianas y bisexuales, así como los hombres trans, ya que “dentro de las disidencias, hay otras disidencias más marginadas”. 

Asimismo, destaca la importancia de dirigir este tipo de temáticas a las personas de los territorios que no cuentan con acceso a Internet para entablar el diálogo con estas personas también.

La Lupa participó en este proyecto liderado por el medio digital, Ruda de Guatemala que además convocó a colegas de los medios: Surcos Digital, Reporteros de Investigación, Reporteros sin Miedo, Focos, Prensa Comunitaria.

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