Todos los gobiernos han recurridos a las creencias religiosas para ganar simpatizantes, coinciden sociólogas, analistas políticos, teólogas y sacerdotes, sin embargo resaltan que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, más allá de repartir los recursos del Estado para «comprar conciencias», se ha caracterizado por la utilización discursiva de las creencias y símbolos religiosos hasta mostrarse como unos «grandes conversos».
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Los millones de la fe en Nicaragua
Ortega y Murillo «usan el nombre de Dios en vano», dicen teólogas
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