Desde el momento de la detención hasta horas antes de ser excarcelados, los presos políticos del régimen de Daniel Ortega han sido sometidos a torturas físicas, psicológicas y tratos inhumanos en total desprecio a sus vidas solo por oponerse a una dictadura.

Ser un preso político del régimen de Daniel Ortega es un calvario de principio a fin.

Las golpizas, insultos y tratos crueles al momento de la detención son apenas la antesala de los horrores a los que son sometidos en las estaciones policiales, centros de detención clandestinos y casas del Frente Sandinista adonde son llevados.

Choques eléctricos, quema de cigarrillos en testículos, planchas ardiendo sobre sus cuerpos y golpizas colocados de cabeza, son algunos de los métodos de tortura que han padecido quienes se oponen a la dictadura en Nicaragua.  

El informe “Volviendo a ser humano”, elaborado por el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+, recoge los testimonios de presos políticos excarcelados por el régimen que confirman los tratos crueles e inhumanos a los que son sometidos.  

Este primer informe preliminar se basa en 17 entrevistas estructuradas y directas a víctimas, con un alcance de 20 víctimas, análisis de siete cartas de presos y presas políticas, 15 entrevistas en medios de comunicación de excarcelados, 22 fotografías y 54 notas periodísticas. 

El informe fue presentado en San José, Costa Rica, a la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH).

La investigación confirma la implementación de métodos de tortura como castigo por haber protestado contra la dictadura y para obtener información sobre líderes de las manifestaciones que posteriormente también serían detenidos. 

La utilización de fotos de familiares durante los intensos interrogatorios, generalmente acompañadas de amenazas de detención, agresión o violencia sexual, arranque de uñas de pies y manos, quema de cigarrillos en testículos, asfixias con bolsas plásticas, descargas eléctricas y golpizas con adoquines, son las formas de tortura a las que los presos políticos son sometidos.  

“Los interrogatorios fueron marcados por una desmedida violencia física y saña contra la persona detenida, con la intensión más que de investigar de infligir dolor y sufrimiento, para ello fueron utilizados métodos de torturas múltiples, incluyendo las asfixias, arrancamiento de uñas, quemas de planta de los pies, entre otras”, detalla el informe.

CENTROS CLANDESTINOS

Los excarcelados dan cuenta de la existencia de centros de detención clandestinos donde estuvieron antes de ser llevados a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), en Managua. Estos centros funcionan en León, Matagalpa y casas departamentales del Frente Sandinista y lugares alejados de las ciudades.

En estos lugares, los casos analizados evidencian proporcionalmente una mayor brutalidad en las golpizas y métodos de tortura utilizados.

En todos los casos, el interrogatorio realizado por paramilitares era mediado por la violencia física, misma que iba incrementando gradualmente según la falta de respuesta y el lugar donde se estuviera detenido; en los zonales eran utilizados mayormente los puños, patadas y armas blancas y contusas, pero en los centros clandestinos más alejados eran utilizadas las pistolas eléctricas, anclas de donde colgaban al detenido, golpes constantes en los testículos, “ruleta rusa” y otros métodos de tortura.L

Uno de los centros clandestinos descritos se encuentra en una finca ubicada en la carretera de Poneloya a León. «Te colgaban con la punta de los pies para arriba te daban golpe hasta dejarte inconsciente”, dijo un joven que estuvo en ese centro clandestino.

Estas torturas fueron realizadas para que revelaran quienes los financiaban y nombres de los líderes “azul y blanco”.

N.J.R., un excarcelado por el régimen, dijo que estuvo secuestrado en el zonal de Matagalpa, donde fue herido con arma blanca en brazos, manos, torsos, pecho y muslos, luego, ensangrentado fue tirado en un lugar alejado. En ese mismo zonal Dilon Zeledón, otro excarcelado, fue golpeado por indicaciones del alcalde Sadrach Zeledón.

CONCLUSIONES

La investigación del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+ concluye que todas las presas y presos políticos entrevistados fueron víctimas de torturas, sometidas a tratos crueles, inhumanos y degradantes como un método de castigo por oponerse al régimen y con la finalidad de realizar “confesiones”.

Los actos fueron cometidos por agentes del Estado y fuerzas parapoliciales. Una parte de las víctimas, señaló la participación de personas extranjeras en la ejecución de dichos actos.

Los testimonios recabados por el Colectivo evidencian que «el Estado de Nicaragua es responsable de la conducción de una política de represión, persecución, criminalización y discriminación, ejecutada a través de los distintas instituciones y funcionarios, los cuales deben ser investigados a efectos de buscar la verdad, justicia, reparación y no repetición».L

Para el Colectivo, todas estas detenciones, formas de represión y comisión de actos de torturas, tenían como finalidad de enviar un mensaje a la población nicaragüense para desmovilizar la protesta social, al imponer el terror en los presos, presas políticas, sus familiares y la sociedad. 

*Cortesía de nuestro medio aliado Despacho505.

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La Lupa Nicaragua