Mucha gente dice desesperarse ante una crisis que no parece tener alternativa de solución en el corto plazo. Y es que, a pesar del rechazo que la mayoría del pueblo nicaragüense ha demostrado hacia el régimen Ortega-Murillo; la resolución aprobada por la Asamblea General de la OEA, el informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, las sanciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos y Canadá, el régimen continúa aferrado al poder.

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La Lupa Nicaragua