La población infantil parece no presentar síntomas de COVID-19, pero al ser “asintomáticos” se convierten en fuertes “transmisores de la enfermedad”, de ahí que era importante suspender las clases presenciales para los niños en el país por la alta población que se concentra en los colegios públicos y privados, coinciden dos expertos en pediatría.
“Los niños es un sector que está en riesgo, los niños en una buena cantidad de casos son asintomáticos o presentan la enfermedad muy leve y por lo tanto se convierten en transmisores importantes de la enfermedad; el hecho de estar en el colegio por ejemplo, hacen que se contagie compañeros y a los profesores mismos, profesores arriba de los 50 años que están en riesgo”, explicó el pediatra oncólogo, Fulgencio Báez Lacayo, miembro del Comité Científico Multidisciplinario.
Nicaragua es el único país de la región que no se ha dispuesto a suspender las clases presenciales, particularmente en los colegios públicos, porque considera que no es “oportuno”. El 67% de centros educativos privados “han solicitado autorización temporal de educación no presencial”, reconoció recientemente el asesor presidencial en temas de educación, Salvador Vanegas.
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“En Centroamérica entre el 12 y el 17 de marzo todos los países del SICA suspendieron las clases, en todos los colegios públicos y privados, menos en Nicaragua esto es una de las grandes preocupaciones que hemos tenido, porque sí hemos creído que es muy importante el que no asistan a clases tanto niños como jóvenes universitarios, porque está demostrado que se reduce el contagio alrededor del 25% de todos los casos”, explicó Báez Lacayo.
Ante un caso sospechoso
El doctor Báez Lacayo señaló que existe un porcentaje de la población infantil que puede complicarse y presentar “síntomas de agravamiento de la enfermedad”
“En especial los niños menores de un año y los niños que tengan una enfermedad de base cardiópata, diabético, los niños con problemas inmunológicos que pueden tener complicaciones e incluso niños que no tengan ninguna enfermedad base pueden llegar a complicarse”, explicó el doctor Báez Lacayo.
Si los niños o niñas comienzan a presentar “fiebre, que presentan un cuadro de gripe, respiratorio, presentan una diarrea” es importante comunicarse con el médico de cabecera de la familia si lo tienen e inmediatamente aislarlo.
“Si el caso es leve aislarlo en la casa hasta donde se pueda, tenemos viviendas donde viven cinco o seis personas en una sola habitación, en ese caso si es posible ponerle una mascarilla, y los demás de la casa que se pongan una mascarilla, porque cuando las dos personas tienen mascarilla las posibilidades de contagio se reducen grandemente”, dijo el pediatra oncólogo.
Por su parte, el pediatra neumólogo, Jorge Alemán, explicó que está demostrado que los niños no tienen un “síntoma muy específico” como el dolor de garganta que sufren los adultos que se contagian de COVID-19.
“Si el paciente llega a presentar algún síntoma de complicación como dificultades respiratorias es importante acudir a la unidad más cercana lo más rápido posible”, dijo el pediatra neumólogo.
Ambos médicos, insisten que a la fecha no han visto ningún caso confirmado de COVID-19 en población infantil, pero insistieron en la importancia de colaborar en familia para seguir con las normas de prevención dictadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Si ya el niño presenta disnea, es decir se pone cansadito, que le cuesta respirar debe inmediatamente trasladarse a la unidad de salud que le corresponda, la más cercana porque ese niño pudiera estarse complicando (…) Aquí lo más importante es la prevención evitar que ese niño que se enferma se convierta en transmisor de la enfermedad para el resto de la familia, sobre todo para las personas mayores que hemos mencionado o con enfermedades crónicas”, puntualizó el doctor Báez Lacayo.
Ambos especialistas participaron en un webinar en el que abordaron el contexto de la emergencia sanitaria y la situación de la niñez y el COVID-19.