América Latina es la región con mayores tasas de embarazos en adolescentes en el mundo, y Nicaragua es uno de los primeros países en la lista. Esta tendencia no disminuye y condena a las niñas a ser madres, privandolas al derecho a la educación, a vivir su infancia en plenitud, a decidir por su futuro y lo más triste que no hay interés de los Estados en cambiar las políticas para mejorar la calidad de vida de las niñas.
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