Dicen viejos, viejísimos y tristemente célebres caudillos del PLC, que los partidos políticos son los únicos representantes de la voluntad popular.
Dice la pareja Ortega-Murillo que no son todos los partidos, sino el FSLN el único partido que representa la voluntad de todo el pueblo de Nicaragua.
Ambos se creyeron ese cuento y por eso firmaron un pacto por medio del cual se repartieron a su gusto y antojo a todos los poderes del Estado y también los votos del mentado pueblo.
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