No es ningún secreto que el deporte en Nicaragua está pintado con los colores rojo y negro de la dictadura liderada por Daniel Ortega. No es secreto que las personas que dirigen las federaciones son miembros o allegados al partido de gobierno, Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Tampoco es secreto que todo atleta o entrenador tiene prohibido referirse negativamente del autoproclamado «comandante».

¿Qué ha pasado con los que se han pronunciado? Son muy pocos los atletas que han alzado su voz apoyando el estallido social que inició en abril de 2018 y condenando los asesinatos debido a las represalias que podrían tener en contra, pero también hay figuras deportivas que han mostrado su total respaldo al régimen Ortega-Murillo.

Recientemente, el juez de boxeo y cronista deportivo, Gustavo Jarquín fue suspendido de sus funciones por la Federación Nicaragüense de Boxeo Aficionado (Feniboxa), que está dirigida por el Comisionado General de la Policía Nacional, y miembro del FSLN, Diógenes Cárdenas.

El hecho de quitarle la licencia de juez, es una clara represalia contra Jarquín, solo por señalar en su programa radial los atropellos y asesinatos que ha cometido la dictadura. Asimismo, no es la primera acción en su contra, pues en noviembre de 2018 fue golpeado brutalmente por la Policía orteguista, sin ninguna razón.

Ejercer la profesión deportiva con dignidad y veracidad se ha convertido en delitos frente a un régimen que desgobierna el país y que usa las artimañas más sucias e injustas para aplacar las voces críticas.

Sayra Laguna, quien fue Campeona Centroamericana de Judo y Panamericana de Sambo, es una de las escasas atletas que ha alzado su voz frente a los acontecimientos que ocurren en el país, pero su acto de valentía y conciencia social fueron castigados por los que manejan en deporte olímpico en Nicaragua.

Laguna fue despedida de su puesto en el Instituto Nacional de Deportes (IND), el cual está bajo la dirección de Marlon Torres, miembro activo del FSLN. No bastó con dejarla sin trabajo, Emmet Lang, presidente del Comité Olímpico en el país, y quien además es el magistrado del Consejo Supremo Electoral y amigo cercano de Ortega, ha prohíbo que la atleta entre a cualquier complejo deportivo del Estado.

Se ha emprendido una campaña en contra de Sayra. La llaman «traidora», «desagradecida», calificativos ofensivos, timados por sandinistas entre ellos, Kay Useda, quien dirige de forma interina la Federación de Sambo, y además pertenece a las filas más leales a Ortega.

¿Cómo se puede jugar limpio ante dirigentes que han vendido su alma a la tiranía? Seguir jugando limpio, mostrado la misma dignidad y honor frente a personas que no conocen el significado de la honorabilidad .

Jarquín y Laguna son dos claros ejemplos que en el deporte siempre se debe batallar con la moral en alto, y que los principios no pueden ser comprados a cambio de puestos o dinero. El respeto y lealtad se debe a la patria, y no a un dictador que está destinado a ser derrocado junto a sus socios y corruptos dirigentes.

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La Lupa Nicaragua