El anuncio, que el pasado 4 de marzo hizo la vocera del régimen, Rosario Murillo, de incorporar una nueva asignatura a la currícula escolar denominada “Derechos y Dignidades de las Mujeres” no es “coherente” con la realidad del país, donde se han desmantelado por completo los derechos humanos, afirmó la docente universitaria en temas de derechos humanos y estudios de género, Greta Fajardo.
Según Fajardo, son temas “esenciales” que se deben abordar, pero deben corresponder a una política totalmente “coherente” para tener resultados positivos y reales.
¿Es esta una respuesta a la deuda pendiente del Estado con las mujeres en Nicaragua?
Como esfuerzo, efectivamente, es necesario que haya, digamos, un reconocimiento de temas que son esenciales para el buen vivir de las personas y atender el tema de género, y el tema de equidad de género, particularmente, es fundamental es este país, sobre todo por los elementos culturales, sociales y políticos que hay con este sesgo de género machista y patriarcal.
Creo que sí es necesario, es un esfuerzo que merece la pena poner en él elementos reales, porque una cosa es lo que se nombra y lo que se proyecta, y otra cosa es la eficiencia y la efectividad de un tema como este.
Yo creo que esto tiene que ver con todo un contexto, aquí hay un tema del que el Estado quiere, no sé si es aparentar, pero quiere dar cuenta de que en este país se respetan los derechos y la dignidad en este caso de las mujeres, sabiendo que en el contexto nacional hay una serie de denuncias porque el Estado se ha convertido en un ente violador de derechos humanos.
Me parece que, yo no sé si es campaña, no sé qué es en realidad, pero eso no es coherente, digamos, con el accionar del Estado que ha venido desmantelando todo el tema de los derechos humanos, el Estado de derecho en este país, es como una cosa extraña.
Es extraño que haya una asignatura de Derechos y dignidades de las mujeres, cuando en este país actúan a lo contrario de los derechos humanos.
¿Cuáles deberían ser los compromisos asumidos por el Mined con respecto a esa asignatura?
El tema, más allá de compromisos del Mined, es un compromiso de Estado, es un compromiso del ente que administra la cosa pública. Es el reconocimiento real y efectivo, por ejemplo, en el orden constitucional de lo que establece la Constitución, luego de eso, de las leyes que han sido promulgadas en función de compromisos internacionales.
Que exista una Ley 648, o una Ley 50-50, como normalmente se le conoce, o que exista una Ley 779, eso no es una concesión graciosa del Estado de Nicaragua, responde a compromisos internacionales.
Si no hay una coherencia en términos de la acción y de la cuestión más política, pues mal vamos, o sea, sí es necesario, pero es necesario que sea coherente, efectivo, eficaz y eficiente para la gente con resultados positivos y resultados reales.
Somos el segundo país en América Latina con la mayor tasa de embarazos en adolescentes, si vos no logras cambiar, digamos, una condición que le permita a las niñas vivir como niñas.
Si vos no creas estándares de seguridad para las mujeres, el año pasado fueron más de 70 femicidios y otros que no se reportan, entonces de qué estamos hablando de una Ley 779, que previene la violencia, que fue reformada de manera inconstitucional, o sea, todos estos antecedentes como que le juegan una mala pasada al Estado en términos de esta ahora nueva propuesta.
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¿Debió el Gobierno o el Mined hacer previamente una consulta con diferentes organizaciones que han estado al frente, desde hace mucho tiempo, abordando el tema de perspectivas de género y violencia?
Lo que pasa es que es irreal, en este momento, que este Gobierno haga consultas con nadie, o sea, para esto debió haberse convocado.
Yo recuerdo cuando estaba el recién fallecido exministro de Educación, Miguel de Castilla, que se hacían y participábamos diferentes sectores de la sociedad civil y entes del Estado en consultas que hacía el Mined para los ajustes y las reformas que se hacían a los planes curriculares de educación primaria y secundaria.
En este momento, en este contexto, el Gobierno actual que tenemos, pues no consulta absolutamente nada.
La violencia en sus diferentes formas siempre ha estado presente, incluso en los colegios. ¿Puede ayudar la iniciativa del Mined a disminuir los casos de violencia contra las mujeres?
No necesariamente, porque una cosa es que haya una asignatura y otra es que se genere conciencia de que este tema, debería estar siendo, digamos, no solamente una asignatura, sino que debería de cruzar los planes curriculares de estudio.
Es decir, con una sola asignatura yo no voy a solucionar los problemas que son mulfactoriales, o sea, cómo yo estoy enseñando, por ejemplo, desde la historia a reconocer que existen otras personas; cómo yo trabajo desde un lenguaje inclusivo; cómo yo reconozco en la historia, no solamente a los héroes nacionales, sino también heroínas o mujeres que han emprendido causas que son importantes en este país.
Cómo yo, por ejemplo, en matemáticas dejo de tener el sesgo de que los hombres son buenos para las matemáticas y las mujeres no; siempre hay un currículo oculto en términos de la formación y la educación, no solamente en primaria y secundaria, igual pasa en la universidad.
Con una sola asignatura de género en la universidad no solucionas el problema de tener conciencia, de que es necesario respetar derechos humanos y es necesario ir cerrando las brechas de género.
¿Cree que el Gobierno de Daniel Ortega tiene estricta voluntad política de restituir derechos a las mujeres, tomando en cuenta que llevan 14 años en el poder y que ha vulnerado derechos de presas políticas o las madres de Abril?
Lo que pasa es que una cosa es el discurso y otra es la acción, y en el discurso vos podés plantear ideas que parecieran ser reales, el problema es que la coherencia y la acción de este Gobierno, y no solamente de este Gobierno, yo creo que es de decir que no ha habido compromiso de ningún Gobierno en este país por reconocer la agenda de las mujeres en términos de derechos humanos.
Aquí ha habido un retroceso, más allá de estos 14 años, porque este Gobierno, efectivamente, fue quien, por ejemplo, derogó el derecho de las mujeres a un aborto terapéutico, entonces, varios de esos elementos cuando vos haces una reforma inconstitucional a una ley que parecía que iba a gestionar todo el tema de la violencia de manera integral, y prevenir esa violencia, y cómo se desmantelaron las Comisarías de la mujer, por ejemplo, y cómo toda la ruta de atención a la violencia se desmanteló. Y todo eso lo hizo este Gobierno.
Más allá de lo actual, de lo presente, yo creo que también hay que recordar esas otras cosas, porque las madres de Abril y las presas políticas, efectivamente, sigue siendo más de lo mismo, una falta de reconocimiento de derechos humanos y particularmente de los derechos para las mujeres o de las mujeres.
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¿Se puede creer en este tipo de estrategias cuando en un país como Nicaragua, las mujeres no se sienten seguras porque han perdido la confianza en el sistema de justicia y en aquellas instituciones gubernamentales que están llamadas a protegerlas?
No hay una estrategia, al menos yo y otras colegas con las que converso feministas, no vemos una estrategia integral en términos de la prevención de un tema fundamental en este país y en cualquier otro.
Es un cambio de mentalidad en relación con la equidad de género. Las feministas hablamos de otras cosas que no tienen nada más que ver con el tema de género, sino desde un tema feminista, por ejemplo, cómo vamos a creer que es real todas estas acciones, cuando no se nos deja salir a las calles a demandar nuestros derechos desde antes del 2018.
Desde antes de 2018, recuerdo yo que las organizaciones de mujeres, el movimiento amplio feminista, no podíamos salir a la calle a hacer protestas, entonces, cómo vamos a creer en una acción que está como desprendida de una lógica que debería ser integral en términos de acompañar procesos en este país de cambios reales.
En el país, incluso, existe un Ministerio de la Mujer totalmente inactivo, por ejemplo, y las mujeres dentro de este Gobierno que exalta la equidad de género no tienen voz ni voto. ¿Será parte de un plan político previo a las elecciones?
Ni conocemos a la ministra de la Mujer, ni tiene presupuesto, pero además cómo vas a creer vos que esto va a hacer algún cambio profundo, si además el Ministerio de Educación es uno de los ministerios con menos recursos.
Quién va a dar esas asignaturas, cuál es la formación de este docente, hombre o mujer, cuál es no solamente la formación, sino el proceso de sensibilización, porque yo hablo con vos estos temas, porque vos estás convencida de que son importantes, pero quizá otro colega tuyo no lo ve.
Entonces, cómo es posible pensar que esto va a ser realmente efectivo y va a generar cambios profundos, que son los que necesitamos, si no hay, primero, disposición real en términos de recursos.
Segundo, una posición política y una voluntad política que sea real frente a todas las denuncias de violación de derechos humanos que tiene este país, incluso, desde antes de 2018, porque los informes alternos que envía la sociedad civil, desde el Movimiento Feminista, en relación con incumplimientos de las leyes, da cuenta que en este país desde hace mucho y sus Gobiernos han dejado de restituir, de manera real, los derechos de las mujeres.
Que si esto es parte de la campaña política, posmediática, yo creo que tiene tanta falta de reconocimiento este Gobierno, que a la larga, para hacer alguna guaza va a servir eso.
Yo no sé si la gente, realmente, va a creer que esto es real cuando ha sacado, también, del currículo otros componentes que, por ejemplo, todo el tema del civismo, de derechos humanos más allá de la dignidad de las mujeres, quién va a diseñar la currícula, quién va a diseñar el contenido de esos cursos de formación.
Yo siento que es como para un poquito lavarse la cara en términos coloquiales, pero además es como desprendido, yo ni siquiera sé si la gente está enterada.
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¿Cree que podría ser una estrategia para alimentar o exaltar figuras como la de Rosario Murillo?
Ahí tiene que ver una lectura simbólica de quién es esta persona. Cuál es la representación simbólica que ella tiene en este país, yo por lo que veo en los medios de comunicación es que es una representación simbólica bastante cruel, al menos en los medios de comunicación no oficiales.
Incluso en los oficiales, ella se representa como una mujer efectivamente que gestiona el poder, entonces, yo no sé si es alimentar o exaltar esa figura como tal o es más bien generar o gestionar una cosa alterna a las demandas del movimiento amplio y feministas de este país.
Yo siento que esta persona, en esta representación simbólica, en el uso del poder es bastante masculina, qué tipo de mujer, qué elementos hay detrás de ella en el ejercicio del poder.