Más de un año y un mes tiene la exguerrillera sandinista, Dora María Téllez, de estar encarcelada en las celdas del Complejo Policial Evaristo Vásquez “El Chipote”, donde se encuentra en la penumbra, en aislamiento, y en condiciones tan precarias «que violentan su dignidad y valor intrínseco como ser humano», según denuncian familiares.

Hoy, la Comandante Dos que participó en el asalto al Palacio Nacional en 1978 para la liberación de los presos políticos sandinistas de la dictadura somocista; que fungió como Ministra de Salud durante 11 años, vicepresidenta del Consejo de Estado y diputada; “se encuentra en peligro de muerte” debido a las condiciones carcelarias, donde las torturas físicas, psicológicas y los tratos crueles, inhumanos y degradantes, son el pan de cada día.

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Según el Mecanismo para el Reconocimiento de las Personas Presas Políticas, hasta junio de 2022 hay 181 personas presas políticas que se encuentran ilegalmente detenidas desde el inicio de la crisis sociopolítica en 2018 en los distintos sistemas penitenciarios del país. 

Téllez forma parte de las 21 personas adultas mayores detenidas, quienes han sido señaladas de ser una población vulnerable ante las condiciones carcelarias que se encuentran, de acuerdo con organismos de derechos humanos.

“La situación es grave. Hablamos de peligro de muerte. Con las personas adultas mayores hay una mayor gravedad y una mayor preocupación por su estado de salud, ya que las personas jóvenes pueden llevar una situación más crítica. Pero las personas adultas tienen enfermedades preexistentes y estas se agravan. Muchas han tenido enfermedades que han desarrollado en este último año encarceladas y van a tener que vivir con ellas por el resto de sus vidas”, señala “Andrea”, integrante de la campaña Sé Humano que divulgó su retrato hablado.

Esta situación se agrava por la negación a la atención médica a la que son sometidos los presos y las presas, lo que ha tenido como resultado en el fallecimiento de dos presos políticos, Santos Flores en 2021 y Hugo Torres en febrero de 2022, según la SÉ HUMANO.

«No podemos normalizar las violaciones a los Derechos Humanos»

La campaña Sé Humano, lanzada de emergencia para garantizar el tratamiento humanitario de los y las presas políticas de Nicaragua, creó un retrato hablado de Téllez, donde se muestra con una visible pérdida de peso debido a la mala alimentación, de color de piel pálido y con profundas ojeras. Un retrato que muestra la gravedad en que se encuentran la mayoría de los presos políticos.

«Luego de 13 meses sometida a malos tratos y torturas en la cárcel conocida como El Chipote, Dora María de 66 años, luce muy delgada, envejecida, completamente pálida, su piel está casi traslúcida, se pueden ver incluso sus venas. Ha perdido unas 16 libras de peso y antes de ser apresada no padecía ninguna enfermedad crónica. Hoy su vida está en peligro», expone el comunicado.

Señalan que el deterioro de su condición física y de su salud es consecuencia del trato inhumano y cruel al que está siendo sometida. Pues, la celda donde se encuentra es tan oscura que a duras penas puede verse la propia palma de su mano.

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“La ciudadanía no logra darse cuenta de la gravedad de la situación de las personas presas políticas, situación que es psicológica y física. Los familiares nos contaban que sus presos estaban pálidos, con ojeras profundas y bajos de peso. Por eso creamos los retratos, para que la ciudadanía vea cómo están”, expresa la integrante de la campaña que por seguridad pidió el anonimato.

Hasta ahora, los retratos hablados de las y los presos políticos, realizados con los testimonios de familiares que han logrado visitarlos, han cumplido el mismo patrón. En todos reflejan la malnutrición en que se encuentran; el cambio de color de piel debido a la ausencia de sol, y ojeras que muestran la privación del sueño al que son sometidos algunos.

A través de la denuncia, familiares de las personas políticas esperan mejorar las condiciones en que se encuentran, para que deje de peligrar sus vidas y no continúen en situaciones de tortura.

“Es importante seguir denunciando porque no se puede normalizar que haya presos políticos, que en las cárceles de Nicaragua haya torturas, que haya abuso de poder, que el sistema judicial sea tan arbitrario y sobre todo, no podemos normalizar que haya violaciones a los derechos humanos”, denuncia la joven que integra la campaña.

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La Lupa Nicaragua