Ayer el régimen Ortega-Murillo volvió a exhibirse ante Nicaragua y el mundo, como lo que es: una dictadura que se sostiene principalmente gracias a la represión. Decenas de antimotines acompañados de paramilitares – que según el jefe del estado mayor del ejército no existen – se tomaron Managua, asediaron a grupos de jóvenes que desafiando la represión realizaron plantones en diferentes lugares de la capital y secuestraron a algunas personas.
Este es un espacio del Programa Feminista La Corriente.
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