Crímenes de odio aumentan en Centroamérica, incluyendo Nicaragua
Se han registrado más de 200 agresiones contra personas de la diversidad sexual en Nicaragua, entre ellas cuatro asesinatos, según un observatorio.
Se han registrado más de 200 agresiones contra personas de la diversidad sexual en Nicaragua, entre ellas cuatro asesinatos, según un observatorio.
Los crímenes contra las personas de la diversidad sexual han aumentado de una manera alarmante en Centroamérica, incluyendo Nicaragua, indicó la colectiva La Corriente Somos Todas en su lanzamiento de campaña El silencio y la indiferencia apañan la violencia.
En los dos últimos años en Nicaragua, han ocurrido tres asesinatos de mujeres trans, un joven homosexual y la muerte de un joven trans que las autoridades policiales calificaron de suicidio, pero sin realizar ninguna investigación, de acuerdo con el Observatorio de Violaciones Derechos Humanos de Personas LGBTIQ+ en Nicaragua.
Además, en los últimos dos años el Observatorio ha documentado más de 200 agresiones a mujeres lesbianas, hombres gays, personas bisexuales y transexuales, de las cuales la gran mayoría han quedado en la impunidad.
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Las agresiones incluyen golpizas, violencia sexual, verbal y psicológica, amenazas, despidos laborales, acoso, humillaciones, difamación, expulsión de lugares públicos, entre otras formas de violencia.
Los agresores son mayormente hombres, que son familiares, parejas, funcionarios públicos o desconocidos. «Este perfil de agresores nos dice que no existe ningún lugar seguro para quienes expresan otras formas de vivir la sexualidad y los atributos de género», advierte el colectivo.
El lanzamiento de la campaña tiene el objetivo de promover una reflexión sobre la violencia que viven los cuerpos de lesbianas, homosexuales, bisexuales, personas no binarias y personas trans, que se encuentran vulnerables en Nicaragua y en la región.
A pesar de los avances legales que han habido en Centroamérica para despenalizar las relaciones entre personas del mismo sexo y el reconocimiento del matrimonio igualitario en Costa Rica, no son suficientes para disminuir la violencia contra las personas LGBTIQ+, que va en aumento.
“Los avances en materia de derechos humanos sobre las personas LGBT, ha sido la eliminación de los Códigos Penales en catalogar la homosexualidad como un delito, pero pocos avances en más”, advierte Rose Mary Madden, activista lesbiana y abogada.
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En Nicaragua se despenalizaron las relaciones homosexuales hasta el año 2007, que hasta entonces el Código Penal de ese momento las calificaba como sodomía y las castigaba con tres años de cárcel. Sin embargo, la despenalización de las relaciones entre el mismo sexo no significó un reconocimiento específico en las leyes nicaragüenses.
“Hay que reconocer que hemos logrado esos avances legislativos, pero ¿Qué cambios verdaderos hay? Las violencias siguen siendo reales con el agravante de que no son denunciadas. Seguimos viendo una gran cantidad de silencios sobre la violencia por el miedo a la población y por el desconocimiento”, expresa Madden.
Mientras que en Nicaragua se registraron cuatro asesinatos contra las personas LGBTIQ+ en los dos últimos años (dos en cada año), otros países de Centroamérica alcanzaron cifras récords en cuanto la violencia.
Honduras es el país más violento de la región para esta población. Desde 2009 hasta el 2022 se han registrado 442 personas LGBTIQ+ asesinadas, de acuerdo con la Red Lésbica Catrachas. Solo durante el año pasado ocurrieron 43 asesinatos, siendo el año más violento.
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La Red advirtió que el número de mujeres lesbianas y bisexuales asesinadas ha aumentado exponencialmente en los últimos años, cuando los hombres gays y las mujeres trans habían sido las principales víctimas.
Por su parte, Guatemala reportó 29 asesinatos y homicidios de personas LGBTIQ+ durante el año pasado, según el Observatorio Nacional de Derechos Humanos LGBTIQ+ Lambda. Mientras que el resto de los países de Centroamérica no registran cifras oficiales.
“Las víctimas no denuncian porque tienen miedo que se repitan las agresiones o porque cuando lo han intentado en otras ocasiones, son revictimizadas y ridiculizadas por oficiales de la policía”, indica la campaña de La Corriente Somos.
A pesar del temor, señala que es importante denunciar las agresiones para poder visibilizar las denuncias y para que los crímenes de odio no queden en la impunidad como es en casi todos los casos.