En 2019, Nicaragua experimentó una fuerte caída de 3.9% en su economía y este año la contracción será de 4.3% por los efectos de la crisis del COVID-19, según proyecciones del Banco Mundial (BM).

La recesión será todavía más brusca que la de 2018, cuando la caída económica como consecuencia de la fuerte represión gubernamental fue del 4%, según datos publicados por el Banco Central de Nicaragua (BCN).

El informe semestral de la Oficina del economista en jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, Martín Rama, subrayó que “la pandemia del coronavirus está provocando un gran shock de oferta” en el mundo.

Esta organización multinacional, especializada en finanzas y asistencia, considera que la crisis del COVID-19 es “grande y sin precedentes” por lo que requiere una movilización sustancial de recursos para mantener los “servicios básicos en funcionamiento, amortiguar la actividad económica y proteger el capital humano”.

CAÍDA BRUSCA DEL PIB

Aunque este año, Nicaragua experimentará una brusca caída en su Producto Interno Bruto (PIB), las proyecciones del Banco Mundial ofrecen una esperanza para el 2021.

Según las evaluaciones de este organismo, para el 2021 se esperaría una recuperación de todas las economías de la región, incluida la de Nicaragua, con un crecimiento de 1.9 del PIB.

Hasta el 2017, el país mostró una tendencia de crecimiento estable que se mantuvo por encima del 4% desde 2010, pero colapsó a partir de la represión gubernamental, el divorcio entre el sector privado y el gobierno, y las constantes violaciones de derechos humanos en el país.

En Centroamérica, El Salvador también experimentará una contracción del PIB del 4.3%.  La economía de Belice caerá 3.9%; Costa Rica, 3.3%; Honduras, 2.3%; Panamá, 2% y Guatemala, 1.8%.

CONFIANZA EROSIONADA

Los últimos dos años han estado marcados por una “profunda recesión” en medio de una crisis sociopolítica iniciada en abril de 2018, señala el Banco Mundial.

En 2019, los enfrentamientos violentos entre el Gobierno y una amplia coalición, incluida la sociedad civil, la iglesia y el sector privado, fueron una constante en el país, indica en su informe este organismo.

Como consecuencia la inversión y el consumo cayó bruscamente debido a la “consolidación fiscal, la crisis crediticia y la confianza erosionada”.

Debido a estos factores, el Banco Mundial, prevé que la recesión se profundice en 2020 debido al brote de COVID-19.  “La forma en cómo respondamos ahora va a hacer una diferencia nuestra capacidad de rebotar y transformarse”, indicó Rama.

A la falta de confianza generada por la crisis sociopolítica se suma el mal manejo del régimen en el tema de la pandemia.

El informe señala que en los últimos meses, los Gobiernos de todo el mundo han adoptado una amplia gama de medidas de contención para frenar la propagación de la epidemia, que van desde el bloqueo general de la población a iniciativas de distanciamiento social dirigidas a grupos de población vulnerables, la suspensión de clases y el cierre de negocios no esenciales.

“Las iniciativas son lo suficientemente diversas como para abarcar desde reuniones de amor contra el virus en Nicaragua hasta los toques de queda en El Salvador y Guatemala”, puntualiza el informe.

MAYOR POBREZA

La recesión económica por el brote del COVID-19 detendrá aún más el “progreso logrado en la reducción de la pobreza desde 2005” por diversas razones como la pérdida del empleo, expone el Banco Mundial.

Una de las razones que ofrece el organismo son las “grandes contracciones laborales en sectores intensivos en mano de obra y salarios estancados”. Uno de los sectores fuertemente golpeados por la pandemia es el sector de zona franca, donde ha habido más de 2 mil despidos y miles de colaboradores enviados de vacaciones.

En términos generales “se espera una recuperación lenta en medio de la rebote global, limitado por la situación financiera apretada y la incertidumbre política”, advierte el Banco Mundial.

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