La expansión del covid-19 se intenta frenar con millones de ciudadanos encerrados en sus hogares. Es una forma de cortar la cadena de contagios de la pandemia. En Nicaragua el miedo le ganó la partida al régimen orteguista, que desde el inicio de la emergencia sanitaria mundial, ha asegurado estar preparado, y se resiste a declarar una cuarentena. Sin embargo, una gran parte de la población ha decidido acuartelarse en sus casas, no enviar a sus hijos a clases y trabajar desde el hogar.

La autocuarentena impuesta por la población no se puede medir en cifras porque ni el mismo régimen reconoce que la población está en casa, pero si se observa en las calles de Managua y otras ciudades del país que han lucido como domingos de lunes a viernes: unos cuantos carros, algunos comercios abiertos, y los ciudadanos que no pueden quedarse en casa usan mascarillas. Hay un olor a miedo.

Estar en casa pudiese ser un proceso cansado o llevadero, todo depende de la perspectiva de cada persona ante las actuales circunstancias, ya que aun no se sabe cuánto tiempo se deba estar en la vivienda por el nivel de riesgo que implica el virus.

La Lupa conversó con dos psicólogas clínicas, Ledia Gutiérrez y Alba Roni, quienes aseguran que aunque la situación por la pandemia sea compleja, el espacio en casa se debe de concebir como un tiempo de provecho y crecimiento. Estos son sus consejos.

¿Cómo se enfrenta la incertidumbre que genera esta pandemia?

  1. Acepte que es vulnerable, que puede sentirse mal y está bien sentirse mal ante la situación, asegura la psicóloga clínica Alba Roni.  
  2. Canalice de manera adecuada sus emociones, hable de ellas con personas de confianza, si tiene que llorar, hágalo, pero no permita quedarse ahí.
  3. Piense en positivo, ocupe el tiempo en casa para hacer aquellas cosas que ha postergado: leer aquel libro que siempre quiso, jugar con la familia, por ejemplo.
  4. Cuidemos de no sobre informarnos de la situación, esto nos llena de angustia, histeria y depresión.
  5. Leer la palabra de Dios indica Gutiérrez.
  6. Distribuir actividades domésticas en el hogar.
  7. Cuando tomamos el control de nuestras emociones, estamos tomando el control de la situación, indica Roni. Agrega que el ser resiliente implica ver las amenazas como oportunidades, y este es un buen momento de reflexionar sobre la vida, la familia y aquellas cosas que son verdaderamente importantes y que muchas veces por andar en el ir y venir del día a día, no se presta atención.
Nicas solicitantes de asilo en Holanda. Foto: Loanny Picado

¿Qué pasa con el hacinamiento y si no tengo Internet?

De acuerdo con la Encuesta de Hogares para medir la pobreza en Nicaragua (2017), de cada cien hogares en Nicaragua, 14 están en condiciones de hacinamiento. En la urbe se considera una vivienda hacinada cuando hay cuatro o más personas por cada dormitorio y en el campo cuando hay cinco o más.

La estadística refleja la realidad de cientos de familias que en terrenos grandes se acomoda toda una prole. A eso se suma que en muchas casas no existe conexión a Internet, pese a que la Cámara Nicaragüense de Internet y Telecomunicaciones (Canitel), indica que 85 por ciento de la población tiene cobertura móvil.

Ante estos desafíos de viviendas apretadas, la especialista Gutiérrez, explica que todos los integrantes del hogar deben poner de su parte y comprometerse a que prevalezca un ambiente sano, tranquilo y relajado, de tal manera que la energía fluya en el hogar y se habitúen a lo que está pasando. Aconsejó que se puede iniciar el día con una lectura bíblica o una oración, sin importar la religión que se practique.

Roni considera clave que en la familia se haga un plan de prevención antes que aparezca un caso de coronavirus, y así, si ocurre, se pueda enfrentar la situación de forma adecuada. El virus es muy contagioso, y pese a que el régimen asegura que solo hay cinco casos confirmados, el primero dado de alta y el segundo ya fallecido, muchas personas se estresan ante la posibilidad de contagiarse, por eso la psicóloga Roni recomienda un buen diálogo interno para mantener el control.

“Las palabras de terror que nos metemos en la mente, nos crea una imagen (una película de terror) y eso generan emociones negativas”, expresó.

¿Cómo se vive la cuarentena si tengo ansiedad o sufro de depresión?

En el caso de las personas que sufren ansiedad o depresión y deben estar en casa por la pandemia, Roni recomienda que practiquen yoga, que investiguen temas que les guste, que se ejerciten y también es importante que no se sobre informen, ya que ellas no tiene el control de cambiar la situación.

Gutiérrez explica que una persona con depresión no quiere salir de casa, en ese sentido, la cuarentena le favorece ya que puede tener a su familia que le de acompañamiento, desarrollen actividades juntas, como almorzar, orar, ver películas, entre otras. «La vida nos ha cambiado», finalizó.

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La Lupa Nicaragua