Tuvimos la oportunidad de conversar con Carlos Alemán Rivas, docente suplente de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), poeta y miembro del comité organizador del festival internacional de poesía en Granada, autor del poemario “Me duele respirar”, con quien conversamos acerca de la enseñanza en las universidades públicas, el despido masivo de docentes y personal administrativo y también hablamos respecto a su libro.
¿Cómo es ejercer docencia en una universidad pública en Nicaragua?
Esa pregunta tiene varias respuestas porque hay muchos factores que inciden en ella, por ejemplo, en tiempos de represión -para primero plantearlo en un contexto, porque se hizo una voz opositora- hay gente que está detrás de la gente, los mismos compañeros, lo mismos estudiantes son una especie de vigilante, a ver cómo te expresas en clase, que es lo que decís y que haces, entonces es muy difícil y esto es lo que ha llevado a que diferentes maestros hayan sido despedidos durante la represión.
Ahora para ponerlo en otro plano de contexto, la educación en Nicaragua -que de por sí es muy débil- en tiempos de pandemia también es muy difícil, es un riesgo tanto para los profesores que son opositores o los que apoyan al régimen, es completamente difícil, la dictadura de Daniel Ortega está empujando a la muerte prácticamente a todos los sectores de este país, a los médicos, a los profesores a los a los empleado público, a todo el mundo.
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¿Cuán politizada está la enseñanza en los recintos universitarios?
Creo que ahorita no existe educación en Nicaragua, lo que existe es adoctrinamiento, si no entrá a la UNAN. Yo no puedo entrar porque tengo vetada la entrada, la última vez que fui por todos lados hay un busto o una fotografía de Daniel con el puño arriba como señal de dictador. Hay una foto de Rosario Murillo, hay fotos o carteles donde culpan a los estudiantes de haber hecho tantas cosas en la universidad cuando estuvieron allí, que creo que no sucedió, no estuve ahí, pero creo que no sucedió porque era una lucha justa, tomarse la universidad. Entonces no existe educación, es un adoctrinamiento
¿Qué tan politizada está la educación? pues pienso que no puedo dar un porcentaje exacto, pero sí es alto el porcentaje, yo lo viví por un maestro de metodología, era un profesor que prácticamente llegaba a endiosar a Daniel Ortega, para él lo único en que la clase se basaba era hablar del sistema político del frente sandinista y es lo que está pasando ahora en las universidades, por ejemplo, te voy a plantear esta situación: una de las mentes más pensantes de la UNAN-Managua y no sólo de la universidad, sino de Nicaragua, el profesor y filósofo Freddy Quezada, fue despedido injustamente por ser alguien coherente, por decir la verdad. A ese profesor no lo reponen fácilmente, quién está sustituyendo a este profesor en este momento, uno de los muchachos de la juventud sandinista.
¿Quién repone a los excelentes médicos que han despedido, a especialistas que han despedido?, entonces en vez de invertir aquí en educación, dan adoctrinamiento, en vez de invertir en salud todo esto se está deteriorando, se está viniendo abajo. Si repasamos la historia tenemos posiblemente 200 años de retroceso, la educación está decayendo, la salud está decayendo y es por mencionarte dos pero de ahí todo. Te voy a mencionar un ejemplo claro, niños de preescolar o de primer grado o de segundo grado, hay un vídeo que circuló en las redes, es aberrante, una maestra invita a una fila de niños como de 15 niños a corear el nombre Hugo Chávez, “presidente Hugo Chávez”, decía uno de los niños y el resto le contestaba “presente presente y presente”.
Así está la educación en Nicaragua, por eso te digo que no hay educación, lo que hay en Nicaragua es adoctrinamiento; por eso te digo y utilizO ese calificativo -aberrante- ¿cómo es posible que en niños de 5 años, 6 años insisten en corear el nombre de este personaje que ha representado tanto daño para América Latina?
¿Qué impacto crees que represente en la formación de la juventud el despedir a docentes y administrativos críticos?
En cuanto a su formación académica afecta mucho porque el cambio es notable, pero en cuanto a su formación ideológica no debe cambiar la postura de un joven crítico que viene haciendo con un pensamiento racional crítico ante una situación que es completamente bochornosa como la del frente sandinista, el pensamiento se debe de mantener y esto es para todos los jóvenes que están estudiando ahora en la universidad o están estudiando en secundaria: el pensamiento crítico no debe cambiar y además los jóvenes -porque la educación está raquítica- debemos ser autodidactas, porque de por sí la educación te decía está deteriorada, los jóvenes deben de tener una auto formación, es decir investigar y ser autodidacta darte a la tarea de leer e investigar, pero no se deben dejar influenciar por las doctrinas.
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Basándonos en la Ley de autonomía universitaria (Ley 89) ¿Consideras que las autoridades de las universidades cumplen con apoyar en la formación integral del estudiantado?
El ejemplo más claro que se me viene a la mente ahorita de tantos jóvenes que les han cortado su expediente académico y que lo han expulsado de la universidad es el de esta muchacha Dolly -no recuerdo el apellido- creo que pertenece a la Alianza Cívica, me imagino porque ella era una joven crítica, incluso en el aula de clase, y eso no permite la integración de todas, o dejar la libre expresión a un estudiante o a una estudiante. Me imagino que por ser crítica ella, al igual que muchos muchachos han sido expulsados de las universidades. La lista de los muchachos expulsados es larga, la mayoría de ellos viven en el exilio.
¿De qué trata el libro “Me duele respirar”?
El libro no es una biografía que hable completamente de la persona de Alvarito Conrado, hay tres poemas dedicados para él, pero hay diferentes personajes también en el libro. Le puse el título en honor a sus últimas palabras. Lo hice con un fin beneficiario, era para ayudar a nuestra exrea política Brenda Muñoz con todo lo recaudado de la venta de este libro, que gracias a Dios fue completamente un éxito, vendimos todo e incluso tuvimos que imprimir más. Todo lo recaudado con este libro fue donado para nuestra exrea política, que está atravesando un problema difícil económico.
Los exreos políticos están buscando un medio para sobrevivir y no sólo no hay reos políticos, sino la gente que está en el exilio, los que están en la frontera ahorita, ayer salió un reportaje de la gente que está en la frontera en Costa Rica, esta gente que está trabajando con la piña. Todo esto me pareció una manera muy oportuna para poder ayudar a esta señora, una gran amiga así como todos, tuvimos muchos presos aquí en el Diriá, algunos en el exilio y otros que están aquí, siempre siendo asediados.
¿Qué te inspiro a escribir esta pieza?
Es un deber para mí hablar por aquellos a quienes silenciaron, hablar por Alvarito Conrado; hablar por Darwin Urbina; hablar por Francos Valdivia; hablar por Gerald Vázquez; hablar por Marcelo Mayorga. No sé si exista una persona en este mundo que no se conmueva, que no sienta el dolor al ver filas de antimotines que estaban que estaban ante la esposa de Marcelo, ella partida de dolor pidiendo ayuda, pidiendo socorro con el cuerpo de su marido tirado.
Entonces era un deber para mí hablar por aquellos a quienes tienen la dictadura en silencio y el libro en sí, se tiene que entender como un grito, todo el libro es una apología al grito, porque lo he dicho en diferentes entrevistas, que se escuchan los gritos de la esposa de Marcelo Mayorga, se escuchan los gritos de doña Lisseth Dávila -la mamá de Alvarito Conrado- entonces es una apología de grito, se escuchan los gritos de los campesinos y en contradicción a esto también es una crítica a quienes han guardado silencio, el silencio es un cómplice intelectual de la dictadura y en este sentido quiero referirme a algo que es muy difícil de expresar para mí, puesto que duele porque no solamente apoya al régimen quien asesina, quien mata, quien dispara, sino apoya al régimen quien guarda silencio.
El silencio es un cómplice intelectual aquí, por eso te voy a dar un ejemplo. El obispo nacido aquí en el Diriá, que ahora está en León es completamente aberrante y su silencio que guarda ante todo lo que pasa, el señor René Sándigo. No es posible que un siervo de Dios ante la injusticia que sufre un pueblo guarde silencio y no solamente ante la injusticia, sino ante las medidas que no está tomando el régimen, pero gracias a Dios tenemos a monseñor Silvio Báez que es la disyuntiva, que eso es completamente contradictorio; entonces eso más o menos una apología del grito y una crítica a quien apoya al guardar silencio.
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¿Cuán difícil fue para sentarte y ponerse a escribir estas palabras?
Empecé a escribir 13 de abril, escribí el primer poema y con el que empieza el libro se llama “Yo maté a Alvarito Conrado”, el poema así se llama por qué de una u otra forma muchas personas se sienten así, en algún momento al haber apoyado al régimen, a la dictadura. El día de la presentación del libro dije: mi hermana se despertaba prácticamente llorando y escuchaba que todavía Alvarito Conrado decía “me duele respirar”, entonces esto me empezó a llamar la atención. Si mi hermana está sufriendo de esta manera, ¿cómo lo está sufriendo el pueblo entero de Nicaragua?, es tener un poco de acercamiento, es solidaridad con el sufrimiento de todas estas personas y empatía.
Es complicado escribir sobre el dolor, por ejemplo, si no estás viviendo el exilio al igual que otros cien mil nicaragüenses y es difícil por eso es que también es otra situación a la que me quiero hacer referencia que las personas que están aquí tienen que buscar una solución de encontrar una manera de ayudar a toda esta gente, a todas estas personas para el retorno seguro, que ahorita no es para nadie seguro, por eso decía anteriormente que es una oportunidad única.
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¿Qué significan para vos las palabras “déjame protestar por vos, al menos en estas líneas”?
Déjame protestar al menos con estas líneas, pues es lo que estamos haciendo todos, los periodistas no están protestando, pero si están tratando siempre de decir la verdad, de que exista justicia y de ser transparentes y las personas que nos dedicamos a escribir u otro tipo de arte, por ejemplo, los músicos están protestando. Entonces para mí al escribir esto estoy haciendo una protesta contra la dictadura porque él ya no lo puede hacer, entonces los que quedamos es una obligación nuestra hablar y protestar por esas personas que ya no están.