El hallazgo del cadáver de Bismarck Martínez, el supuesto decomiso de armas en un negocio del hijo del doctor Tünnerman y la aprobación exprés de la llamada ley de perdón, podrían revelar que hay miedo en el orteguismo, que está recurriendo a viejas tácticas, señala Vilma Núñez.
El cadáver de Bismarck Martínez siempre estuvo en el lugar donde “fue martirizado”. Sin embargo, transcurrió casi año para la que la Policía orteguista lo encontrara. El hallazgo de los posibles restos del declarado “héroe del amor” del orteguismo se divulgó el martes y, aunque los resultados de las pruebas forenses aun no están listos, ya se adelantó que la familia de este habría reconocido la ropa –calcetines y pantalón– que Martínez vestía el 29 de junio del año pasado, cuando supuestamente pasó en su vehículo por el tranque del colegio San José, de la ciudad de Jinotepe, en Carazo, y desapareció.
Para Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), el hallazgo un año después del cadáver de Martínez es parte de una vieja estrategia del Frente Sandinista que data desde los tiempos de la Revolución.
«Cuando va haber una situación grave, sacan algo más fuerte para desviar la atención. Ellos sabían dónde estaba ese cadáver y esperaron el momento adecuado para ‘encontrarlo’ y se están precipitando, porque ya afirman que se trata de él cuando ni siquiera están listos los resultados del ADN», explica la defensora de derechos humanos.
La versión del régimen sobre la desaparición de Martínez es que fue secuestrado, ejecutado y desaparecido por las personas que lideraban el tranque en el colegio San José, como parte de lo que Murillo insiste en llamar “intentona golpista”, pese a que organismos internacionales han descartado esa teoría y sustentado que lo que ocurrió a partir del 18 de abril en Nicaragua fue una manifestación cívica reprimida mediante el uso desproporcional de la fuerza policial y parapolicial dirigida desde la máxima estructura del poder. En el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) se detalla que estos grupos armados emplearon al menos cinco tipos de armas de guerra para atacar a los manifestantes.
EL HALLAZGO
Desde el fin de semana se conoció que la policía orteguista estaba realizando excavaciones y operativos en Jinotepe, y ya se adelantaba que habían dado con el supuesto cadáver de Bismarck Martínez, que al final estaba enterrado en sitio muy cercano al colegio donde se instaló el tranque que fue desmantelado en la Operación Limpieza, ejecutada por policías y parapolicías, y que en Carazo dejó 24 personas asesinadas.
“Esta mañana (martes), después de semanas, meses de búsqueda, la Policía Nacional ha reportado que se encontraron osamentas, cráneo y ropa de Bismarck Martínez… Se encontraron cerca del lugar donde fue martirizado por el terrorismo golpista, por el odio que no volverá a Nicaragua”, anunció Murillo.
Murillo explicó que están pendientes de los resultados de las pruebas de ADN que realizará el Instituto de Medicina Legal «pero hasta el momento la familia considera que los calcetines, el pantalón, pertenecen a Bismarck, según lo que se vio además en el video abominable de las torturas”.
“Dios ha de querer que se confirme que este es nuestro hermano Bismarck de manera que su viuda, su nietecito, Daniel, toda la familia, su hija, tengan paz. Que Dios les de paz”, expresó Murillo apenas unas horas después de que la representación del régimen en la mesa de negociación informara sobre el trámite acelerado de la ley de perdón que finalmente fue aprobada de manera exprés esta mañana.
NÚÑEZ : ORTEGA TIENE MIEDO
Según Núñez, el hallazgo de Bismarck Martínez en esta etapa de la crisis, así como la fabricación de delitos contra personas que alzan su voz contra el régimen, como lo ocurrido con el hijo del doctor Carlos Tünnermann, revela el estado crítico y de miedo en el se encuentra el régimen.
La Policía orteguista informó sobre el supuesto hallazgo de cuatro armas de guerra en unas bodegas de azúcar propiedad de Alejandro Tünnermann Pereira, hijo del doctor Tünnermann, jefe del equipo negociador de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
“Ya se le ha iniciado un proceso investigativo para su debido enjuiciamiento por el delito cometido”, informó la institución reconocida como el principal brazo represor del orteguismo.
«Este hombre (Daniel Ortega) le tiene horror a las sanciones por el dinero que tiene. Todos estos son mecanismos de autodefensa», sostiene.
Núñez, quien recientemente se reunió en Panamá con Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, sostiene que la comunidad internacional está clara sobre la masacre cometida y no cree en la victimización del régimen.
«La comunidad internacional está bien informada sobre lo que pasa en Nicaragua. Estos intentos (del régimen) por hacerse la víctima no van a tener efecto», advierte.
QUIÉN ERA BISMARCK MARTÍNEZ
Bismarck Martínez, nacido en 1962 en Managua, era militante del Frente Sandinista desde 1977 y como parte de su trabajo partidario en 1980 se integró a la Cruzada Nacional de Alfabetización, por lo cual el Ministerio de Educación le otorgó el reconocimiento de brigadista destacado.
En su currículo sandinista se incluye la segunda jefatura de la Dirección de Comunicación de la Casa de Gobierno Nacional.
En los 80´s también se integró a las Milicias Populares Sandinistas y hasta fue fiscal por el FSLN en las elecciones de 1990, en las que el sandinismo fue derrotado.
Toda la trayectoria de Martínez está vinculada al partido, tanto así que desde 2002 trabajaba para la Alcaldía de Managua, como segundo mando de la Dirección de Ornato.
Mucho antes de dar con los que podrían ser los restos de Bismarck Martínez, el orteguismo había elevado su figura a la de héroe y con su nombre bautizó un complejo habitacional que hasta el 9 de enero constaba de 9 mil familias beneficiarias del programa social.
*Artículo originalmente publicado en Despacho505.