La Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos alertó el asedio policial que padecieron tres activistas nicaragüenses, integrantes de la Articulación de Movimientos Sociales de Nicaragua: Neyma Hernández, Ivannia Álvarez y Alexa Zamora, quienes este sábado fueron víctimas de vigilancia en sus domicilios y la de sus familiares.
Hernández quien ha estado en la cárcel por denunciar abusos del régimen orteguista, demandar la liberación de los presos políticos y llevar agua a los familiares de encarcelados cuando estaban en una iglesia secuestrados por la Policía Orteguista en 2019, dijo que ocho policías llegaron a la casa de su abuelita, quien está recuperándose de Covid-19 y viviendo un duelo familiar.
Por su parte, Álvarez, quien ha participado en marchas cívicas y también estuvo encarcelada, asegura que esta no es la primera vez que las patrullas de la Policía llegan donde sus familiares. Contó que este sábado la Policía bloqueó por dos horas el paso de la calle donde vive, en Tipitapa, y antes de marcharse dijeron que volverían hasta encontrarla.
Por otro lado, Alexa Zamora, expresó, según la Iniciativa, que es una situación recurrente. “Se utiliza la unidad-patrulla- 793, con un aproximado de 6 a 8 efectivos de la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP) armados, quienes se apuestan de 2 a 3 veces por semana frente a mi casa, tomando fotos a mi casa y a mi hija menor de edad”, narró.
Zamora, también miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), expresó a La Lupa que el asedio ha empeorado y ha cambiado. En los primeros meses del año, el asedio consistía en que una o dos veces a la semana, cerca de las 11:00 de la noche, grupo de al menos 15 paramilitares llegaban a su casa para intentar destruir los portones de la vivienda. Esto la obligó a reforzar la seguridad de la entrada, con un material más fuerte, que también quisieron vulnerar, pero no lo lograron.
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Una semana después de estos actos intimidatorios empezó a llegar la Policía, cuyos agentes nunca le han dicho nada y tampoco han cruzado la calle, ya que se apuestan enfrente de su domicilio. En los últimos dos meses la vigilancia se ha vuelto más frecuente. «Vienen de dos a tres veces por semana, incluidos algunos fines de semana, se bajan de la patrulla, se apuestan exactamente en el perímetro enfrente de mi casa, todos con equipamiento de la DOEP, todos armados, y están ahí por una hora», expresó. Lo que si han visto es que en algunas ocasiones han tomado fotografías del interior de la vivienda, relató.
“Hacemos un llamado urgente a la comunidad internacional para que vigilemos y denunciemos las agresiones que viven las excarceladas políticas de Nicaragua. Muchas de ellas viven con sus libertades coercionadas y bajo una “muerte civil”, ya que no se les permite salir, trabajar, estudiar y tener una vida con sus derechos fundamentales asegurados”, se lee en el texto de la alerta. Agregan que a estas denuncias se suman las agresiones digitales sistemáticas por redes sociales, que han sufrido estas y otras activistas y excarceladas políticas desde hace varios meses.
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En general, los exreos políticos viven bajo el asedio de la Policía y en otros casos, de grupos afines al régimen orteguista. Les toman fotografías, los graban y no les pemiten desarrollar sus rutinas con normalidad. Los asedios, pese a la pandemia de Covid-19 no se han detenido. El líder estudiantil Byron Estrada también denuncia constante vigilancia en la casa de su mamá en León. La Policía llega, y se coloca en formación de bloque frente a su domicilio.