“Esta problemática cada día está más cruel y dura para las mujeres”, se lamenta una feminista nicaragüense del observatorio Voces contra la violencia del organismo Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), mientras piensa que 35 mujeres han sido víctimas de femicidios en lo que va de este año en Nicaragua. En lo que va de mayo, al menos siete mujeres se convirtieron en víctimas de esa violencia machista que impera con impunidad en el país.

Los habitantes de la comunidad indígena Lamlaya, localizada en el municipio de Puerto Cabezas en el Caribe Norte, amanecieron este 6 de mayo consternados tras conocer el asesinato de Jhoysi Panting López, de 27 años, quien recibió múltiples machetazos cuando quiso detener la agresión de la que era víctima su hermana, denunció el colectivo feminista Las Venancias.

De acuerdo con la información, Jhoysi trató de proteger a su hermana Aracely Panting López de la agresión de su pareja, el hondureño Licar Michell Bonaparte, de 30 años, quien atacó a ambas mujeres con un machete. Aracely fue trasladada en estado delicado al hospital Nuevo Amanecer de esa localidad.

“La violencia machista este fin de semana fue sangriento (…) En lo que va de mayo siete femicidios”,  señaló el observatorio de CDD.

Mayoría de femicidas están prófugos

La socióloga y feminista, María Teresa Blandón, en entrevista con La Lupa, lamenta que la mayor parte de los femicidas “están prófugos de la justicia”.

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“La Policía tiene mucho tiempo de estarse dedicando a recoger cadáveres, ese es su papel, o sea, van al lugar y recogen los cadáveres. A veces pueden capturar a los femicidas si la gente les ayuda, porque ni siquiera tienen estaciones de Policía en todo el territorio nacional y a veces llegan tarde”, denunció Blandón.

Saña e impunidad

El asesinato de Solki Thompson Leman, de 21 años, quien tras ser degollada, la lanzaron a un río en Puerto Cabezas, municipio de la Costa Caribe Norte, es otro de los siete femicidios registrados este mes.

La versión inicial es que a la joven, que era originaria de la comunidad indígena Sangnilaya, ubicada en el territorio Twi Yahbra de Puerto Cabezas, la interceptó su hijastro identificado como Holmann Estrada Romero —con quien mantenía un litigio por una propiedad— quien le arrebató la vida de forma violenta y posteriormente lanzó el cuerpo al río Wawa. El hallazgo ocurrió este 5 de mayo.

Una segunda versión denunciada por Prilaka, una organización que trabaja por los derechos colectivos de las comunidades indígenas en la Costa Caribe de Nicaragua, señala que a la joven la asesinaron “colonos invasores” y posteriormente sumergida en las aguas del río Wawa. “Es importante destacar que este no es el primer incidente de violencia extrema por parte de colonos hacia mujeres y niñas de dicha comunidad; sin embargo, en ocasiones la familia de las víctimas temen denunciar públicamente”, advirtió Prilaka en un comunicado.

En 2022, Prilaka emitió una “alerta roja” por el intento de ocupación ilegal y violenta de colonos armados en la comunidad Sangnilaya. “Una vez más, se matan a las mujeres indígenas en la cara del Estado”, denunció la organización.

Violencia machista en Nicaragua

La Costa Caribe Sur también fue escenario de otros dos femicidios en los primeros días de mayo.

Joneyce Simmons, de 27 años, fue asesinada tras ser alcanzada por una bala durante un tiroteo que se escenificó la madrugada del 1 de mayo en la discoteca “Four Brothers”, en el barrio Punta Fría. Pocas horas después, ese mismo día Yolanda Isabel Rugama Ángulo, de 24 años, fue víctima de femicidio, a manos de su pareja Engel Francisco Pérez González, quien está prófugo de la justicia. 

Mientras que, en medio de esta alarmante ola de violencia machista en Nicaragua, en la comunidad La Conquista, jurisdicción de San Miguelito en el departamento de Río San Juan, el 5 de mayo, dos hombres de identidad desconocida dispararon, en tres ocasiones, contra Irania Mendoza, de 26 años, causándole la muerte.

En el Reparto Schick de Managua, otro hallazgo ocurrió también este domingo. A Josseling Guadamuz, de 25 años, la encontraron sin vida en el interior de su vivienda. La joven presentaba una herida de arma blanca en el cuello.

El caso de Magda de los Ángeles Noguera Vega, de 76 años, quien murió después que su hijo Alejandro Lacayo Noguera, de 44 años, la golpeó y la roció con alcohol para prenderle fuego es otro crimen reportado en la última semana. Noguera Vega falleció este 6 de mayo tras batallar 16 días por su vida en un hospital.

De acuerdo con Católicas por el Derecho a Decidir son 35 femicidios los que se registran en lo que va del año: enero (4), febrero (4), marzo (13), abril (7) y mayo (7). “Siempre los meses con efemérides como marzo y mayo los crímenes contra las mujeres aumentan”, manifestó el observatorio de CDD.

El falso papel de las Comisarías

En Nicaragua el régimen Ortega-Murillo anuncia con bombos y platillos la inauguración de Comisaría de la Mujer. Al 2 de mayo, se identifican 317 de estos centros, pero el país cerró 2023 con 74 femicidios ante los que la dictadura orteguista calla y los casos en lo que va de este 2024 siguen en aumento.

“Hablan de 317 comisarías, pero no nos cuentan varias cosas: uno que no tienen personal capacitado para atender a las víctimas, que son policías de línea cualquiera que están en un escritorio, que son los tipos que reciben todas las denuncias, o sea, que no es cierto que son Comisaría, están mintiéndole a la gente, ni siquiera tienen recursos”, señaló Blandón.

En estos edificios policiales donde ni siquiera hay personal especializado y no siguen protocolos de acuerdo a estos casos, tienen como principal estrategia ofrecer la mediación, por lo que es evidente que existe una “complicidad clarísima con los agresores”, agrega Blandón.

La falta de compromiso del régimen para superar esta amenaza contra las mujeres, según Blandón, también es evidente cuando piden a las víctimas denunciar el caso en línea cuando se sabe que no toda la población tiene acceso a internet.

“Eso eso es una burla a la víctima de la violencia y, por el otro lado, sacan una cartilla que supuestamente es para educar a la gente. Una cartilla que no dice nada, que ni siquiera nombra la violencia machista y sus causas. O sea, todo es una falta de respeto, una falta de de compromiso, una una banalización de la violencia contra las mujeres y por eso nosotros decimos que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo son corresponsables de la violencia contra las mujeres y las niñas”, denunció Blandón.

Demandas al Estado y a la sociedad

El femicidio es la manifestación más brutal y extrema de la continua violencia contra las mujeres y las niñas. Se define como un tipo de homicidio intencional con motivación por razones de género que puede desencadenarse por los estereotipos en los roles de género, por discriminación hacia las mujeres y las niñas, por desequilibrios en las relaciones de poder entre mujeres y hombres, o bien por la existencia de normas sociales perjudiciales.

Para Blandón las mujeres “tienen claro que no quieren vivir sufriendo violencia”, por lo que la mayor demanda es al Estado para que “cumpla con su deber”.

“Su deber es prevenir la violencia, educar para la igualdad y la no discriminación, incluyendo las escuelas públicas donde no se está haciendo absolutamente nada, su obligación es atender diligentemente las denuncias de las mujeres víctimas de violencia”, puntualizó Blandón.

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