Medio centenar de mujeres, adolescentes y niñas nicaragüenses han sido víctimas de femicidio dentro y fuera del país en el primer semestre de este año, indica el Observatorio Voces de la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
De los 50 femicidios reportados, 36 ocurrieron en territorio nacional y 14 en el extranjero, siendo Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala y Honduras los países registrados.
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Es la primera vez que la organización registra esta cifra tan alta únicamente en los primeros seis meses del año, y también es la primera vez que el número de femicidios en el extranjero alcanza casi la mitad de los femicidios ocurridos dentro del país.
Las principales víctimas son mujeres entre las edades de 18 a 35 años con 25 casos, 36 a 59 años con 14 casos, 60 años a más con 7 casos, y las menores de edad que fueron cuatro casos.
Los agresores son en su mayoría las parejas de las víctimas (18 casos), pero también se reportó un número elevado de femicidios cometidos por desconocidos (17 casos). El resto son exparejas con cuatro casos, familiares con cuatro casos y conocidos con siete casos.
Los meses más violentos para las mujeres fueron marzo con 12 femicidios y abril con 10. Sin embargo, mensualmente se está registrando un promedio de más de ocho femicidios.
La cifra de femicidios reportadas hasta la fecha causa preocupación, ya que en todo 2022 se registraron 68 mujeres, adolescentes y niñas asesinadas, mientras que en este 2023 ya se alcanzó el 73 por ciento de los casos reportados el año pasado.
El número de mujeres nicaragüenses asesinadas fuera del país es uno de los factores que hace la cantidad de femicidios tan alta hasta ahora. Mientras que en todo el 2022 se contabilizaron nueve femicidios de nicaragüenses en el extranjero, de acuerdo con CDD, solo en este primer semestre se contabilizan 14.
“La migración aumentó y los femicidios no tienen fronteras”, señalan las integrantes de CDD.
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La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) advirtió que el número de centroamericanas migrantes ha aumentado dramáticamente en los últimos años, especialmente mujeres que migran con sus hijos e hijas menores de edad.
Y las violencias a las que se enfrentan no solo aparecen en el tránsito migratorio, sino que muchas veces provienen de las parejas que las acompañan o con las que se establecen en el país de destino.
En estos países la mayoría de las mujeres no logra acceder a servicios de protección cuando viven violencia de género debido a su estatus migratorio, que en muchas ocasiones es irregular; debido al desconocimiento de sus derechos y de los servicios que pueden solicitar a pesar de su situación migratoria; y debido a que no cuentan con los recursos económicos para separarse de sus parejas y huir de la violencia.
