El padre Edwin Román, párroco de la Iglesia San Miguel Arcangel en Masaya, y al menos otras 23 personas permanecen como rehenes de la Policía Orteguista, desde la tarde de este jueves 14 de noviembre de 2019, cuando armados y utilizando pasamontañas cercaron el templo.

» Somos rehenes dentro de la iglesia» , afirmó está mañana el padre Edwin Román quien denunció que cuadrillas de la estatal Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) y la distribuidora de energía Disnorte-Dissur suspendieron los servicios de energía eléctrica y agua potable a manera de represalia, pues el párroco asegura que las facturas están al día.

El religioso, quien es una persona diábetica, señaló que el corte del servicio de energía eléctrica como medida de represalia le ha dejado sin su medicamento de insulina.

13 nuevos secuestrados

Esta mañana, amanecieron otras 13 personas privadas de su libertad, quienes fueron secuestradas por la policía orteguista como represalia ante un acto de solidaridad en el que intentaron llevarle agua a las personas que se encuentran de rehenes dentro de la iglesia.

En la iglesia se han congregado al menos 10 madres de presos políticos, quienes han iniciado una huelga de hambre como medida de presión por la libertad de más de 130 ciudadanos que han sido internado en las celdas orteguistas como castigo ante su posición política.

Entre los detenidos figura la líder del movimiento estudiatil y excarcelada política, Amaya Coppens, así como los jovenes Olga Valle, Hanzel Quintero, Jesús Tefel, Ivania Alvarez, Gabriel Ramos, Roberto Büschting, Neyma Hernández, Wendy Juárez, Atahualpa Quintero, Olama Hurtado, así como otros dos jóvenes no identificados.

«Lo primero que vamos a hacer hoy viernes es dirigirnos al nuevo Chipote con los familiares de nuestros familiares presos», explicó Guillermo Incer, dirigente de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) ante las nuevas detenciones.

«No existe ninguna razón que justifique la detención de nuestros compañeros quienes regresaban de Masaya de solidarizarse con las madres de los reos políticos que iniciaron una huelga de hambre», explicó.

Los secuestradores impidieron que, el mismo jueves, que la población católica de Masaya celebrara el Santísimo al obstaculizar el paso a lo interno de la parroquia. El padre Román, quién salió ante la feligresía, logro darles ‘la bendición’ a pesar de los codazos y empujones que recibió de los policías orteguistas quienes pretendían intimidarlo.

reacciones sociales

La población ha expresado, en redes sociales, su temor e indignación ante el secuestro del párroco y las madres de abril, además han llamado a la población a mantenerse alerta, no dejarlos solos, y expresarse en las calles.

Organismos de derechos humanos se han pronunciado demandando a las autoridades cumplir con «la obligación de respetar y garantizar la libertad de expresión y de reunión pacífica, así como la integridad y seguridad de estas mujeres y del Padre Edwin Román».

*Foto principal tomada de Internet.

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La Lupa Nicaragua