La principal incitadora al odio, Rosario Murillo, dictadora de Nicaragua, abogó una vez más en el Canal 4, dirigido por el régimen Ortega-Murillo, en que la ‘reconciliación’ es tarea prioritaria, así como la no repetición de los hechos de violencia de unos «poquitos microscópicos adinerados».
“Hermanos que nos decimos cristianos, familias que nos consideramos cristianas, que alabamos a Dios todos los días, que invocamos a Dios todos los días y rechazamos el odio, porque es una profanación del sentido de la vida», dijo en su tradicional intervención de mediodía, en la que no falta el santoral del día y uno que otro extracto de la Biblia a ser manipulado.
En un intento por apelar a la «amnesia colectiva», como le ha llamado el sociólogo Oscar Rene Vargas, la dictadura Ortega-Murillo ha creado, con fondos del Estado, 2 mil Comisiones de Reconciliación, órganos que en comunidades y barrios se encargarán de garantizar la «no repetición» mediante la persecución de voces disidentes, según han denunciado organismos de Derechos Humanos.
Las declaraciones de Murillo se dan mientras el régimen se niega a liberar a más de 80 ciudadanos presos políticos que han sido secuestrado por la policía orteguistas y grupos paramilitares al servicio del régimen. Y mientras se asedia a quienes fueron excarcelados en fechas anteriores, en especial a reconocidos lideres de la protesta.
Poquitos microscópicos
Murillo, aprovechó una vez más para descalificar a las voces disidentes que, en una realidad paralela son financiados por la CIA y el Imperialismo Yankee, según el discurso de la «intentona golpista» que han pretendido instaurar a nivel nacional e internacional sobre los hechos registrados desde abril de 2018.
“Es difícil entender como alguien como algunos, poquitos, poquitos microscópicos adinerados, pudientes, se pueden oponer a que las personas que han vivido en pobreza, que han vivido sometidos por la pobreza, tengan el protagonismo económico, político y social que este modelo asegura», dijo.
Es así como «poquitos microscópicos» se une a la lista de descalificativos que Murillo ha producido en verdaderas peroratas iracundas en las que incluyó palabras como: minúsculos, puchitos, migajas, charbascas, chingastes, pedazos de odio, entre otros términos salidos de su argot familiar.
Resignifican términos peyorativos
Desde el 18 de abril pasado que inició la represión policial y paramilitar contra las protestas civiles, Murillo despotricó contra los protestantes dirigiéndose con diferentes términos peyorativos que en su momento fueron resignificados por los aludidos.
“Dentro del contexto que estamos viviendo todos los días, se han resignificado esos conceptos. Es decir, cuando decís: ‘soy una mamá vandálica’ o cuando decís: ‘somos vandálicos’, estás resignificando un concepto que originalmente fue usado para agredir, para que significara algo negativo, y le estás dando un sentido de identidad positivo”, explicó. Vijil agregó que parte de la rebelión en Nicaragua ha sido la rebelión de las palabras y, en ese sentido, cree que “el régimen ha perdido la batalla del lenguaje”, expresó a La Prensa, Josefina Vijil, docente e investigadora del Centro de Investigación y Acción Educativa Social (Ciases).
*Foto tomada de Internet.