El acceso al aborto legal en Colombia era inimaginable en la década de los 70. En esos años se presentaron dos proyectos en el Congreso que buscaron despenalizarlo, pero que no lo lograron pese a que la primera causa de muerte materna en el país sudamericano era el aborto inseguro. En ese contexto nació la Fundación Oriéntame, una organización que tiene casi medio siglo de vida ayudando a las mujeres que necesitan prevenir o terminar embarazos no deseados.

“Desde el día número uno Oriéntame ha respetado y ha defendido las decisiones reproductivas de las mujeres en territorio colombiano”, relata a EFE la directora ejecutiva de la organización, la doctora María Vivas.

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La Fundación fue pionera en la implementación del acceso al aborto en Colombia, país que ahora está a la vanguardia de la protección de los derechos sexuales y reproductivos. Y lo hizo de la mano del doctor Jorge Villarreal, quien en 1977 abrió las puertas de un centro seguro y humanizado para las mujeres que deseaban interrumpir sus embarazos.

Pasaron los años, y varias iniciativas legislativas que tampoco se aprobaron, y el acceso al aborto pasó a ser parte central de las reivindicaciones del movimiento feminista. Esa lucha tuvo su primer gran triunfo en 2006, cuando la Corte Constitucional de Colombia despenalizó el procedimiento en casos de riesgo para la salud o la vida de la madre, violación o incesto, o malformación del feto.

“Ahí es cuando Oriéntame toma esa sentencia, se la apropia y empieza la implementación especialmente de la causal salud la que, entendiendo la salud como la describe la Organización Mundial de la Salud, es un estado integral de bienestar donde la salud psicosocial de las personas es un pilar fundamental”, explica Vivas.

Medio siglo de trabajo de Oriéntame por el aborto

Desde su inicio, Oriéntame ha diseñado programas de prevención, educación y sensibilización a la comunidad. Además, ha brindado acompañamiento para la prevención de los embarazos no deseados y de violencia sexual, y ha asesorado y entregado anticoncepción de larga duración en todo el país.

También es un referente técnico en la implementación de servicios de salud en América Latina, y ha brindado espacios de formación sobre buenas prácticas para la atención de servicios de salud sexual y reproductiva a más de 2,000 personas en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay y Argentina.

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A pesar de todo ese trabajo, afirma la doctora Vivas, se dieron cuenta de que las causales en Colombia no eran suficientes y que muchas barreras de acceso al aborto seguro persistían, especialmente para las mujeres más vulnerables.

“Había una cantidad de barreras de acceso las cuales se interponen entre las mujeres y los servicios que no permiten que las mujeres puedan ejercer sus derechos. Eso lo documentan muy minuciosa y metódicamente la Mesa por la vida y la salud de las mujeres y el movimiento Causa Justa y ahí es donde se presenta esta movilización que además viene apoyada y con los aires del sur, de la marea verde, una construcción colectiva colombiana y de la región, y nos movemos hacia cambiar los términos de la conversación social, demostrando que tener despenalización parcial no es suficiente”, explica.

En febrero de 2022, y por una demanda de Causa Justa, la Corte Constitucional vuelve discutir el tema y despenaliza el aborto hasta la semana 24 de gestación.

“La sentencia lo que hace es mostrar que las barreras caían desproporcionadamente sobre un tipo específico de personas: las personas racializadas, empobrecidas, marginalizadas y rurales. Y esas barreras constituían una inequidad en el derecho a la salud y en el ejercicio de otros muchos derechos que están interconectados”.

La directora ejecutiva de Oriéntame mira hacia atrás y reconoce que el cambio ha sido “radical”. “El sistema de salud asumió la prestación de los servicios. Las mujeres tienen acceso, tienen opciones para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo, ya no es únicamente clínicas como Oriéntame las que prestan el servicio. Es un cambio en el panorama y en el acceso a la prestación de los servicios”.

Y ese cambio es precisamente el legado que han construido en estos 46 años de vida. “Oriéntame es una institución que desde siempre ha reconocido la ciudadanía de las mujeres y esa capacidad de decisión y eso en un país como Colombia es muy transgresor, muestra una posibilidad de ser que no es tan frecuente en nuestro país. Ese es un legado gigantesco, el desde el primer día haber reconocido a las mujeres como ciudadanas plenas y mira todo el camino que hemos recorrido y en un país como Colombia donde la paz es tan esquiva, eso es una contribución directa a la paz y a la construcción de sociedad”.

“El reto de América Latina es usar las causales”

María Vivas afirma que una de las “cosas grandes y poderosas” que ocurrieron en Colombia tras la despenalización parcial de 2006 es que empezaron a usar correctamente las causales. “Nosotras conceptualizamos las causales, las entendimos, le dimos integralidad y las pusimos al servicio de las mujeres”.

Y ese, agrega, debe ser el camino que deben seguir otros países donde también se permite el aborto bajo este modelo. “En otros países de América Latina hay causales y no se usan. En Colombia se capacitó al personal, se hizo clarificación de valores mostrando que esto es un derecho a la interrupción voluntaria el embarazo, que además garantiza el derecho a la salud, a la autonomía, a la autodeterminación y a la libertad de conciencia”.

“El usar las causales, el traducir la ley a servicios, el volver los derechos una realidad a través de los servicios de salud eso ha sido Oriéntame en este país”.

“Atendemos a usuarias y a personas que necesitan los servicios que están tomando decisiones a conciencia, nuestro ejercicio va acorde con nuestra libertad de conciencia”, agrega.

Y cree que ese es el principal reto que tienen las organizaciones de mujeres en la región, aunque precisa que hace falta también “voluntad política” por parte de los Estados para poner los servicios en marcha.

“Creo que a nivel regional una cosa maravillosa es el movimiento de la marea verde, porque precisamente eso va disminuyendo y va minando esa estigmatización y además es un movimiento que nos pertenece a todas, es fundamental para que sea marea que nos lo apropiamos cada una de nosotras”, menciona.

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Y señala que pese a retrocesos que se registran en Centroamérica o Estados Unidos tiene esperanza en que cada vez más países despenalizarán la práctica. “Hay una tendencia a la liberalización a nivel mundial y el último triunfo que tuvimos en la región, que fue el de México desde la Corte Suprema, nos muestra que seguimos en la dirección correcta. De América Latina me parece muy esperanzador que tenemos un movimiento muy muy sólido que busca liberalizar y además que está vigilante de los lugares y de los triunfos que ya hemos conquistado”.

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