Las mujeres nicaragüenses mayores de edad pueden solicitar una esterilización quirúrgica en cualquier hospital público del país, y el personal médico está obligado a garantizar dicho derecho, indica la ginecóloga y especialista en salud sexual y reproductiva, Scarleth Solís.

Siempre y cuando la mujer esté segura de no querer más hijos o hijas, esta puede realizar la solicitud si cumple alguno de los tres requisitos establecidos por la Normativa de Planificación Familiar del Ministerio de Salud (MINSA): si tiene más de tres hijos, si es mayor de 30 años, o si hace la solicitud explicando sus razones.

Esta última condición incluye a las mujeres menores de 30 años, que no tienen hijos o tienen menos de dos, o que tienen alguna condición médica que haga que sus embarazos sean de alto riesgo.

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“De acuerdo a los derechos sexuales y reproductivos, de los cuales Nicaragua es signataria, no hay ninguna justificación para negar la esterilización a una mujer debido a su edad, la cantidad de hijos vivos, o su estado civil. Los proveedores de salud no deben imponer reglas rígidas en cuanto a la edad, la cantidad de hijos, edad del último hijo, o estado civil. Debe permitirse a toda mujer que decida por sí misma si quiere o no tener más hijos y si quiere o no la esterilización. Todo ello basados en información científicamente sustentada y en la libre elección”, señala la Normativa.

La doctora Solís explica que las esterilizaciones en los hospitales públicos se realizan de forma permanente, pero se hacen jornadas mensuales, lo que permite que una mayor cantidad de mujeres puedan acceder a la cirugía de una manera más rápida, hasta 50 mujeres por días en un solo hospital. Actualmente hay jornadas de esterilización para el mes de febrero.

Doctora explica pasos para acceder a  la cirugía

Las mujeres que quieran realizarse la cirugía pueden solicitarla en su hospital más cercano en el departamento de trabajo social, el cual es el encargado de recibir las solicitudes. Solo se necesita la cédula de identidad y una carta expresando la solicitud, en el caso que el personal médico lo requiera. Después a la paciente se le pide realizar exámenes de laboratorio, si los exámenes están dentro de los parámetros normales, le ponen fecha de cirugía.

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El procedimiento mayormente utilizado por el MINSA es en la minilaparotomía (Minilap), el cual consiste en realizar una incisión en el vientre de la paciente y posteriormente ligar las trompas uterinas, ya sea con anestesia local o general. Como es una cirugía menor, la paciente es dada de alta cuatro horas después de la cirugía, con reposo de una semana y recuperación de un mes.

Solís explica que la esterilización femenina es un procedimiento quirúrgico seguro, de bajo riesgo, que no produce efectos secundarios en las mujeres. “No causa ningún problema de salud. La cirugía se hace a nivel de las trompas uterinas, que no tiene mayor función que obstruir la pasada del óvulo hacia el útero para que no se produzca la fecundación. Al trabajar en estas áreas no afecta la salud, ni las hormonas, ni la sexualidad, ni las relaciones sexuales. Las mujeres se pueden operar a cualquier edad”, señala.

Al ser un método anticonceptivo permanente, Solís recomienda que las mujeres que quieran hacerlo no se planteen la reconexión tubárica, ya que es un procedimiento costoso y con bajas probabilidades de éxito. Así que las pacientes deben tomar en cuenta que es un método irreversible.

La ginecóloga también ofrece la cirugía en su clínica privada con costos más accesibles a lo que cuesta normalmente. Actualmente cobra $500 por el procedimiento, mientras que en otras clínicas los costos van desde los $800 hasta los $1,200. También ofrece asesoría sobre el procedimiento y sobre otros métodos anticonceptivos.

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