La educación sexual integral previene el abuso sexual en niñas, niños y adolescentes, a pesar de esto, la que se enseña en Nicaragua es basada en mitos, desinformación y temor tanto en las familias, como en las escuelas, indica “Nohelia”, psicóloga y especialista en abuso sexual, quien solicitó el anonimato debido a la persecusión de la dictadura Ortega-Murillo.

Lee: Mujeres trans en “grave situación de vulnerabilidad y desprotección del Estado”

“Un niño o una niña informada sobre la normalidad de su sexualidad y su cuerpo va a tener mayor seguridad para prevenir el abuso sexual. Pero la educación que nos dan en tanto esté basado en los mitos, el miedo y la vergüenza, nos lleva a callar el abuso sexual. Esto es un factor que pone en riesgo a los menores”, señala Nohelia, quien también forma parte del Movimiento Contra El Abuso Sexual y ha trabajado en su prevención durante décadas.

Solo durante el año 2021 se realizaron 3,237 peritajes médicos legales por violencia sexual a niñas y adolescentes; 1,490 peritajes a niñas entre los 0 y 12 años, y 1,747 peritajes a adolescentes entre los 13 y 17 años, según los boletines mensuales del Instituto de Medicina Legal (IML).

Debido a estos alarmantes números es necesario la educación sexual para la prevención del abuso tanto desde el Estado como de los diferentes sectores sociales, sin embargo, en los talleres que Nohelia ha realizado en todo el país, afirma que el desconocimiento sobre la sexualidad es generalizado, lo que es una situación preocupante, destaca.

Llamar las cosas por su nombre

A los menores no les enseñan educación sexual desde que comienzan la niñez, sino que generalmente si se les educa es entre los 8 y 12 años, y se trata de información parcializada. Según Nohelia, lo primero que los padres y las madres les enseñan a sus hijos e hijas es a tener vergüenza de su cuerpo y a no nombrar los genitales, por lo que los menores asumen que hablar del tema es “prohibido».

“Desde los hogares se comienza a restringir las partes del cuerpo que están vinculadas a la sexualidad, los genitales o el pecho. A los niños y las niñas les dicen que sus genitales son la cuquita, el panchito, la pollita, pero no se le dice el nombre que realmente es. Poner esos nombres tan llevados a la burla y a la denigración de la sexualidad, las niñas y los niñas asumen de forma no explícita que esa parte de su cuerpo que implica la genitalidad es prohibida, vulgar y cochina”, señala la psicóloga.

“Ana”, una psicóloga que promueve la prevención del abuso, expresa que enseñarles a los niños y las niñas a no nombrar sus genitales puede hacer que sean víctimas de abuso o que las personas adultas no identifiquen que están en un abuso.

“Una niña le dijo a su profesor «mi tío lamió mi galleta», el profesor le respondió «la próxima vez pide otra galleta». Los meses pasaron y la mamá de la niña fue a hablar con el profesor sobre una erupción en la «galleta» de la niña, y ahí entendió lo que la niña le intentaba decir aquel día”, compartió su experiencia en redes sociales, que luego se viralizó rápidamente.

Esto sucede porque tanto las mamás como los papás se avergüenzan con sus hijos de hablar explícitamente sobre el tema, sin embargo, a los niños y las niñas no les va a dar vergüenza su sexualidad y su cuerpo, a menos que se las enseñen, indica Nohelia.

Una educación sexual empobrecida

En el caso que las familias les enseñen sobre prevención del abuso sexual a sus hijos e hijas es muy limitado, y solo se centra en decirles nadie puede tocar “sus partes privadas”. Pero no es suficiente, según Nohelia, ya que los abusadores no empiezan el abuso tocando los genitales, sino que pueden empezar con caricias en el cabello, los hombros, las piernas o con palabras que pueden tener o no connotación sexual.

También: América Latina, la única región donde los embarazos infantiles siguen aumentando

“Los abusadores pueden comenzar acariciando el pelo, decirle a la niña “sos las más linda” u otras expresiones, pueden ser miradas lascivas. Todas las connotaciones sexuales desde la intencionalidad del abusador, a la niña le da un mensaje, pero no tienen las herramientas para identificar el abuso, porque con palabras se está refiriendo a su cuerpo, está tocando su cuerpo con palabras. La niña se asusta, tiene mucho, está confundida, pero no tiene cómo decir que pasa algo porque el abusador no la ha tocado”, manifiesta la psicóloga.

También las familias suelen decirle a sus hijos e hijas que no confíen en desconocidos, sin embargo, el abuso sexual se da principalmente en el hogar o por parte de personas cercanas a la familia, así que los menores siguen desprotegidos ante el abuso.

“Los padres dicen “le enseñé que no puede saludar a desconocidos”, primero el abuso se da generalmente en personas de confianza, segundo, una persona se puede presentar ante el menor y decir que ahora no es un desconocido “hola, soy fulanito de tal y ahora soy tu amigo”. Tenemos que enseñarle al niño que si le asusta alguna persona, no quiere estar con ella o le genera desconfianza puede buscar ayuda, puede decir no me toque”, indica.

Sin educación sexual en escuelas

En las escuelas la enseñanza sobre educación sexual no mejora. Pues solo se da información limitada a las partes del cuerpo, enfermedades de transmisión sexual y anticonceptivos en la clase de Ciencias Naturales, y el personal docente aborda las clases de la manera más rápida posible.

Esto es porque las y los docentes no tienen las herramientas para abordar el tema y transmiten a los alumnos sus propios mitos, pese a que es responsabilidad del Estado capacitarlos.

“Hace algunos años una profesora le dijo a unos niños de 11 y 12 años que la relación sexual tenía el propósito de la procreación, que la relación sexual solamente lo podían tener los matrimonios porque sino se iban al infierno, y que era pecado las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo”, relata Nohelia.

El único momento en que en las escuelas públicas se enseñó sobre la prevención del abuso fue en 2016, cuando la vicepresidenta Rosario Murillo anunció que se iban a a hacer encuentros en los colegios para la prevención del VIH y del abuso sexual. Sin embargo, los encuentros se descontinuaron y se desconoce si el personal docente fue capacitado para la temática.

Nohelia señala a los menores hay que enseñarles sobre su sexualidad y sobre la prevención del abuso desde temprana edad, lo que es efectivo para evitar la violencia sexual.

Perfil del autor
La Lupa Nicaragua