La Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), lanzó una campaña emergente para defender la lucha de la igualdad laboral de las mujeres que se dedican al trabajo de cuidado, durante la pandemia del COVID-19.

La CIM a través de las redes sociales demandó no sólo el cumplimiento de la igualdad de derechos para las trabajadoras del hogar, sino también para aquellas mujeres que cuidan y sustentan sus propios hogares desde siempre, olvidando sus propias demandas personales y que han sido aún más agravadas por la llegada del coronavirus.

Mediante su informe completo “COVID-19 en la vida de las mujeres: Emergencia global de los cuidados”, la comisión detalla la urgencia de brindar la responsabilidad debida a las tareas de cuidado de las mujeres, durante la pandemia. Asimismo señalan la carga de trabajo para aquellas que no sólo deben cumplir con sus empleos desde casa, sino sobrecargarse con los cuidados del hogar.

¿Por qué siempre las mujeres?

Alejandra Mora, secretaria ejecutiva de la CIM, señaló que “es tiempo de promover la importancia de la corresponsabilidad social del cuidado”, puesto que el trabajo de cuidado no se distribuye equitativamente entre hombres y mujeres, “sino que recae principalmente en las mujeres, además de no estar valorada ni social, ni económicamente”.

El documento añade las desigualdades sociales y de género, que únicamente sitúan a la mujer en el rol del cuidado de la familia y el hogar, pero nunca la primera opción para esta tarea es el hombre.

“Las mujeres sostienen el mundo a través del trabajo de cuidado no remunerado. Desde la CIM/OEA, hacemos un llamado a visibilizarlo y transformarlo hacia la corresponsabilidad”, agrega la campaña publicada en redes sociales.

La CIM añade que la emergencia gira en torno a la pérdida probable, de los logros alcanzados, así como un retroceso inadmisible de los derechos obtenidos tras años de lucha por la igualdad de género que pueden producirse ante esta emergencia derivada del COVID-19.

El documento añade que pese a las medidas de confinamiento que “buscan proteger la salud pública y evitar el colapso de los servicios de salud, su aplicación no es neutra desde el punto de vista de género”.

El quedate en casa según la organización resulta ser el causante del incremento de la carga de trabajo relacionado al cuidado y la atención de las personas, un trabajo que continúan “recayendo en los hombros de las mujeres”.

Posibles retrocesos múltiples para las mujeres

La CIM indica que en caso de no mediar intervenciones de política pública, “las desigualdades se profundizarán, debido a la organización social de los cuidados”, mostrando grandes riesgos que conllevarán a la pérdida de igualdades de derechos de las mujeres.

Entre estas pérdidas la CIM señala un claro retroceso en la participación laboral de las mujeres, ya sea en cantidad como en calidad y pérdida de talento humano, claramente para la comisión esto llevaría al mismo decaimiento a  las empresas, cadenas productivas y para la economía de los países.

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Otro de los factores sería el aumento de la desigualdad y la pobreza de las mujeres, así como los puestos directivos de éstas y de quienes están bajo su cargo.

Como último, pero no menos importante, la CIM destaca los retrocesos en la calidad de los cuidados que reciben las personas cuidado-dependientes, como niñas, niños, adolescentes, adultos mayores y personas discapacitadas.

Remuneración de los trabajos de cuidado

La comisión identifica como trabajo todas aquellas actividades que desde un principio podrían ser pagadas para que otra persona las pueda efectuar, lo que indica que los cuidados constituyen trabajo.

“Una parte de los cuidados se realiza de manera remunerada y otra parte, la mayoría, de manera no remunerada, y la diferencia cruza por brechas de desigualdad socioeconómica que siguen definiendo las sociedades americanas, que se han profundizado en las últimas décadas en el continente americano más que en otras regiones, y que sin duda aumentarán en el período post pandemia”, cita el informe.

La CIM se refiere a las ya conocidas cadenas globales de cuidados, que representa el eslabón de las mujeres migrantes.

Cadenas conformadas por mujeres de países en desarrollo o ricos, que consiguen salir al mercado laboral y por lo tanto, trasladan sus responsabilidades de cuidado a mujeres de países empobrecidos, migrantes principalmente, las cuales delegan el cuidado de sus familias en otras mujeres de sus propios países.

Siendo una cadena de trabajo de cuidados que recae nuevamente sobre las mujeres, las que salen a trabajar y las que se quedan cuidando.

Carga y agotamiento aumentaron con el confinamiento

El documento puntúa también resultados de encuestas que detallan cómo la carga de tareas de trabajo de cuidado para las mujeres aumentó durante los primeros meses de confinamiento, así como el agotamiento físico.

Destaca también que en general, “las mujeres con responsabilidades familiares pueden demorarse en poder pedir ayuda, tanto para sí mismas como para sus familiares, precisamente por las demandas de cuidado que deben atender”, dejando a un lado su cuidado personal.

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