En apenas cuatro días, desde su creación, la cuenta #MeTooNicaragua en Twitter ha recibido alrededor de 100 denuncias en contra de galardonados periodistas, docentes universitarios, lideres estudiantiles y ciudadanos comunes que son señalados de cometer delitos de acoso, abuso sexual y violencia de género.
La naturaleza del delito en torno a los personajes denunciados sumado al anonimato de la denuncia ha generado una revolución en las redes sociales descalificándolas e incluso señalando que se tratan de cuentas falsas creadas por seguidores del régimen Ortega-Murillo para emprender campañas de desprestigio.
«Decidí crear la cuenta para las mujeres que quisieran denunciar, pero que no quisieran someterse al escrutinio publico de las redes … creo que los testimonios de las mujeres ya se han puesto en duda muchísimas veces entonces, de forma anónima, ellas tienen la seguridad de que no van a exponerse», dice la fundadora de la cuenta quien prefiere no identificarse para evitar el asedio en redes.
La joven aduce que el contexto actual en que se encuentra Nicaragua, las mujeres no cuentan con un sistema judicial que termine con la impunidad, por ello el único recurso con el que cuentan es la denuncia social y ese es el objetivo de #MeTooNicaragua que además brinda seguimiento psicológico a las denunciantes mediante el apoyo del grupo Sanar para Luchar.
El riesgo del anonimato
La psicóloga Lorna Norori, quien dirige el Movimiento contra el abuso sexual, explica que aunque la cuenta #MeTooNicaragua en Twitter sea una «buena alternativa» ante el contexto actual se corre el riesgo de desvirtuar el sentido de la denuncia social debido al anonimato de cada hecho.
«Aquí realmente lo que están haciendo es disminuyendo, con ese argumento, la posibilidad y oportunidad de que las personas, las familias que viven abuso sexual o violencia sexual vean en las redes sociales su oportunidad para denunciar, es decir que este argumento que ellas tienen, lo que están haciendo es crear impunidad. Las que vivan situaciones de violencia van a recurrir mucho menos a la denuncia», explica Norori quien coincide en que la única alternativa para las mujeres es «la denuncia social» ante un sistema judicial viciado.
Brindar nombres y apellidos
La abogada feminista Ana Eveling Orozco, explica que las mujeres cuando están dispuestas a denunciar un abuso sexual o violencia no tienen temor de brindar los datos del agresor, pero también sus datos personales, por lo que ella considera que las denuncias realizadas en la cuenta #MeTooNicaragua contra reconocidos personajes podrían considerarse una campaña de desprestigio.
«Las mujeres cuando están decididas a denunciar, no son denuncias anónimas, cuando están decididas a denunciar realmente se pronuncian diciendo quién es el agresor y están dispuestas a dar sus datos personales. Escudarse en el anonimato no lleva a la aplicación de justicia ademas de la denuncia social hay que hacer la denuncia judicial», considera.
Orozco, hizo alusión al caso de Cinthya Zeledón Rocha, de 23 años, quien desde su perfil personal denunció con nombre y apellido a su agresor, dato que considera le otorga legitimidad al hecho.
Creer en la víctima
La feminista Magaly Quintana, supone comprensible el anonimato frente a un contexto de asedio y represión de la dictadura Ortega-Murillo y cuando en las redes sociales existe un comportamiento de «todos contra todos», sin embargo admite que es un riesgo que conlleva a que «la denuncia se preste a malos entendidos».
«Nosotros partimos del sí, yo te creo. El problema es que hay una circunstancia particular. Que a nosotros alguien nos diga este fulanito de la Alianza ha sido un abusador, ni nos extraña y no es nada del otro mundo, es como te dije partimos de esta cultura espantosa que cualquier hombre puede ser un abusador. El problema que tenemos es cuánto serio es este movimiento, si es genuino o es un movimiento manipulado porque sería muy importante el crecimiento de un movimiento #MeToo aquí en Nicaragua», aseguró la activista de Católicas por el derecho a decidir.
No hay cuentas falsas
Mientras, la credora de la cuenta MeTooNicaragua, se defienden asegurando que no son una cuenta falsa, que quienes denuncian lo hacen con perfiles reales y que en su momento podrán identificarse con nombres y apellidos. Por ahora su intención es acuerpar a las mujeres que han sido víctimas de abuso sexual o violación y no han tenido justicia.
«Es una acción que aunque no tenemos justicia legal, por el contexto, podemos hacer una advertencia a las otras mujeres sobre determinados hombres que han sido abusadores y violento con otras mujeres. Es una advertencia que logramos hacerle a otras», afirma.
Maryorit Guevara
Periodista Feminista
Fundadora y directora de www.lalupa.press
Fundadora y presidenta del Movimiento de Mujeres Migrantes (España)
Fundadora y activista en @elblogdetumadre
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