La diversidad LGBTIQ+ resiste en la clandestinidad en Nicaragua

En una casa segura —en algún lugar de Nicaragua—, se reúnen entre ocho y doce personas. No es un encuentro social común, sino una “clínica jurídica” donde activistas LGBTIQ+ documentan casos de discriminación, violencia y persecución.
El lugar exacto donde se reunirán se revela sólo cuando los participantes están en camino, y en ocasiones las actividades se suspenden hasta tres veces por “razones de seguridad”, revela en anonimato un activista y defensor de derechos humanos LGBTIQ+ que habló con La Lupa.
Esta es la nueva realidad para las personas LGBTIQ+ en Nicaragua, un colectivo históricamente marginado que actualmente enfrenta una doble persecución. A la discriminación estructural de siempre —basada en prejuicios, exclusión, violencia e impunidad— se suma la represión política del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que criminaliza cualquier forma de organización.
“Nosotros hacemos lo que llamamos clínica jurídica coordinado con el liderazgo local, escogemos una casa segura, no es local (…) y se le da un tallercito para que la gente sepa que su vivencia negativa es un delito, porque también ante esta situación normalizamos muchas cosas, no las denunciamos, no las vemos como delito”, expresó el activista nicaragüense.
Frente a la represión y persecución del régimen contra cualquier voz disidente y forma de organización —subrayó—, los líderes y activistas LGBTIQ+ viven en la clandestinidad en Nicaragua. Se han visto obligadas a abandonar sus comunidades de origen debido a la persecución política que se suma a la discriminación histórica.
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Los líderes comunitarios reconocidos son particularmente vulnerables. “Llegan y le dicen para las campañas electorales o para diferentes campañas de movilización que les obligan a participar, porque como son caras visibles, ellos piensan que así van atraer a esta población a sus actividades de movilización”, explicó el activista.
En caso de no participar reciben amenazas tanto directas como indirectas.
“Acordate que tenés familia, acordate que tu mamá trabaja para no sé quién”, son algunos de los métodos de intimidación utilizados por las estructuras represivas del partido gobernante.
Según el activista nicaragüense, eso ha provocado un desplazamiento interno de los líderes de la comunidad LGBTIQ+.
“Hay mayor acoso, hay algunos liderazgos que son más visibles, que fueron más beligerantes en las protestas. Entonces, estos están permanentemente vigilados y mejor sacamos a la gente a otros municipios. Mantener todo este sistema de seguridad tiene un alto costo y en los lugares donde hacemos las reuniones se arriesgan”, enfatizó.
A pesar del actual contexto, las organizaciones LGBTIQ+ mantienen su trabajo a través de redes clandestinas. Han realizado 31 clínicas jurídicas en diferentes regiones del país, documentando más de 500 casos desde 2018, incluyendo 16 asesinatos durante 2018 y 2019.
El activista explicó que miembros de la comunidad LGBTIQ+ nicaragüense experimentaron un éxodo masivo motivado principalmente por la persecución política que se incrementó tras la crisis de 2018.
La mayoría de las personas LGBTIQ+ que migran provienen de zonas rurales del interior del país, donde no tienen “apoyo en la familia, encuentran rechazo en la comunidad y tienen dificultades de acceso a diferentes servicios”. Sin embargo, el endurecimiento de las políticas migratorias, especialmente en Estados Unidos, ha generado un fenómeno inesperado: el retorno forzado.
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En una fiesta celebrada el 28 de junio en un bar, el activista observó la presencia de al menos una docena de personas que habían emigrado a Estados Unidos, pero decidieron “autodeportarse para no perder lo poco que habían conseguido” en el país de acogida.
“Eso habla de una realidad mucho más compleja, porque esa gente no tiene ninguna posibilidad. Por ejemplo, ¿Qué posibilidad tienen de estudiar si ahora para entrar a la universidad te piden una carta dirigida a los copresidentes del país, a la pareja dictatorial?”, cuestiona el activista LGBTIQ+.
La situación de desplazamiento que enfrentan fue expuesta en el IV encuentro de la Red Regional por la Movilidad Humana LGBTIQ+ LAC realizado en Costa Rica del 9 al 12 de julio, un evento que sirvió para reflexionar y coordinar acciones frente a las múltiples vulnerabilidades que enfrentan las personas sexo diversas que deciden emigrar.