La teleserie educativa, Loma Verde, tendrá una nueva temporada, en la que se representará la vida de las mujeres migrantes en España y todas las dificultades a las que se enfrentan al dejar a su familia y al aventurarse en un país desconocido, reveló la actriz y protagonista de la serie, Elizabeth Tórrez.

Tórrez, quien también se encuentra en el exilio desde hace tres años, expresa que los obstáculos que tienen las mujeres cuando migran, no sólo es por los trabajos precarios y arduos a los que logran acceder, sino también por todos los juzgamientos que tienen sus familias.

“Una intenta no subir fotos, ni contar nada de lo que vivimos aquí, porque sino las cosas se malinterpretan allá. Dicen que una anda de vaga y que no vinimos a trabajar”, expresa Tórrez. Por eso, contarán la historia de las migrantes para concientizar sobre la situación real de su día a día.

Loma Verde se ha presentado en diversos pueblos de Bilbao, País Vasco, en el marco del Festival Internacional de Cine Invisible, y ha tenido un buen recibimiento por parte de la audiencia.

Una serie exitosa

Loma Verde se está presentando en la gran pantalla de Bilbao. ¿A qué se debe esto?

Loma Verde tiene cuatro temporadas que son 48 capítulos, y uno de esos capítulos se presentó en pantalla grande en el Festival de Cine Invisible. Estuvimos la semana pasada en el Teatro Invisible en Bilbao.

Se presentó el capítulo que cuenta la historia de unos donantes que llegan a un pueblo a financiar letrinas. Dentro de todos los capítulos de la temporada está esto, pero se editó para que se presentara como un solo capítulo llamado “Bienvenido Mr. Juanjo”, que es la historia de un donante que llega a hacer letrinas orgánicas para la mejora de la comunidad. Luego el proyecto es un caos total, no se logran todos los objetivos. Todos los donantes tienen objetivos y marco lógico, y como no se logró, él tiene que presentar que esto fue un logro dentro de la comunidad.

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¿Cómo fue el recibimiento de estos capítulos en Bilbao?

En el cine asistieron muchas personas de Bilbao, mujeres organizadas y un público general que llegó al festival. También toda la semana hemos presentado en distintos pueblos de Bilbao que ha sido mejor y nos ha ido muy bien. Para mí fue más acogedor cuando hemos ido a otras comunidades y otros pueblos de aquí. Toda la semana nos hemos presentado en distintos lugares.

La gente comprende muy bien la situación. También dentro de estos capítulos sale una mujer empoderada, que es Merche, quien ha salido en otros capítulos. Merche es una mujer sobreviviente de violencia, es portadora del VIH y luego participa en talleres sobre la autoestima y el autocuidado. Entonces, en ese capítulo sale el tema del autocuidado, cuando las mujeres nos empoderamos un poco más. El público tuvo una buena aceptación sobre esta temática.

Foto cortesía

¿Por qué decidieron comenzar a proyectar los capítulos en estos pueblos de Bilbao?

Para nosotros estar en el Festival de Cine Invisible era importante porque tiene que ver mucho con los derechos humanos, tiene que ver con trata de personas, con género. Loma Verde aplicaba para este festival.

Muchas asociaciones y organizaciones de mujeres de acá de Bilbao fueron las que pidieron que nos presentáramos en sus organizaciones y en sus comunidades. No es un proyecto. Lo que sí se logró es la continuidad, ya en este capítulo de Loma Verde, Merche le hace referencia a Juanjo que si un día ella pudiera ir a España, lo haría, aunque deje a sus hijos solos. Entonces se hace la referencia de viajar hacia España y lo que se está queriendo trabajar es darle continuidad a las mujeres que viajan a este país por alguna situación o salir adelante. Sí, vamos a empezar un nuevo trabajo.

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¿Habrá una nueva temporada?

Sí, habrá una nueva temporada con varios capítulos. Ahora voy a quedarme en Bilbao porque vamos a escribir el guión.

¿Cuándo comenzarán  a producirlo?

No te podría decir, porque cuando yo comencé a grabar Loma Verde fue en el 2007 y cuando salió al aire en los canales fue en el 2010. Fue un trabajo de mucho tiempo. Yo no pensaba que iba a ser tan grande y que luego íbamos a grabar en España. Tenemos planeado reunirnos para empezar a crear historias. Voy a conocer cómo es el trabajo de aquí para empaparme más y poderlo representar bien.

Usted mencionó que una de las temáticas de la nueva temporada son las mujeres que migran ¿Será sobre mujeres que migran por motivos de violencia de género o se hará alusión al contexto sociopolítico de Nicaragua?

No, no se va hacer alusión al contexto que está pasando Nicaragua. Tenemos historias de mujeres que ya tienen 12 años de estar aquí, algunas 5 años, otros 2 años con el contexto, pero más que nada vamos a reflejar la vida como migrante, sin tocar el contexto, porque puede que no acepten la serie allá (en Nicaragua) y lo que queremos es que llegue.

Nos reunimos como un grupo de mujeres y muchas aquí ganan 700 euros, pagan su habitación y el resto del dinero lo mandan a su familia, quienes cuidan a sus hijos allá en Nicaragua siempre están pensando que una al estar aquí como migrante tiene una vida increíble. Sí la tenés, tenés mejores recursos, mejor salud, mejor alimentación, pero también tenés una ausencia de tu familia, de tu patria y de muchas cosas.

Entonces las mujeres se reprimen, se reprimen de no salir por ejemplo. Ya tengo un mes de estar aquí en Bilbao y me he reunido con mujeres que el único día donde se juntan con otras amigas es una vez al mes. Están internas, significa que estás en una casa limpiando como trabajadora del hogar y no salís, solo salís una vez al mes, pero aquí se sale semanal. Salís el sábado a las 5 de la tarde y entras el domingo a las 9 de la noche, luego estás interna.

Te ganas 800 euros, de esos 800 euros pagas una habitación donde solo llegás a dormir un día, el sábado, y pagas 200 euros por la habitación, más la comida. Te terminas quedando con unos 400 o 300 euros. Esto lo mandas a tu país porque todavía debes el boleto con el que viajaste, porque tienes que mandar dinero a tus hijos, a tu mamá, a tus hermanas, que de alguna u otra manera le quieres ayudar a todo el mundo, pero no te ayudas a ti misma, una misma no se ayuda.

Muchas mujeres van a la tienda más barata que hay, creen que no merecen tener nada o comprarse algo para ellas. Esa es una de las historias que tenemos, que escuchamos, que sabemos cómo es.

Otra cosa que hemos hablado con otras mujeres, es que cuando están aquí por casualidad de la vida, te enamoras de alguien y lo haces escondido, porque no quieres que tu familia allá diga “oh, fuiste a buscar un hombre, te fuiste allá para eso”. Todas temen eso. Su vida privada no la cuentan en redes sociales, ni a la familia, ni a nadie. No quieren que le digan a sus hijos “mirá a tu mamá, mientras vos estás aquí comiendo arroz y frijoles, ella está allá gastando y dándole a un hombre, anda de vaga”. Cuando en realidad aquí no se puede ni salir, aquí la única manera de estar y sobrevivir es trabajar, de trabajar vas a tu casa y de tu casa vas a trabajar. No tenés una vida social, es muy difícil.

Hay otras historias que vamos a poner dentro de este proyecto que tiene Don Félix, que es fundador de Fundación Luciérnaga. El resto de la logística lo sabe él.

¿Cuáles son las expectativas que tienen con esta nueva temporada?

Tenemos buenas expectativas. Creemos que va a haber buenos resultados. Con el contexto de Nicaragua han salido más mujeres por alguna razón. Ahora que estoy acá sé que es más duro. Tenés un luto total de tu familia. Se me murió mi papá estando aquí, solo pude verlo por pantalla. Al día siguiente tuve que trabajar. No le pude decir a mi jefa “mire, mi papá se murió” porque no es igual. Es duro.

¿Esta nueva temporada está pensada para el público español o para un público nicaragüense? ¿A quién está dirigido?

Yo pienso que el tema de la migración es muy amplio. Creo que va dirigido a españoles, centroamericanos, a Nicaragua. Todos y todas migramos, los cubanos, hasta los mismos españoles emigran a Francia. Es un tema muy amplio, depende de cómo uno lleve el drama.

Ayer conocimos a una muchacha marroquí. Ella tiene una historia muy distinta a la de nosotras, porque ella viene en otra situaciones, pero no deja de ser migrante y de buscar mejores oportunidades de empleo. Lo logramos, eso se logra aquí, se logra un empleo distinto al de allá, pero se carece de muchas cosas. Se carece de familia, de amor, de patria, de todo.

¿Cómo le ha ido a usted desde que migró?

Llevo tres años aquí. Ha sido duro. Aquí tu familia son tus amigos, a tus amigos no los ves siempre. Tengo muchos amigos africanos, colombianos y venezolanos. Conocer y compartir momentos con ellos es agradable, pero hay momentos de mucha soledad. Tu única alegría es una habitación. Te la pasas todo el tiempo con el móvil hablando con las amistades y tu familia de Nicaragua. A veces ni me contestan. Pienso “ya les aburro, están rendidos”. Pero sí es muy duro. Tenía un trabajo distinto al que tengo aquí. Aquí trabajaba en una empresa empacando uvas desde las 9 de la noche hasta las 7 de la mañana del día siguiente.

Cuando estaba interna solo salía los sábados a las 11 de la mañana y entraba el domingo a las 8 de la noche. El lugar más acogedor que se vuelve para las mujeres migrantes que estamos trabajando aquí es en el almuerzo y ahí únicamente hablamos del trabajo que realizamos.

He conocido muchas mujeres que únicamente mandamos dinero a nuestras familias porque queremos que ellos se sientan bien, aunque nosotras solo nos quedemos con 10 euros. Pero tenemos derecho a divertirnos, a comprarnos cosas, aunque sea tener un colchón y dejarnos algo para nosotras.

¿Ha logrado encontrar espacios donde pueda seguir actuando?

En Bilbao sí, por eso me vine aquí. Casualmente el lunes voy a comenzar a actuar. Voy a estudiar un poco de improvisación de teatro. Mi trabajo allá en Nicaragua era de activista, trabajaba en los derechos sexuales y reproductivos, trabajaba en centros de mujeres. Ahora el trabajo aquí es ban, ban, ban. Te levantas a las 5 de la mañana, hacés tus cosas, te vas a trabajar, venís. Es muy cerrado. Tenés temor todos los días de salir a la calle, no conocés a nadie, nada es igual absolutamente.

¿Qué otros proyectos tiene?

Estoy tratando de organizarme con otras mujeres aquí en Bilbao, que se llaman Feministas por Nicaragua. El año pasado hice un monólogo sobre migrantes. Vamos a mejorarlo para llevarlo a algunas ciudades y pueblos de Bilbao. También voy hacer el bachillerato para poder homologar los estudios que tenía allá, que es licenciatura en sociología.

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