No vale la pena dedicar mucho tiempo para hablar de las exhibiciones de poder que durante 12 años ha realizado el régimen Ortega-Murillo, utilizando para ello los recursos del Estado.
Baste decir, que los símbolos de esa y otras actividades públicas están plagadas de manipulación, de chantajes y de un culto a la personalidad que raya en la locura que provoca el ejercicio de poder sin límites.
Este es un espacio del Programa Feminista La Corriente.
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Foto tomada de Internet.
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