El dolor le llegó a través de las imágenes y es por ellas mismas que decidió ayudar al pueblo de Nicaragua a denunciar la crisis sociopolítica que enfrenta el país desde abril 2018. Daniel Rodríguez Moya es un español, casado con una nicaragüense, que se ha tomado más de un año de su vida para producir el documental “Patria Libre para Vivir”, que se estrenará en París, Francia, el próximo 3 de febrero, gracias a la colaboración de nicas y franceses organizados en la plataforma S.O.S Nicaragua-Francia.
El documental, que promete revelar la evolución de las insurrecciones en Nicaragua, en dos horas detalla la represión que ha vivido el pueblo nica en casi dos años de lucha cívica y pacífica. En esta entrevista te contamos los riesgos, costos y todas las dificultades que pasó Rodríguez para que el producto llegara hasta las pantallas.
¿Cómo nace la idea del documental sobre la crisis de Nicaragua?
Yo estoy bastante vinculado con Nicaragua desde hace 15 años y parte de mi trabajo académico la hice sobre la Revolución Sandinista y los aspectos socioculturales, especialmente, la Cruzada de Alfabetización y la poesía de Ernesto Cardenal. Mi vinculación con Nicaragua viene de largo y todo este tiempo yo he estado muy al día de la actualidad nicaragüense. El 18 de abril me llegan las primeras imágenes e intuyo que estamos frente a algo más importarte, más fuerte. No me da la sensación que fueran unas protesta más contra el Gobierno. En seguida recordé a Claribel Alegría, una gran amiga y maestra, que me decía que Nicaragua necesitaba una revolución, pero pacífica, a lo Gandhi. Me acordé también de Fernando Cardenal que decía que en algún momento los jóvenes saldrían a las calles y harían historia de nuevo en Nicaragua, entonces, en ese momento -ese 18 de abril- quise ver que eso estaba sucediendo. Entendí enseguida que era un episodio importante de la historia de Nicaragua y no quería que me lo contaran, quería verlo yo y contarlo yo.
¿Cuándo llegas entonces a Nicaragua?
Empiezo a producir el documental en el mes de mayo y llego a Nicaragua a principios del mes de agosto, en un momento en que se empieza a producir la persecución casa a casa a los principales líderes de las protestas, ya había pasado el fallido diálogo, los tranques y la Operación Limpieza. Muchos de los líderes en ese momento no había sido detenidos, estaban escondidos y no se habían ido al exilio, entonces, el documental se empieza a grabar en ese contexto de persecución a opositores.
¿Ya traías una preproducción? ¿Salió como lo esperabas?
Claro. Yo había hecho una preproducción, pero todo iba cambiando por día. Los acontecimientos iban sucediendo y cambiaban todo lo que uno podía haber organizado. Todo cambiaba por día. Los acontecimientos precipitaban los cambios. Personas que yo tenía previsto entrevistar, en unas condiciones más o menos de seguridad, de pronto son tan inaccesibles porque están escondidas, porque tiene que estar en casas de seguridad porque sus cabezas tiene un precio, entonces, eso complica muchísimo.
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¿Cuál fue entonces tu primera complicación para iniciar la grabación del documental?
Ingresar al país (Nicaragua) con un equipo de filmación y no levantar sospechas.
¿Cómo fue ese proceso de ingreso al país?
Sin dar mucho detalle por seguridad y no implicar a terceras personas solo debo decir que no ingresamos al país por aire. Entramos por tierra, por otro lugar. No entramos como una persona normal, como un turista normal, sino que nos cuidamos mucho en eso. Luego teníamos ahí (en Nicaragua), gracias a varios amigos que tengo en el país (Nicaragua), otros equipos que se nos facilitarían como previsión por si nos quitaban los nuestros al ingresar. Primero era pasar los equipos y luego lograr ingresar a los lugares donde íbamos a realizar las entrevistas, que no siempre son los mismas casas, ya que se rotan por la misma seguridad de las personas. Se corrieron riesgos, por supuesto, porque uno nunca sabe si en ese momento les va a caer un operativo de paramilitares y los llegan a secuestrar. Nos ocurrió con varios de los entrevistados que horas después de entrevistarlos los llevaban encarcelados.
¿En cuáles casos sucedió que se los llevaron a los manifestantes encarcelados luego de su visita?
En el caso de Yaritza Mairena, con la que estuvimos charlando, fue exactamente a los dos días de producirse nuestro encuentro que la secuestraron, la encarcelaron. En el caso de Alex Hernández que también lo encarcelaron. Muchísimos también luego de entrevistarlos tuvieron que salir al exilio o los secuestraron.
¿Cuántas personas entrevistaste en total?
La película es muy coral, o sea, aparecen muchísimas voces de diferentes historias. En total, entre las entrevistas que se realizaron en Nicaragua, que fueron la mayoría, otras que se hicieron en Costa Rica y algunas que se produjeron en otros lugares porque en ese momento algunas personas no se encontraban en el país, pero me interesaba dar con sus testimonios, entonces, al final aparecen en la película más de 40 voces, pero creo que en total llegamos a realizar unas 60 entrevistas distintas.
¿En cuántos países se grabó?
La inmensa mayoría del documental se grabó en Nicaragua, otra parte en Costa Rica y una pequeña parte en España.
¿Cuál fue el peor momento de la grabación en Nicaragua?
Hubo varios momentos complicados, que fueron peligrosos. Uno de los momentos fue cuando estuvimos con unos tomatierras. Días antes que estuviera ahí con ellos habían secuestrado durante un tiempo a una periodista alemana, le quitaron todo, le robaron la tarjeta de crédito y creo que incluso gastaron como dos mil dólares en combustible para las camionetas Hilux, entonces, la despojaron de todo. Nosotros estuvimos con tomatierras dos o tres días después que eso sucediera. Ese momento fue tenso y si te soy sincero en ese momento no sentí que fuera peligroso, pero sin duda fue el momento en el que más temí fue cuando nos llegó información -dos o tres días de estar en Nicaragua- bastante fidedigna de que nos había detectado y que en cualquier momento nos podía caer la Policía para detenernos y deportarnos.
¿Cuándo saliste del país?
Salimos a finales de agosto, no recuerdo el día exacto, entonces, eso nos permitió tener unos días en Costa Rica y también poder contar la historia de los exiliados que en aquel momento se contaban por mil en Costa Rica, eso nos dio otra visión de las consecuencias.
¿Por qué arriesgarse tanto por una cinta dejando de lado las comodidades de España?
Yo no soy un periodista, es cierto que mi profesión es el periodismo, pero nunca he ejercido un periodismo en zona de conflicto, un periodismo de guerra, mi periodismo ha sido mucho más tranquilo. La zona de conflicto que hasta antes de abril había visitado era el ayuntamiento de mi localidad, eso era lo más arriesgado que yo había hecho, pero sentí la necesidad ética muy fuerte de contar esto, porque sobretodo para mí Nicaragua es mucho más que un país al que voy a pasar las vacaciones, donde voy a ver a los amigos, esto era para mí una pequeña forma de devolver a Nicaragua lo mucho que me ha dado. La mejor manera de retribuir era contar lo que estaba pasando. Hay momentos en la vida en la que tu ética te fuerza a hacer algo que a lo mejor desde fuera no puedes hacer. Necesitaba contar lo que pasaba en Nicaragua. Este tipo de cosas no se pueden hacer si no es por amor.
Me hablas de tu amor a Nicaragua y me has mencionado que realizaste tu tesis de carrera sobre la Revolución Sandinista ¿Qué representa ahora para vos Daniel Ortega?
Ortega representa la traición y la carcoma de la Revolución Sandinista. Daniel Ortega y todos los que han estado alrededor suyo saben que nunca fue un líder carismático, que llegó a ser comandante y presidente de Nicaragua por un cúmulo de circunstancias que poco tienen que ver con su valía y capacidad personal. Ortega simboliza claramente la traición a los sueños y la esperanza que generó Nicaragua con la Revolución Sandinista.
¿Se ve a Ortega en «Patria Libre para Vivir»?
La película inicia de hecho con la imagen de Daniel Ortega en uno de sus discursos emblemáticos, donde dice que van a gobernar desde abajo. Ortega realmente lo que quería decir en ese momento es que iban a gobernar por debajera, fue haciendo poco a poco marañas para volver al poder con mal arte. Si no se entiende todo ese proceso para mucha gente, especialmente en España, es muy difícil creer como Ortega, como la izquierda revolucionaria, esté dirigiendo una dictadura cruenta en Nicaragua, entonces, la película trata de desmitificar esa figura de Ortega, que para mí nunca fue una persona o un líder carismático, ni que representaba esos valores que alguna vez tuvo la Revolución Sandinista.
Ahora, vos sos periodista ¿cómo calificas la represión que dirige el régimen de Daniel Ortega contra periodistas independientes en Nicaragua?
El papel que están jugando los periodistas de los medios independientes es uno de los puntos fuertes de lo que está sucediendo ahora, de lo que a mí personalmente me ha reconciliado con el periodismo. Uno cuando empieza a ejercer el periodismo, cuando piensa de manera un poco romántica, uno se imagina una cosa y luego se va dando cuenta que es una profesión que está más cerca del poder que lo que uno quisiera, sin embargo, uno ve luego lo que está pasando con los medios independientes en Nicaragua y le reconcilia de nuevo con la ética. Los periodistas en Nicaragua están peleando por contar lo que pasa, porque no se quede en el olvido.
Algunos se preguntan sobre los costos ¿cómo se hizo para costear la producción de este documental?
Más que hablar de cifras te cuento cómo he logrado financiar el documental. Esta producción ha sido totalmente freelance, no es un trabajo que tenga un capital atrás, es decir, ha sido a costa de mi trabajo y riesgo. Para poder hacer la película yo tenía claro que la tenía que hacer, pero no sabía cómo financiarlo y, sobretodo, hacerlo rápido. Entonces, para poder hacer la película tuve que vender mi parte de una editorial que tenía con otros. Ha sido a mi costa y riesgo.
¿Cuántos se necesitó para realizar el documental?
Cuando decidí ir a rodar conté con un camarógrafo que me acompañó. Se llama Isidro Pietro, también español. Pero para poder montar todo esto que requiere una película pues tuve la suerte de contar con la complicidad y ayuda de muchos profesionales del medio de la televisión y el cine, que altruistamente muchos de ellos me han ayudado a todo el proceso de posproducción, de montaje, sonido, sin los cuales no habría sido posible sacar el producto con la factura técnica y de calidad que al final se consigue en la película.
¿Cuánto dura el filme?
La película dura un poco más de dos horas. El editor fue capaz de dotarla de un ritmo narrativo que hace que en ningún momento la película decaiga en intensidad. Al final el técnico de sonido también ha sido extraordinario. Ha sido todo un equipo extraordinario y además gente que ha trabajado realmente por compromiso más que por hacerlo de una manera económica o por ganar dinero. No es una película que se haya hecho con un objetivo comercial.
¿Cómo es que decidís el nombre del documental?
En las consignas que se gritaban en esos días, cuando yo escuché ´patria libre para vivir´ o ´patria libre y vivir´, hay variantes, me gustó y decidí usarla con la preposición ´para´. Me pareció absolutamente definitiva esa frase para entender lo que estaba pasando. Esa frase desmitificaba la que se gritaba durante la Revolución Sandinista, ya que en aquel momento era ´patria libre o morir´, es decir, no importa dar la vida por la patria, pero 40 años después se cambia y se convierte en un canto a la vida, porque ¿para qué quiero dar la vida? vale luchar por la patria sí, pero para vivirla. Esa vitalidad y ese destierro de la alabanza a la muerte desmontaba esa evolución y esa insurrección pacífica, es la gran diferencia con la insurrección sandinista, la nueva insurrección cambiaba la muerte por la vida y no hay nada más bello que eso.
¿Cuál es impacto que crees que va a tener el documental?
Uno siempre es optimista cuando realiza este tipo de trabajo. Uno espera que al menos sirva para remover la conciencia y sobretodo para explicar a muchas personas que tiene un concepto muy equivocado, que en el mejor de los casos es desconocimiento y en el peor es dogmatismo, tengan una visión más realista de lo que está pasando en la Nicaragua de hoy que nada tiene que ver con la de hace 40 años. Quiero que de alguna manera sea un granito de arena en esa lucha que están librando muchas personas desde dentro y fuera de Nicaragua. Espero que sirva un poco para la memoria y no se olvide qué es lo que pasó desde el 18 de abril.
¿Cuándo será la presentación?
Será el 3 de febrero en la Casa de América Latina en París, Francia. Vamos a contar en la presentación como madrina de este documental, a Bianca Jagger. También habrá una gira por diversos estados de Estados Unidos. Terminará la gira el 17 de abril porque el 18 será el estreno en Madrid, España, con la plataforma de S.O.S. Nicaragua en el aniversario de los dos años de la insurrección.
¿Pretendes traer el documental a Nicaragua?
Mi gran aspiración es poder llevar yo la película a Nicaragua, pero eso lamentablemente ahora mismo no se dan las condiciones para que eso pueda pasar, pero mi gran esperanza que eso sea muy pronto porque eso significará que se terminó la pesadilla que se llevaba viviendo en Nicaragua. Te puedo garantizar que no me haría nada más feliz decir que el próximo mes se estrena en Nicaragua, pero ahora mismo sabemos que no se puede, que no hay las condiciones, que no hay fecha posible porque para mí es muy simbólico ir a presentarlo yo a Nicaragua.
Plano personal
*Daniel Rodríguez Moya nació en septiembre de 1976 en España.
*Tiene una niña y es casado con una nicaragüense.
*Sus colores favoritos son el azul y blanco y afirma que no puede rechazar un nacatamal.
*Se graduó en 2003 de licenciado en teoría de la literatura y literatura comparada.
*En 2007 realizó un doctorado y realizó como tesis “La educación y la cultura como armas de construcción masiva en la Nicaragua sandinista (1979-1990).
*Ha realizado otros dos documentales en Nicaragua. En 2014 estrenó el documental “Me gustan los poemas y me gusta la vida”. En 2016 presentó “Brigadistas”, donde abordaba la historia de españoles que llegaron a Nicaragua para la Cruzada Nacional de Alfabetización.
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