La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en un informe actualizado revela que 102, 000 nicaragüenses buscaron refugio hasta finales de 2019.

La cifra es menor a los 103,600 que tenían registrados hasta marzo pasado. La oficina revela que en el actual contexto del COVID-19, muchos optaron por regresar a Nicaragua a pesar de las “condiciones peligrosas”.

“Como consecuencia de las restricciones continuas de movilidad, hay limitaciones en las actividades económicas en todos los países de asilo para los nicaragüenses en la región centroamericana, dejando a las personas incapaces de generar ingresos, cada vez más dependientes de la asistencia humanitaria”, revele el informe.

El 85%, es decir un total 86,994 de los nicaragüenses permanecen en Centroamérica y México, mientras que el restante 15% que equivale a 15,309 personas están fuera, en otros países.

En Costa Rica

Un total de 75,943 permanecen en Costa Rica donde las solicitudes de asilo de los nicaragüenses cayeron dramáticamente, de un promedio mensual de más de 4,000 a poco más de 20 entre abril y mayo, los meses en los que golpeó más fuertemente la pandemia en la región.

refugiados Nicaragua

El informe detalla que casi 3,000 nicaragüenses solicitantes de asilo en Costa Rica, retiraron su solicitud y regresaron a Nicaragua, debido a las dificultades económicas encontradas en este país, dejándolos en un “alto riesgo de protección”.

“Cuando las restricciones de movilidad se levanten y las fronteras se abran una vez más, es muy probable que veamos un aumento en nicaragüenses huyendo del país”, señala el documento de Acnur.

El éxodo masivo de nicaragüenses comenzó después de abril de 2018, debido a la persecución gubernamental desatada en contra de los manifestantes.

Identifican otros problemas

Acnur advirtió que el apoyo financiero reducido limita la capacidad de aumentar la asistencia en la región, especialmente en Costa Rica, donde el nivel de financiación se mantuvo en 40% a principios de julio de 2020.

Lo anterior podría obstaculizar la capacidad del Acnur de prepararse para una mayor afluencia en los próximos meses, por lo que en el marco de la Iniciativa de Garantía de Calidad, el ACNUR está trabajando en un diagnóstico general actualizado de los refugiados.

Entre enero y junio de este año, recibieron 7,173 solicitudes de asilo de nicaragüenses que se registraron en Acnur Costa Rica en busca de apoyo y asistencia.

Según la oficina de Acnur, los ciudadanos nicaragüenses también han tenido problemas para obtener sus documentos de identificación y el impacto en la salud mental ha empeorado debido al COVID-19.

“Tales circunstancias han dejado a muchos a considerar regresa a Nicaragua a pesar de las condiciones peligrosas. En este contexto, varios países de América Central han abierto un corredor humanitario para nicaragüenses varados que desean regresar a su país”, señala.

La semana pasada logró ingresar al país un grupo de nicaragüenses que permaneció varado en la frontera de Peñas Blancas, debido a que no presentaban un certificado negativo de la prueba de COVID-19.

«Rutas irregulares»

La oficina de Naciones Unidas también informó que el número de solicitantes de asilo de personas de la comunidad Miskita, un grupo étnico indígena de Nicaragua, está en aumento.

Además refiere, que los nicaragüenses solicitantes de asilo están utilizando nuevas “rutas irregulares” para salir de su país, debido a la mayor presencia militar en la frontera que ha obstaculizado acceso al territorio a través de rutas comúnmente conocidas.

 

En Nicaragua, donde el número de personas infectadas por COVID-19 asciende a 3,902, la situación de la pandemia es también tema de preocupación para organizaciones tanto ocales como internacionales, señala Acnur.

«El COVID-19 amenaza con abrumar los sistemas de salud pública limitados en la región, cierre de fronteras y las medidas restrictivas han aumentado las vulnerabilidades de las personas nicaragüenses», refiere el informe.

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