¿Cómo sé si mi hijo/a está sufriendo abuso sexual?
Existen indicios en los menores edad que indican si están viviendo violencia sexual. Es importante reconocerlos para detener el abuso.
Existen indicios en los menores edad que indican si están viviendo violencia sexual. Es importante reconocerlos para detener el abuso.
Las niñas, niños y adolescentes pueden mostrar signos que indiquen que están viviendo abuso sexual. Y las madres, padres, docentes o personas cercanas a los menores tienen un papel fundamental para detectar las señales de violencia sexual.
Los indicios de abuso sexual no son infalibles, señala el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), pero pueden mostrar otro tipos de problemas y es importante actuar ante sospechas para detectarlos de manera temprana.
“Los indicios son indicadores de que algo va mal a nivel general en la vida de nuestro hijo o hija, y más concretamente en la sexualidad», indica. Estas son algunas señales según la guía de Cómo prevenir el Abuso Sexual contra nuestros hijos e hijas.
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Los cambios a nivel físico son esenciales para detectar la violencia sexual, aunque varían dependiendo del grado del abuso. Por eso es importante conocer algunos:
1. Los niños, niñas y adolescentes pueden tener cambios repentinos en el apetito sin causa aparente.
2. Tienen problemas con el control esfínteres. Esto se puede mostrar si orina o defeca sin poderlo controlar.
3. Tienen dificultades para caminar, sentarse o dolor en el área genital.
4. Presentan sangrados, secreciones o cambios en el área genital.
La niñez y la adolescencia son etapas de constantes cambios, pero es importante reconocer esas actividades o conductas que los niños y las niñas no solía hacer y ahora así. Estas son algunas acciones a tomar en cuenta:
1. Tienen dificultades de atención, concentración y memoria.
2. Se ponen nerviosos o nerviosas cuando aparece una persona, o no le gusta estar con ella.
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3. Manifiestan tristeza, depresión, ansiedad elevada o pueden mostrar agresividad.
4. Tienen dificultades y miedo a la hora de dormir o en la oscuridad.
5. Tienen constantes pesadillas o se orinan mientras duermen.
6. Muestran retraimiento social, es decir siempre están solos o solas y no quieren relacionarse con nadie.
7. Desconfían de todas las personas.
Según UNICEF, el área de la sexualidad es donde se presentan más indicios cuando hay violencia sexual. Algunos de las manifestaciones son:
1. Tienen conocimientos de la sexualidad que no son apropiados para su edad.
2. Se erotizan, sexualizan o se masturban compulsivamente.
3. En conversaciones utilizan palabras de significado sexual que no son apropiados a su edad.
4. Muestran actitudes sexuales frente a otras personas o exhibicionistas.
5. Sienten rechazo de su propio cuerpo o lo agreden.
6. No quieren cambiarse de ropa frente a miembros de su familia que son de confianza.
Si bien en la adolescencia se presentan los mismos indicios que con niñas y niños, es importante tomar en cuenta otros factores, indica UNICEF.
En el caso de las y los adolescentes es siempre importante preguntar lo que ocurre en la sexualidad con su novio o novia, si lo tienen.
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También es importante identificar si la adolescente presenta una admiración excesiva hacia un adulto en concreto, mantiene una amistad o suelen verse cuando están solos. O reconocer cuando un adulto tiene especial interés hacia un/a adolescente, es halagador, generoso o bondadoso.
“Pues puede estar ejerciendo una atracción generalizada de toda la familia para actuar valiéndose de la ceguera de los otros que no logran ver en ese hombre bondadoso a un potencial abusador o violador”, advierte la organización.
En ningún momento se debe considerar como noviazgo una relación entre un adolescente y un adulto, ya que existe una relación desigual donde él tiene más poder, más edad, más conocimiento y es una figura de autoridad.
Además, cualquier actividad sexual que un adulto que tenga con un adolescente está tipificado como estupro y tiene condenas de hasta 10 años de cárcel, según el Código Penal de Nicaragua.
Lo principal es importante reconocer que todos los menores de edad vulnerables a vivir violencia sexual, independientemente de su edad, género, etnia y nivel sociocultural, de acuerdo con .
«Los niños, niñas y adolescentes siempre son vulnerables frente a los adultos porque están en desarrollo, son dependientes y establecen vínculos signados por la asimetría mental y física. Los niños y las niñas carecen de recursos suficientes para auto protegerse frente al agresor, y en la adolescencia la inexperiencia e inmadurez son factores decisivos”, señala la organización.